3° тємρ - 3. єℓ мιє∂σ

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Aquella tarde fué un caos, Joaquín tuvo que ir a trabajar contra todo pronóstico. Lo único que quería hacer era quedarse con Emilio en casa. Éste obviamente se quedó en casa no sin antes insistir en que debería ir a acompañarlo al trabajo, a lo que Joaquín respondió que llevaba haciéndolo durante 1 año y que estaba bien, pero Emilio siempre sentía el miedo de que las amenazas no hubiesen acabado. Se había alejado de él durante 2 años, no quería alejarse de él por más tiempo.

La tarde pasó lenta para el rizado cuándo de pronto sobre las 19:30 escuchó la cerradura de casa. Había recordado que Joaquín le dijo que volvería sobre las 10 de la noche por lo que rápidamente saltó del sofá y fué a esconderse. Desde la planta de arriba observó cómo Nikolás entraba con unos tupers en la mano. Lo veía tan cambiado. Se asomó más de la cuenta y al volver a esconderse el suelo crujió, Emilio se maldijo a sí mismo y Nikolás escuchó aquel ruido.

- ¿Joaco? ¿Has llegado ya? - y al no escuchar contestación marcó su celular - Hola Joaco, te he traído la cena cómo todos los días y he escuchado un ruido. No sé si estabas en casa...

- No Niko vete, el suelo de vez en cuándo suele crujir. No le des importancia de verdad - dijo el ojimiel demasiado nervioso

- Voy a echar un vistazo, luego te digo algo

- No Niko n... - pero colgó

Emilio no supo que hacer, estaba ahí a la vista de todos y observaba cómo el marido de su amigo lentamente subía las escaleras. El rizado volvió a moverse haciendo otro ruido y Niko subió corriendo para encontrárselo de frente. Emilio estaba cabizbajo y cuándo Niko lo tuvo enfrente se le aguaron los ojos.

- ¿E-Emilio? - el nombrado levantó la cabeza y asintió - Pe-pero te dimos por muer-muerto

- Lo sé, Joaquín me lo ha contado un poco por encima

- ¿Joaquín sabe que estás aquí? - el rizado volvió a asentir - ¿Porqué te fuiste? Joaquín ha llorado durante meses, no quería salir. Tuvo depresión Emilio. ¿Sabes lo que nos costó que encontrase un trabajo? Quería dejarse morir. Le daba igual todo, que le embargas...

- Niko por favor - le pidió - Aún no hemos hablado de todo y querría que me lo contase él

- ¿Desde cuándo estás aquí?

- Ésta mañana, por favor no le digas nada a Eduardo. Me gustaría contárselo yo mismo

- Creo que debería de irme. Le he dejado la cena a Joaquín en la cocina - comenzó a bajar las escaleras

- Nikolás - se giró hacía Emilio - Tenéis unos hijos preciosos - Nikolás asintió

- Nikolás - se giró hacía Emilio - Tenéis unos hijos preciosos - Nikolás asintió

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El rubio abandonó la casa volviendo a dejar un silencio sepulcral en el interior. Emilio se sentía demasiado culpable así que decidió acercarse al hospital con el auto. Una vez ingresó se dirigió a la zona dónde atendían a los niños y varios recuerdos le golpearon de pronto.

Uno de ellos fué la noche de los atropellos en Clock Street y el segundo fué cuándo siguió a Joaquín al hospital acompañado de dos niños. La primera vez que los vió el miedo invadió su cuerpo, ya que había supuesto que Joaquín había rehecho su vida con alguien y habían decidido tener hijos. Le dolió, puesto que después de todos esos años con Emilio no había aparecido la idea de tener hijos y la mínima idea de Joaquín teniendo hijos con alguien a quién tan sólo conocía de 2 años lo martirizó. Aunque después descubrió que esos niños eran hijos de su mejor amigo y pudo respirar tranquilo. Después de aquello Emilio los seguía con el auto hasta el colegio cada mañana. A pesar de que Joaquín no fuese consciente, Emilio siempre había estado protegiéndolo sin que él se diese cuenta. Se dirigió a dónde trabajaba Joaquín y cuándo lo vió fué directo hacía él llamándolo por su nombre.

- Emilio - lo miró estático - ¿Qué haces aquí? No puedes venir así sin más, que ocurre si alguien te vé. Nikolás ha ido a casa y...

- Nikolás me ha visto, he hablado con él

- ¿Qué? - lo agarró del brazo y lo arrastró hasta el exterior del hospital - ¿Cómo que Nikolás te ha visto? ¿Qué te ha dicho? ¿Qué le has dicho?

- Me dijo que tuviste depresión - recordó el rizado - Nunca lo supe

- Obviamente, no lo supiste porque no estabas cerca de mí - "si supieses que realmente estaba cada día a escasos metros de ti"  - pensó Emilio - Eso es lo que pasa cuándo tu marido desaparece y lo das por muerto. Que la pena te invade. Ahora... Deberías volver a casa. Me queda un rato para acabar mi turno - iba a volver a entrar en el hospital, pero Emilio lo agarró de la mano haciendo que girase y quedasen a escasos centímetros - ¿Qué haces Emilio?

- Te he echado tanto de menos - pasó el pelo por detrás de su oreja - Tenerte cerca, olerte, sentir tu respiración

- Debo entrar. Luego te veo - y se fué

Emilio lo entendía, le dolía, pero lo entendía. Había pasado mucho tiempo y Joaquín había aprendido a vivir sin él. Sin embargo, el rizado no se marchó, se montó en su coche a esperar que el menor saliese. Cuándo pasaron las horas las puertas se abrieron dejando ver al ojimiel riendo junto a un chico. Éste lo acompañó al coche y cuándo estaban ahí se despidieron con un abrazo. Emilio agachó la cabeza, se sentía estúpido. Cuándo Joaquín se puso en marcha el rizado se colocó tras él siguiéndolo hasta casa. Joaquín, al ver el coche del rizado detrás del suyo, puso los ojos en blanco. No podía creerse que Emilio hubiese esperado hasta su hora de salida. Cuándo salió del coche entró en la casa dejando la puerta abierta para que su marido entrase.

- No tenías que haberte quedado Emilio

- Pero quería, no tengo nada que hacer

- Mira, sé que para tí ésto es cómo volver a la normalidad, pero todo ha cambiado Emilio. Supuestamente, tú ya no perteneces a mi vida, no estando vivo. Ya es raro verte después de 2 años dándote por muerto, así que no hace falta que me sigas a cualquier parte - vió la reacción de Emilio y se arrepintió - Yo... Emilio perdona

- No, está bien. Te entiendo

- Lo siento de veras, ha sido un día muy largo y aún me cuesta asimilar que estés aquí

- Quizás es mejor que me vaya a un hotel - Joaquín asintió - Nikolás te ha dejado la cena en la cocina, si quieres podemos vernos el fin de semana

- Yo te llamaré - lo acompañó hasta la puerta

- No tienes mi número

- Claro, que tonto - cogió el celular y se lo apuntó - ¿Necesitas ropa ó algo? Está todo en tu armario

- Estoy bien. Gracias por todo. Te quiero

El rizado se acercó hasta sus labios, pero Joaquín giró la cabeza provocando que el rizado besase su mejilla, también lo entendió, así que asintió y se acercó hasta su auto para poner rumbo al hotel.


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Seguimos..........



Nos vemos AlbertXioW.

Ravenous // Adaptación Emiliaco // 3° y 4° Temporadas de Clock StreetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora