Destiny [OS Genshin Impact]

[10] Zhongli

ADVERTENCIAS/ETIQUETAS: mención a Guizhong así que habrá bastante OOC por la poca información que hay en este momento de ella, la protagonista nombrará a Zhongli como Morax

Los ojos de ___ se desviaron momentáneamente hacia Zhongli, el cual estaba sentado en las mesas que había en la plaza con una taza de té entre sus manos, teniendo que volver rápidamente la atención hacia los niños al escuchar su nombre.

Había aparecido en la aldea de improviso a media mañana para ver a su pareja, aun si se había distanciado ligeramente después de que el dios fingiera su muerte hacía unas cuantas semanas. Atrapándola dando clases, ensenándole al pequeño grupo de niños que vivían allí a leer y escribir, pidiéndole unos cuantos minutos más para poder terminar la clase antes de ir junto a él.

—No sabía que dabas clases.

—He empezado hace poco, suelo dar clase casi todas las mañanas— dijo mientras se sentaba a su lado—. Los adultos no tienen tiempo para enseñarles por culpa del trabajo, o simplemente no quieren, así que me he terminado ofreciendo yo a darle clases.

—Me recuerda a ese tiempo antes de que la Guerra de los Arcontes iniciara— la mujer arqueó una ceja, confundida.

A pesar del tiempo transcurrido, recordaba muy bien esos tiempo antes de que el caos llegara a Teyvat, manchando la tierra con la sangre de dioses, grandes criaturas y humanos por igual debido a la crueldad con la que el mundo se había cubierto tras las ordenes de Celestia.

Era una mestiza, hija de un dios caído y olvidado tras la guerra, y una humana común con una gran carisma que había sido capaz de conquistar el corazón de una deidad. Aunque lo único que había heredado resaltable de ambos era su extenso vida, ni si quiera tenía fuerza para enfrentarse a un grupo mediano de hilichurls sin ayuda.

—Nunca enseñé a nadie durante ese tiempo— dijo tras unos segundos, sirviéndose ella también algo de té.

—Tú no, pero Guizhong sí. Era una gran profesora y amaba a los niños— dijo con una sonrisa un tanto nostálgica, reclinándose ligeramente para apartar un mechón de su cabello—. Te pareces a ella.

—¿Tú crees?

—Sí, aunque ella habría creado un edificio para dar las clases, en lugar de hacerlo a la intemperie, y así poder tener una amplia colección de libros a los que todos pudieran acceder y asegurarse de que el conocimiento llegue a todos.