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𝚃𝚑𝚊𝚗𝚝𝚘𝚙𝚑𝚘𝚋𝚒𝚊: 𝚕𝚊 𝚏𝚘𝚋𝚒𝚊 𝚊 𝚙𝚎𝚛𝚍𝚎𝚛 𝚊 𝚊𝚕𝚐𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚚𝚞𝚎 𝚊𝚖𝚊𝚜

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Después de unos días duros en el hospital regresaron a casa. Las pruebas fueron concluyentes, Emilio recordaba a la perfección todo lo ocurrido. La reacción del pequeño rizado fué sublime, no podía estar más alegre de tener a su padre de vuelta en casa. Emilio no terminaba de entender porqué todo el mundo se alegraba tanto de que estuviese bien, para él habían sido unas simples horas en el hospital. Pero, por otra parte, Joaquín sabía que debía contarle lo ocurrido, ambas cosas. Primero que estuvo días sin reconocer a su propia familia y después que fué a causa de los golpes de Eduardo por lo que estuvo en el hospital. Sabía que al pelinegro le había dicho que eso iba a quedarse entre ellos, pero cada vez que lo miraba y lo veía junto a su hijo algo en su interior lo hacía sentir culpable.

Estaba preparando el desayuno para Enzo cuándo sintió cómo alguien pasaba sus manos por su cintura para acabar posadas en el abdomen. Sonrió sabiendo de quién se trataba e inmediatamente sintió un beso en su hombro derecho.

- Buenos días a tí también - dijo Joaquín girando la cabeza para dejar un pequeño beso en los labios del rizado

- No me gusta despertarme sin tí

- Tenía que prepararle el desayuno a Enzo, tiene colegio

- Lo sé, sólo que después de lo del hospital me siento muy extraño

- Han sido horas tensas, no te sientas culpable

Joaquín no quería seguir con aquella conversación, así que sutilmente se hizo a un lado cortando el contacto físico con su marido.

- Siento que han pasado más que unas simples horas, parecen semanas

- El hospital es aburrido - intento despistar Joaquín

- Si hubiese ocurrido algo me lo contarías ¿verdad?

- Emilio yo... - pero en ese instante apareció Enzo vestido para ir al colegio - Buenos días mi vida - se agachó para abrazarlo - ¿Has dormido bien? - el pequeño asintió restregándose un ojo

Emilio observó a su familia y en el fondo sabía que Joaquín le estaba ocultando algo. Él nunca le había ocultado nada y se sentía engañado.

- Joaquín - Demandó algo enfadado - ¿Hay alguien más?

- ¿Qué? - lo agarró del brazo y lo sacó al salón - ¿Cómo si quieras puedes preguntarme eso frente a nuestro hijo?

- Si ó no, es muy simple

- No creí que desconfiases de mí - dijo con lágrimas en los ojos

- Entonces cuéntame la verdad

Joaquín lo observó detenidamente. También tenía lágrimas en sus preciosos ojos cafés, lágrimas de desesperación, de inconformidad, de dolor. Ésto era un punto y aparte, sabía que tenía que contarle la verdad, no había vuelta atrás.

Ravenous // Adaptación Emiliaco // 3° y 4° Temporadas de Clock StreetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora