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Hablaron durante horas, rieron, incluso lloraron recordando todo lo que había ocurrido en todo ese tiempo. Ambos se preguntaron por su situación actual en la vida. Eduardo no acababa de entender la reacción que tuvo Niko al verlo, pero, sin embargo, Emilio si lo pudo comprender. Era un hombre asustado por su marido y preocupado por sus hijos. Tras varios minutos insistiendo el rizado consiguió que Eduardo cediese a volver a su casa porque sino el enfado del rubio iba a ser mayor. Cada uno se dirigió a su casa y cuándo Emilio entró en la suya lo primero que hizo fué absorber el aroma de la casa, aquel aroma familiar que tanto había echado de menos. Con cuidado de no hacer ruido subió a la habitación, pero antes de entrar vió luz en el interior de ésta. Se asomó con cuidado y se encontró a Joaquín leyendo en la cama. Extrañado, el rizado miró el reloj en su mesilla que marcaban las 4 de la madrugada.

- ¿Qué haces despierto?

- No podía dormir, quería esperarte leyendo

- ¿Sabes la hora que es? - el menor asintió - Debes descansar Joaco, si lo hubiese sabido habría venido antes

- Mañana no trabajo ¿Qué tal con Eduardo? Se alegró mucho de verte

- Si, no esperaba esa reacción. Sin embargo, sí la de Nikolás...

- Emilio es normal, tienen 2 hijos. Él se enfadó mucho cuándo desapareciste, Eduardo se quedó destrozado

- No es algo que quisiese hacer - dijo de mal humor - Perdóname, no debería hablarte así. Ha sido un día muy largo y estoy cansado...

- Entonces ponte el pijama y vamos a dormir

Aquello convenció al rizado. Cada vez que pensaba en ellos dos durmiendo un escalofrío le recorría el cuerpo. Era lo que más había extrañado, tenerlo entre sus brazos. Cuándo estaba listo entró en la cama y abrazó al menor por detrás. Le besó el cuello tiernamente y procedieron a dormir.



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A la mañana siguiente Joaquín despertó antes que su marido. Los primeros rayos de luz lo despertaron. Inspeccionó toda la habitación deteniendo la vista en la cabellera rizada que descansaba a su lado. Un brazo tatuado y musculoso descansaba en su cadera y sonrió al ver cómo incluso dormido intentaba protegerlo. Con cuidado de no despertarlo le apartó el brazo y se levantó de la cama. Con cuidado bajó las escaleras y cuándo entró en la cocina se encontró una cabellera rubia.

- Joder Nikolás - se asustó - ¿Qué haces aquí? Es fin de semana

- ¿Te parece bien lo que hizo Emilio?

- Fué decisión de Eduardo irse con él. Emilio no lo obligó a nada

- Si tu maridito no hubiese aparecido nada de ésto hubiese ocurrido

- Creo que eres el único que no se alegra de que MI marido haya aparecido - dijo impotente

- Posiblemente. Al igual que quizás soy el único que tiene dos dedos de frente

Ravenous // Adaptación Emiliaco // 3° y 4° Temporadas de Clock StreetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora