Eran cerca de las 14:00, concretamente faltaban 4 minutos según el reloj del brazalete de Germán. Cada sujeto se situaba frente a una mesa con un buen puñado de productos químicos y material de laboratorio. Pasaron la última hora aprendiendo algunos conceptos básicos sobre química para establecer una base fija en todos los nuevos al campo.
Como ya sucedió en cada clase de ciencias del proyecto, no era Delta quien estaba impartiendo la lección sino uno de los sujetos en sí: esta vez era el turno de Silvia. Estudiante de tercer año —en unos meses cuarto— de ingeniería química si Germán no recordaba mal, por lo que era ella la encargada de enseñar la asignatura a sus compañeros.
Ya fue el turno de Blanca con física, el de Fer con genética y el de Miriam aquella misma mañana con medicina. Eso sí, muchas ganas no le puso esta última a su trabajo. No solo lo notó Germán, quien lo comentó con Sergio y este le dio toda la razón. "Se nota que se le da bien, pero no sé yo si le termina de gustar ese tema", opinó durante el desayuno. "De todas formas, tampoco es que la muchacha sea muy animada generalmente".
Germán aún no había tenido que ponerse frente a los escritorios, pero sabía que, por desgracia, eventualmente llegaría su turno. Su campo era la geología, cosa que había leído más de una vez en el horario. De hecho, estaba casi seguro de haber visto que darían una hora el lunes o el martes siguiente. Tenía aún el fin de semana para prepararse. Maldito pánico escénico. Aunque solo eran siete chicos de su edad y una profesora, seguía dándole el mismo miedo.
No se quería sentir juzgado. ¿Y si no se explicaba bien? ¿Y si a nadie le interesaba lo que contaba? De hecho, siempre se habían reído de él por lo que estudiaba. "¡Cuatro años para estudiar piedras!" Dicho así sonaba ridículo, pero era más que eso. Tampoco es que tuviese mucho interés en hacer ver a la gente la belleza de su carrera. O igual sí, pero lo escondía.
En ese momento maldijo a Delta y a todo el equipo de Apeiro por pensar que sería buena idea poner a un grupo de adolescentes a dar clases a sus propios compañeros. Según la administradora esto estaba hecho para proporcionar al grupo los mismos conocimientos que al resto de sus compañeros en todos los campos, además de cierta confianza en sí mismos y un mínimo de capacidad de liderazgo. Pero sobretodo, no querían que en un principio aquel que hubiese estudiado biología supiese más del tema que quien estudiase matemáticas y viceversa. Aunque al fin y al cabo especializarse era lo más lógico, no se podía saber de todo, ¿no?
Allí sí, de eso trataba el experimento.
Más adelante Delta aseguró que los que aún siguiesen en el experimento recibirían lecciones privadas sobre su especialización, pero aún era muy pronto y debían estudiar su potencial en sus respectivos campos.
Mientras Germán estaba sumido en sus pensamientos, la alarma de las dos sonó. Fin de la clase de química y de la jornada del día. Delta se acercó a Silvia para felicitarla por su lección. Aunque lo ocultaba, todos pudieron notar que esta sonreía con satisfacción. Había que ser sinceros, no se le daba nada mal. Por eso estaba en Apeiro, claro. Como el resto, al fin y al cabo.
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Hijos de Dios [ERI #1]
Science Fiction🎖️ Ganador de los Premios Watty 2023 🎖️ Si te llegase una propuesta de trabajo de verano en unos importantísimos laboratorios científicos, ¿aceptarías? En ese caso, te hago una pregunta más específica. Si por cada día que pasases contribuyendo al...