Frost moon's sun

Capítulo 32: Jiangzai cae

La sala de oración que estaba desprovista de cualquier desorden ahora está llena de rayas y charcos de sangre mientras Song Lan y Xue Yang continúan chocando espadas entre sí, ninguno muestra signos de detenerse pronto. Xiao Xingchen, por otro lado, está durmiendo pacíficamente junto a la estatua, pero Song Lan ve cuán abundante se está volviendo el sangrado de sus ojos, si no hace algo pronto al respecto, existe una gran posibilidad de que su esposo nunca pueda volver a ver y esto lo devastara. Los ojos de Xiao Xingchen muestran su bondad y sus ojos también muestran el profundo amor que siente por el mundo.

Con un rugido, Song Lan golpea fuertemente a Xue Yang, lo que hace que el adolescente herido retroceda y escupa una gota de sangre al suelo, sus ojos mirando con odio al hombre más alto.—¿Cómo...?—pregunta humildemente Song Lan con la punta aún brillante de Fuxue apuntando directamente a Xue Yang. Los dos giran en círculo lentamente, sus ojos en el otro, tensos y listos para desenrollarse con la sed de sangre reprimida.

—¿Cómo qué, viejo?—pregunta Xue Yang sin su mueca psicótica habitual. Se las había arreglado para resistir a alguien tan poderoso como Song Lan todo este tiempo, pero incluso él tiene que admitir que el hombre es hábil, el propio Xue Yang había tomado una gran cantidad de cortes superficiales para evitar a Fuxue y ahora está funcionando a toda máquina.

Los dos habían estado haciéndolo durante horas y el cansancio estaba llenando lentamente sus poros, pero los dos hombres estaban demasiado ebrios de odio, ira y adrenalina para echarse atrás. O uno muere, o ambos mueren, solo entonces la lucha se detendrá. Song Lan está decidido a matar a Xue Yang en ese mismo momento por todo lo que le había hecho a su familia del Templo Baixue y a Xiao Xingchen, mientras que Xue Yang quiere matar a ambos cultivadores taoístas por interponerse en su camino de regreso a Yueyang. Fue satisfactorio cada vez que Jiangzai logra cortar la piel de Song Lan y derramar su sangre, pero Xue Yang quiere la cabeza del hombre en su espada.

—¿Cómo engañaste y mataste a todos tan fácilmente, cuando solo eres un niño?—Song Lan llena de gritos al adolescente que solo se ríe de su desesperación. Sin esperar una respuesta, Song Lan vuelve a atacar y los dos vuelven a pasar por otra ronda de lucha mortal.

—Todos son jodidamente confiados.—responde el adolescente cuando se las arregla para darle un golpe al hombre mayor.—Como dijiste; engañándolos. Todo lo que tenía que hacer era fingir que algo venía hacia nosotros, advertir a los guardias y meter a todos dentro de ese pequeño agujero. El polvo venenoso no es tan difícil de hacer cuando estás en las montañas, ¿sabes?—sonríe Xue Yang cuando la fría comprensión desciende sobre las facciones de Song Lan.

—Acabo de escuchar a un grupo de soldados de la secta Wen venir hacia aquí, no sé cuántos son, pero suena como un gran ejército.—grita un frenético Xue Yang después de regresar del pie de las montañas ese día. Los guardias que habían estado vigilando las puertas del templo solo lo miran preocupados antes de hacerle pasar y cerrar las puertas, echando una última mirada detrás de ellos para asegurarse de que no entre nada ni nadie.

—¿Estás seguro, muchacho?—pregunta uno de los guardias mientras Xue Yang los lleva a donde están el monje principal y sus compañeros más cercanos.—Podrían ser solo un grupo de animales y las confundiste con los soldados de la secta Wen.

Xue Yang se vuelve hacia los guardias y los monjes con ojos muy abiertos y temerosos.—No, sé lo que escuché y sé lo que olí, ¡definitivamente eran cultivadores Wen que quemaban la ciudad! ¡Todo olía a cenizas y sangre!—convence mientras mantiene frenéticamente el contacto visual con los guardias y los monjes. Se escucharon murmullos de los adultos mientras discutían sobre qué hacer, algunos incluso dijeron que la secta Wen debe haberse dado cuenta de la abundancia de riquezas en la montaña donde se encuentra su templo y ahora las querían para ellos mismos.