Capítulo 52. Las entrañas de Apeiro

250 36 7
                                    

Blanca y Miriam se encontraban en lo que ellas creían que era el área Omega

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Blanca y Miriam se encontraban en lo que ellas creían que era el área Omega. No sentían que el tiempo se les echase encima, puesto que aún quedaba poco menos de una hora de examen, pero quizá sería necesario apretar un poco el ritmo. Lograron quitarse de en medio a los tres sujetos clonados, abrirse paso por el laberinto de la morgue, escapar sin daño alguno de recorrido lleno de peligros visiblemente sacados del sector Lambda y solucionado una serie de acertijos que habían repartido en las primeras habitaciones de la zona Omega.

En aquellos instantes se hallaban bajo un domo salpicado por puntos dorados y brillantes con un telescopio en el centro el cual la física estaba usando. Al igual que el último puñado de habitaciones que habían cruzado, la siguiente puerta no se abriría sin resolver antes el misterio del recinto, cosa en la que Blanca había sobresalido hasta aquel momento.

—Blanca, hazme el favor de aligerarte... —refunfuñó Miriam sin quitar la vista de la puerta por la que habían entrado, la cual se cerró en cuanto la atravesaron— Como nos alcancen estamos jodidas.

—Si me hablas no me concentro, guapa. Si ya casi lo tengo...

Un par de minutos después, tras un absoluto silencio que ayudó a blanca a buscar en aquel misterioso cielo artificial lo que buscaba, la puerta de salida emitió un pitido que indicó que había sido desbloqueada.

—Hala, tira —Blanca suspiró de alivio mientras se quitaba el sudor de la frente.

—Menos mal que no nos hemos separado —admitió la médica—. Odio los acertijos...

—Están chulos —respondió su amiga mientras cruzaba la puerta.

—Raro sería que no te gustasen —Miriam la siguió a la siguiente sala—. Espero que al resto le vaya bien.

—Víctor y Fer seguro que están juntos, así que dudo que les pase algo. Y Sergio, pues... Conociéndole, es capaz incluso de habernos adelantado.

—Realmente no sabemos en qué orden hemos salido del laberinto —se planteó Miriam—. Quizá algún clon está unas salas más adelante, esperando tras una puerta para acuchillarnos.

En el rostro de Blanca se formó una ligera expresión de desagrado.

—No digas esas cosas... Y no te entretengas, que no podemos permitirnos que suspendas el examen.

La médica asintió mientras avanzaba por el largo pasillo en el que se encontraban, el cual cada vez contaba con menos iluminación. Las pocas y débiles bombillas parpadeaban a ratos, y la elegante estética del resto del enorme circuito de escape en el que estaban se iba esfumando con cada paso. ¿Tan escalofriante es el sector Beta?

—Oye, Blanca... Te noto un poco inquieta.

—Quizá es porque nos están persiguiendo tres muertos para clavarnos un machete.

—No, esto es distinto. No te noto asustada, te noto estresada.

La física se giró para observar a Miriam, esperando a que siguiese hablando. Tras un par de segundos en silencio, esta continuó.

Hijos de Dios [ERI #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora