Destiny [OS Genshin Impact]

[1] Noelle

Advertencia: Ninguna.

La pelilila abrió lentamente la puerta que le daba paso a la oficina de Jean, deteniéndose en seco cuando sus ojos se encontraron con la mirada de otras dos personas sobre su cuerpo; una de parte de la rubia a la que pertenecía la habitación, y otra de una chica a la que no reconoció.

No recordaba haberla visto antes.

—¡Ah! Siento mucho haber interrumpido— se apresuró a decir con las mejillas coloreadas, retrocediendo un paso—. Pensaba que ya no había nadie.

—No te preocupes. Nosotras ya hemos terminado, ¿verdad Jean?— preguntó la desconocida, mirando a la rubia de reojo con una sonrisa despreocupada dibujada en sus labios.

—Claro, puedes entrar Noelle. Nosotras ya nos vamos.

—De verdad que lamentó mucho haber interrumpido, tenía que haber llamado antes— dijo mientras inclinaba levemente su cabeza—. Ha sido una falta de respeto de mi parte.

—¿Oh? Así que tú eres Noelle— dijo la chica mientras se ponía en pie, quedando frente a la ojiverde, interrumpiendo a Jean—. Soy ___, un gusto poder conocerte finalmente— sonrió ampliamente, extendiendo la mano en su dirección, la cual no tardó en tomar—. He escuchado algunas cosas sobre ti.

—¿Sobre mí?— dijo confundida. No se esperaba esas palabras de su parte.

—Sí. Jean y Amber me han hablado en alguna que otra ocasión sobre ti— explicó con simpleza, avergonzando un poco a la sirvienta.

—¿Tú también eres parte de los Caballeros de Favonius?— preguntó por instinto con un brillo peculiar en sus ojos, poniéndose de puntillas emocionada. Aunque era un poco extraño que no la hubiera visto nunca antes por el lugar en caso de que lo fuera.

—¿Eh...?— dejó salir una risilla—. Más o menos— murmuró, con la mirada clavada en el suelo mientras rascaba su mejilla levemente coloreada.

—___ pasó la prueba hace un tiempo, así que oficialmente lo es. Pero ahora mismo más bien está ejerciendo de diplomática— explicó—. Hace bastante bien su trabajo, aunque debería pasarse por aquí más a menudo.

—Basta, no digas eso, me estás avergonzando— dijo mientras le daba un leve golpe en el brazo—. No es para tanto, estás exagerando.

—¿Quieres que te recuerde todos los conflictos comerciales que has evitado?— preguntó con cierto sarcasmo y una ceja arqueada mientras se ponía en pie, apoyándose en el escritorio—. ¿O el hecho de que fuiste cónsul por un tiempo en la impenetrable Inazuma?

—No fue tanto, solo tienes que saber hablar— dijo mientras hacía un leve ademán, quitándole importancia.

—¿Inazuma? ¿Estuviste en Inazuma?— preguntó la ojiverde cada vez más emocionada.