[37] Capitano

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ADVERTENCIAS/ETIQUETAS: Divergencia del canon, referencias varias a los Fatui que pueden no coincidir con eventos futuros, algunos spoilers de la historia de Natlan, mención del pasado de Pantalone que puede no coincidir con la información futura del personaje, OOC, varios hc de Capitano, algo de incoherencia en la trama, este hombre me tiene muy mal que lo hagan ya jugable

ADVERTENCIAS/ETIQUETAS: Divergencia del canon, referencias varias a los Fatui que pueden no coincidir con eventos futuros, algunos spoilers de la historia de Natlan, mención del pasado de Pantalone que puede no coincidir con la información futura ...

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No pensaba que, de todos los Heraldos que había conocido a lo largo de todo ese tiempo, serías precisamente tú, alguien que ni si quiera formaba parte de manera oficial a los Fatui -por mucho que siempre estuvieras por el lugar-, la persona que más iba a lograr atraer su atención.

Eras la hermana menos de Pantalone, y por tanto, alguien que siempre permanecía tras su sombra gracias a su evidente grandeza. Sin resaltar especialmente en una multitud, pasando desapercibida de la mirada de cualquiera que no se fijara en ti con especial detenimiento, sin percatarse de que realmente eras alguien bastante importante y con más influencia de la que cualquiera pensaría que tenías.

Tú trabajo estaba fuera del campo de la lucha, casi siguiendo los pasos de tu hermanos desde la seguridad que te proporcionaba su figura, razón principal por la que ni si quiera resaltabas frente a los ojos del resto de Heraldos.

Aunque, en eso, parte de la culpa parecía tenerla también Pantalone.

Por muy carismático y atractivo, fácil para atraer la atención cuando era necesario y bastante útil en negociaciones, escondía esa falta de empatía tras su sonrisa fingida. Aunque, contigo, era evidente que intentaba sobreprotegerte.

—Bien, seré directo— dijo Dottore, acomodando los papeles—. Tenéis que dejar de malgastar mi preciado dinero.

Tu trabajo era interno, siendo quien había concertado esa reunión por petición de tu hermano, permaneciendo tras él en todo momento, observando lo que ocurría atentamente, pero sin emitir ni una sola palabra.

Con aquellos con los que había llegado a hablar del resto de miembros, solo Arlecchino y Signora parecían haber reparado en mayor profundidad en tu existencia y valorado la importancia de lo que estabas haciendo, pudiendo decir algo más que solo tu nombre.

Siempre te veía en la oficina de Pantalone cuando estaba fuera, o moviéndote de un lado a otro del palacio con montones de papeles entre tus brazos, hablando con alguno de los miembros de bajo rango para dirigir misiones de bajo nivel o dirigiéndote a la habitación de cualquier de los Heraldo para concertar reuniones o dar información importante.

Cuando necesitaban conseguir algún tipo de información, encontrar a alguien o contactar con alguno de los Heraldos cuando estaban fuera, lo mejor que podían hacer era recurrir a ti.

También te había visto ayudando a los heridos, cuando la enfermería se veía saturada, actuando también como enfermera de manera temporal, aunque no era lo habitual.

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