Destiny [OS Genshin Impact]

[24] Albedo

ADVERTENCIA/ETIQUETAS: light smut, soft, masturbación, simplemente Albedo siendo Albedo, a penas revisado por lo que puede tener algún error 

Un gruñido molesto escapó inevitablemente de entre los labios de ___ a penas tomó y leyó el único papel que quedaban en el tablón con los encargos, silenciosamente colgada, esperando que alguno de los miembros del Gremio de Aventureros la aceptara.

Un escalofrío recorriendo su espina dorsal ante la sola idea de ir hasta la cima de Espinadragón, a esa tierra helada y sin vida, para completar ese encargo que habían estado ignorando intencionalmente, esperando que el último en llegar fuera quien se encargara de ese engorroso encargo.

Y, como siempre, terminaba siendo ella por alguna razón, como si Bennet le hubiera contagiado parte de su mala suerte después de pasar varios días junto a él para ayudarlo con unos cuantos encargos.

Al menos la recompensa que ofrecían era bastante alta.

Intentando convencerse de que no era para tanto, que podría soportar el frío de esa gran montaña deshabitada y llena de distintos peligros que iban desde Fatuis y Hilichurls de gran tamaño, a la propia geografía con caminos estrechos junto a escarpados precipicios afilados. Después de todo, estaba acostumbrada a subir para ver a el hermoso rubio que era parte del Equipo de Investigación de los Caballeros de Favonius.

Solo para rendirse al segundo, volviendo al desanimo original por la pereza que dominó su cuerpo.

Dejando escapar un suspiro cansada, intentando animarse y pensar en positivo, convencerse que solo serían un par de horas en el frío y que luego tendría todo el día libre para hacer lo que quisiera.

Colgando el pesado abrigo en la bolsa que llevaba con algunos materiales en el costado derecho, su cuerpo ladeándose ligeramente hacia ese lado. Solo pudiendo desear mentalmente no tener que volver a subir hasta la cima de Espinadragón en mucho, mucho, mucho tiempo.

Tardando poco más de una hora en llegar al enclave en las ruinas, hablando con el pequeño grupo que estaba instalado en la ruinas. Anotando su nombre y la hora y día de salida hacia tal y como requería el protocolo para los miembros del gremio por si algo llegaba a pasar durante su expedición.

Dirigiendo la mirada hacia la zona donde intuía que estaba el campamento, preguntándose mentalmente si Albedo ya estaba allí trabajando o se había quedado en el laboratorio de alquimia que había en la Sede Principal.

Acomodando el abrigo, escondiendo el bolso bajo este, evitando así que este se enganchara en alguna rama durante el camino. Temblando en el momento en el que el aire frío golpeó su piel descubierta a penas puso un pie en la montaña.

Otro día largo de trabajo.

[...]