Todo había cambiado, la desaparición de Emilio fué lo peor. Días, semanas, meses buscándolo, pero nunca lo encontraron, así que lo mejor fué darlo por perdido.
A veces las personas desaparecen sin motivo alguno, sin embargo, otras veces desaparecen...
Emilio llegó al hotel, dónde había estado hospedado todo el tiempo, derrotado. Se sentía demasiado exhausto, lo único que quería era meterse en la cama, pero quería meterse en ella junto a su marido. Sentir su calor, lo anhelaba tanto y, ya que por fin lo tenía entre sus brazos, Joaquín parecía querer alejarlo. Miró en su celular el número de su marido en la pantalla y prosiguió a enviarle un mensaje.
"Ya estoy en el hotel, espero que descanses. Te quiero mi vida" Joaquín lo leyó en el momento y le contestó "Igualmente Emilio, nos vemos el fin de semana". Algo le dolió en el pecho, quizás la frialdad del mensaje ó posiblemente el no haber recibido un "te quiero" de vuelta. Lo comprendía, necesitaba tiempo, pero no sabía si iba a lograrlo. Todo ese tiempo había sido completamente distinto, Emilio sabía que no podía estar junto a él, aunque lo quería cómo si nunca se hubiesen separado. Lo veía casi a diario, sólo para asegurarse de que estuviese bien. Lo veía llorar muchos días, pero con el paso de los meses dejó de hacerlo. Siempre había mucha gente en su casa, un día iba Romina, otro día Emir y así... Todos se iban turnando. Pero ahora que podían volver a hacer una vida normal todo había cambiado.
Joaquín sentía que su cabeza iba a explotar, había mucha información en su cabeza y no conseguía asimilar que Emilio estuviese vivo. Una parte de él le decía que no se volviese a separar de su marido, pero su otro yo no podía creer que le hubiese hecho pasar por todo aquello. Al recibir el mensaje del rizado se moría de ganas por pedirle que volviese, que lo abrazase y que le susurrase que lo quería a cada momento, pero su parte racional lo hizo detenerse.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A la mañana siguiente Joaquín se despertó para poner en marcha su día y al desbloquear su celular vió un nuevo mensaje del rizado.
"Buenos días, Joaquín, te veo en casa de Eduardo"
Al leerlo inmediatamente se vistió y se dirigió a la casa del matrimonio bastante acelerado. En cuánto llegó tocó la puerta y le abrió un Nikolás cruzado de brazos.
- Sé tu secreto - dijo el rubio
- Lo sé, ¿Ha venido aquí? Me ha dicho que me vería en casa de Eduardo - susurró
- Debería estar muy loco para venir aquí - dijo enfadado Niko
- ¿Quién debería estar muy loco para venir aquí? - preguntó Eduardo cuándo apareció por el pasillo
- Nadie cariño, cosas nuestras. Vé, llegarás tarde - Joaquín estaba cabizbajo - Yo llevaré hoy a los niños - Joaquín lo miró incrédulo
- Me parece bien, Joaquín lleva 1 año ocupándose de ellos todas las mañanas. Se merece un descanso - Joaquín sonrió falsamente
- ¿Pero qué estás diciendo? - chilló cuándo el pelinegro se marchó - Siempre llevo a los niños a clase
- Creo que debes solucionar algo más urgente que mis hijos. No ha entrado, pero su auto lleva aparcado fuera 2 horas, dile que sea más sutil. Quizás tú no le hayas dicho nada, pero te garantizo que si Eduardo lo llega a ver le dirá de todo menos que le ha echado de menos.
Nikolás se encontraba algo decepcionado con su amigo. Cuándo Emilio desapareció, Eduardo pasó noches y noches en vela. No conseguía pasar página. Siempre repetía que primero había sido Josh y que después había sido Emilio. Se enfadaba y más tarde lloraba y así sucesivamente. Así que, que Emilio haya aparecido cómo si nada hubiese pasado le sentaba bastante mal.
Joaquín se quedó fuera de la casa mirando hacía el auto de Emilio que efectivamente se veía perfectamente, así que decidido se acercó hacía él. Cuándo el rizado lo vió quitó el seguro de las puertas sabiendo que su marido iba a entrar en el auto.
- ¿Qué haces aquí Emilio? Habíamos quedado en vernos el fin de semana
- Llevo 1 año acompañándote a llevar a los niños, no voy a dejar de hacerlo ahora
- ¿Qué? - dijo atónito - ¿Eras tú? ¿Siempre has sido tú?
- Siempre he sido yo Joaquín. Llevo 1 año cada mañana a las 8:30 acompañándolos en mi auto. Tú sólo te fijaste en mi auto el otro día, supe que estabas tramando al girar hacía la calle que no era así que dejé de seguirte
- Nunca me fijé, siempre voy cantando con los niños para que no se duerman antes de ir al colegio
- El primer día que te ví con ellos casi me dá un infarto. Pensé que habías decidido formar una familia con otra persona
- El primer día que tuvieron colegio fuí a recogerlos porque Niko se empeñó en llevar a sus niños al primer día de clase por si lloraban buscando a su padre
- Lo sé, cuándo llegaste a su casa y ví a Eduardo abrazarlos lo entendí todo
Joaquín lo miró sonriente, había un brillo especial en la mirada de Emilio. El pelo corto y la barba ligeramente más larga le quedaban muy bien.
- ¿Qué miras? - Joaquín sacudió la cabeza
- Es raro tenerte aquí
- Joaquín escúchame - le agarró las manos - Perdóname por favor, yo sólo quería ponerte a salvo. Quería, debía proteger a mi familia y mi familia eres tú. No quería separarme tanto tiempo de tí, te juro que intenté cargarme a toda esa gente lo más rápido que pude, pero no hubo manera
- Emilio te creo, pero entiende que ésto es difícil para mí. Agradezco que hayas intentado ponerme a salvo aunque sabes que haber desaparecido durante 2 años fué lo peor para mí
- Nunca dejé de quererte
- Yo tampoco Emilio
En esos instantes se miraban fijamente sin decir nada, Emilio comenzó a acercarse lentamente hacía él. Apoyó la mano en su mandíbula y juntaron sus frentes. La respiración de Emilio era agitaba, llevaba deseando estar así desde hacía 2 años y en esos instantes sentía que iba a dar su primer beso.
- No sé cómo hacer ésto - confesó - Siento que voy a romperte de nuevo y me mataría si te vuelvo a hacer daño
- No sé lo que siento ahora mismo Emilio. Te he echado de menos, pero siento que ésto es muy apresurado - cerró los ojos el ojimiel
- Esperaré todo lo que necesites
- Creo que por ahora debes dar explicaciones. No a mí sino al resto. Romina lo pasó igual ó peor que yo al igual que Emir y Eduardo
- Lo sé y tengo miedo de sus reacciones
- Yo estaré siempre contigo
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.