Todo había cambiado, la desaparición de Emilio fué lo peor. Días, semanas, meses buscándolo, pero nunca lo encontraron, así que lo mejor fué darlo por perdido.
A veces las personas desaparecen sin motivo alguno, sin embargo, otras veces desaparecen...
En cuánto Joaquín colgó el celular, Romina fué corriendo a cambiarse para ir a casa de su cuñado. No sabía a qué había venido esa llamada de que necesitaba su ayuda, pero definitivamente lo iba a ayudar. Joaquín estaba nervioso, eran las 5 de la tarde y en 3 horas vería a Emilio de una forma íntima, en una cita, dónde sólo iban a estar ellos dos juntos, sin nadie más con ellos. Nunca habían tenido una cita normal, sus citas eran ir a Clock, pero allí siempre estaban rodeados de gente y más Emilio, ya que era el rey de aquel lugar. Y ésta vez iba a ser completamente distinto, no sabía que tenía pensado hacer el rizado y eso lo ponía más inquieto aún.
15 minutos después la puerta de casa fué tocada por una Romina un tanto nerviosa. Joaquín rió en cuánto vió cómo preguntaba qué ocurría, que no entendía nada.
- Deja de reírte por el amor de dios, Joaquín. ¿Qué pasa?
- Tu hermano es tonto - volvió a reír - Ha venido hoy
- ¿Y qué ha pasado? ¿Te ha dicho algo?
- Me ha pedido una cita - se tapó la boca
- ¿Qué? - Romina sonrió - ¿Una cita? - Joaquín asintió - ¿Tú has dicho que sí? - volvió a asentir - ¡Eso es genial Joaquín! - gritó
- Sí, es perfecto, pero nunca hemos tenido una cita cómo tal
- ¿Enserio Joaquín? No sé cuántos años lleváis juntos, ambos tenéis casi 30 años y ¿aún no habéis tenido una cita? - Joaquín se encogió de hombros - Me lo esperaba del desastre de mi hermano, pero no de tí
Romina se puso manos a la obra. En cuánto se metió en el armario agarró una americana negra, junto a una camisa blanca y unos pantalones negros. Joaquín sé lo probó y la verdad es que se veía bastante favorecido. Su estilo siempre ha sido así, pero desde que conoce a Emilio viste menos formal, ya que a Clock si iba con una americana iba a destacar demasiado y eso no quería por su inseguridad. Joaquín se miró en el espejo del baño y se tocó el cuerpo sintiéndose bastante atractivo. Romina se encontraba fuera del baño muy nerviosa por ver a su cuñado, el cuál no abría la puerta. De pronto escuchó el pomo de la puerta girar y cuándo salió del baño se quedó anonadada ante lo que estaba viendo.
- ¿Porqué nunca te vistes así? Estás precioso
- Siempre me he vestido así, lo que pasa es que cambié cuándo conocí a Emilio
- Creo que a Emilio le vas a encantar, estás muy guapo - Joaquín sonrió - Pero, ahora debes salir de la habitación
- ¿Qué? ¿Porqué?
- ¿Creías que no iba a elegirle ropa a mi hermano para la cita?
- No esperaba otra cosa - rieron
Joaquín se cambió de ropa para volver a una más cómoda mientras Romina escogía la ropa. Una vez hecho ésta se marchó y fué hasta el garaje para dejársela a su hermano.
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