4° тємρ - 0. єηչσ

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- Enzo, ¿dónde estás? - dijo empuñando su arma - Enzo, ven aquí ahora mismo. Tienes que estar conmigo

- Estoy aquí papi - dijo entrando por la puerta de la habitación

- Métete debajo de la cama y no salgas bajo ningún concepto, ¿me has entendido? - dijo agarrándole de la mandíbula

El pequeño moreno de ojos café asintió efusivamente mientras observaba cómo su padre salía de la habitación silenciosamente empuñando su arma de fuego. Cómo había prometido, se escondió bajo la cama, tapándose los oídos, pero observando en cada momento la puerta de la habitación.

Era algo a lo que ya estaba acostumbrado. Desde que lo adoptaron, desde pequeño sus padres le habían enseñado la importancia de ser silencioso hasta en su propia casa. Sabía que su padre era un hombre poderoso, y que constantemente estaban amenazados y también sabía que su otro padre siempre estaba alerta, más aún cuándo el otro no estaba con ellos.

Observó cómo la luz del pasillo de las habitaciones era encendida y se escondió aún más lejos del borde de la cama. Pudo distinguir una sombra adentrarse en la habitación. El menor cerró los ojos y apretó más los oídos para no escuchar nada, también controló su respiración porque si seguía hiperventilando iban a descubrirlo. Lentamente, se destapó los oídos, puesto que no escuchaba nada y cuándo creía que estaba a salvo la sombra apareció de nuevo.

- Enzo, soy papi. Ya puedes salir - al reconocer la voz de su padre respiró tranquilo y salió para abrazarse a él - Perdona cariño, creí escuchar un ruido y me alerté. No quería asustarte

- ¿Está todo bien? ¿Tenemos que seguir escondiéndonos?

- No cariño, puedes dormir conmigo ésta noche. Vamos, entra en la cama - dijo cariñosamente Joaquín

A decir verdad, Joaquín sólo estaba tan alerta cuándo Emilio se encontraba fuera de casa. A pesar de que los años hayan transcurrido, ellos nunca han dejado de estar amenazados. Al fin y al cabo, son dueños de uno de los circuitos de carreras ilegales más prestigiosos de Londres y aunque Juan Osorio ya no estuviese entre ellos, también era uno de los cárteles de droga más conocido y amenazado de todo Europa.

La noche transcurría con normalidad en Clock Street, Emilio continuamente miraba el reloj en su muñeca

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La noche transcurría con normalidad en Clock Street, Emilio continuamente miraba el reloj en su muñeca. Tenía que correr a las 4 de la madrugada y apenas quedaban unos minutos. Después iría a su casa a dormir en su cama con su marido y su hijo de escasos 8 años. Sintió el brazo de su hermano rodearle los hombros en un gesto familiar, a lo que ambos se sonrieron.

- Ya queda poco para que vayas con tu familia

- Antes era tan distinto, cuándo Enzo no estaba, Joaquín siempre me acompañaba y ahora tenemos otras preocupaciones más importantes

- Todo ha cambiado muy rápido. Cuándo volvísteis de Baltimore creí que todo había acabado, pero nunca vá a terminar. Ni, aunque esa sabandija haya muerto

Ravenous // Adaptación Emiliaco // 3° y 4° Temporadas de Clock StreetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora