Destiny [OS Genshin Impact]

[39] Neuvillette

ADVERTENCIAS/ETIQUETAS: Spoilers de la historia de Fontaine, divergencia del canon y modificación de este, algo de OOC, puede que le falte algo de coherencia jsjs, algo corto

Era el camino más rápido para llegar a cualquiera de las tres naciones, sobre todo cuando tu interés eres forjar relaciones comerciales.

Por eso mismo, era un lugar donde había un constante fluir de personas y mercancías, decenas de barcos entraban cada día al puerto, al menos, a diferencia de los pueblos más pequeños que había una vez subías por el río, en donde la economía se centraba, sobre todo, en la coseche del té.

Y tú, como Adeptus que eras, debías de asegurarte que la paz reinara en esa zona y fuera completamente segura para cualquier que llegara.

Normalmente no había grandes problemas a pesar de todas las personas que iban y venían. Los mayores problemas siempre eran las peleas que había alguna que otra noche debido al exceso de alcohol, o las discusiones que se terminaban formando después de una negociación que no había llegado a ningún lado y había terminado por subir de tono, además de los robos en las afueras de parte de pequeños grupos de bandidos.

Y esa misma calma era la que te permitía el poder dejar tu puesto de trabajo de vez en cuando durante nos cuantos días, mientras que esas responsabilidades terminaban nuevamente y en su totalidad relegadas a lo guardias de la ciudad, para poder ir a visitar a algunos de tus compañeros Adeptus en su reclusión, o tomarte un pequeño descanso en alguna de las naciones vecinas.

Aunque, lo cierto era que en esa ocasión, lo que habían empezado como unas pequeñas vacaciones, se habían transformado en algo completamente diferente.

Le debías cierto favor al undécimo de los Heraldos, y si bien no estabas del todo orgullosa de eso, eras alguien que cumplía siempre con su palabra.

Además que... realmente te agradaba bastante a pesar de su personalidad explosiva y ansias de pelea en busca de demostrar su fuerza, y habías tratado con él el tiempo suficiente como para considerarlo un amigo.

Así que, después de varias casualidades, ahora estabas devolviéndole ese favor en la Corte de Justicia de Fontaine, ayudando a Navia -a la que a penas habías conocido hacía un par de horas atrás- a encontrar al verdadero culpable para evitar que el Fatui acabara en prisión.

Aunque... tras todo el espectáculo que se había llevado acabo entre argumentos y contraargumentos con el nuevo -y verdadero- culpable. Eso no había servido de mucho cuando la balanza, a pesar de las que dudas habían sido completamente despejadas, se había inclinado para sentenciarlo como el culpable.

Y, como si eso no hubiera sido suficiente e indignante, Tartaglia no había dudado en saltar de la tribuna directamente al escenario, usando su engaño para atacar a unos cuantos guardias antes de que el Juez Supremo interrumpiera su tonto espectáculo con un solo golpe.