Todo había cambiado, la desaparición de Emilio fué lo peor. Días, semanas, meses buscándolo, pero nunca lo encontraron, así que lo mejor fué darlo por perdido.
A veces las personas desaparecen sin motivo alguno, sin embargo, otras veces desaparecen...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Espera ¿Qué? - preguntó el rizado
- ¿Qué es lo último que recuerdas? - trató de averiguar Joaquín
- Sólo recuerdo que hace unos meses murió Josh, no sé si Eduardo te ha hablado de él, pero para mí...
- Era cómo tu hermano - concluyó Joaquín y Emilio asintió - No lo sé porque me lo haya contado Eduardo
- ¿Quién te lo ha contado?
Joaquín no sabía si finalmente lanzarse y contarle toda la realidad ó contener sus ganas. Pero de repente recordó que tenía un niño pequeño en casa que necesitaba del calor y cariño de su padre. No quería que Enzo viviese cómo él mismo vivió su infancia. Sintió mucho la ausencia de su padre, creció educado e inculcado por, únicamente, los valores de su madre. Nunca tuvo una figura paterna a la que atenerse, hasta que llegó Oliver.
Estaba a punto de hablar cuándo Eduardo apareció interrumpiéndolos.
- Emilio - llamó el pelinegro captando la atención de ambos - Te están buscando, es tu turno
- Espero que podamos terminar ésta conversación más tarde - dijo el rizado y Joaquín asintió
Cuándo se quedaron sólos Eduardo y Joaquín, el pelinegro se aproximó hacía él sabiendo perfectamente lo que había estado a punto de hacer.
- Lo he escuchado todo Joaquín. ¿Estás loco? ¿Quieres que tenga un colapso mental?
- Sólo pensaba en Enzo
- Precisamente aún más no entiendo porqué lo has hecho
- Déjalo, Eduardo - dijo marchándose del lugar
- Haciendo eso sólo vas a alejarlo más
- ¿Serías tú capaz de pretender que no conoces a tu marido? - se volvió hacía él enfadado - ¿Serías capaz de mirarlo a los ojos y resistir las ganas de besarle sólo porque a él le van las putas tías? Cállate si no sabes lo que se siente. Estoy harto de que me digáis lo que debo sentir y cómo debo actuar
- Sé que es complicado Joaquín, sólo debemos tener paciencia
Joaquín no dijo nada más, negó con la cabeza y se alejó de aquel lugar. Se aproximó hasta dónde estaban todos sus conocidos. Intentó evadirse de todo hablando con su mejor amigo, pero le fué en vano. Fué justo en ese momento cuándo sintió un brazo recorrerle los hombros. Miró hacía su lado, era Emir. Sonrió y se abrazó a él intentando no llorar. Para el hermano fué muy duro la idea de que su hermano no lo recordase. Estuvo 21 años separado de él y ahora que lo tenía lo volvía a perder. Se separaron un poco del grupo para hablar tranquilamente. Joaquín sentía que era el único que lo comprendía, que entendía su dolor y que era capaz de ponerse en su piel. Todo ocurría bajo la atenta mirada de Emilip, que había terminado la carrera hacía unos minutos.