Todo había cambiado, la desaparición de Emilio fué lo peor. Días, semanas, meses buscándolo, pero nunca lo encontraron, así que lo mejor fué darlo por perdido.
A veces las personas desaparecen sin motivo alguno, sin embargo, otras veces desaparecen...
Cómo Joaquín le había prometido a su marido, él fué el encargado de preparar toda la fiesta. Pidió ayuda a Nikolás y éste se negó rotundamente, sin embargo, tras la insistencia de Romina, Emir y sus hijos pequeños dió su brazo a torcer. Llevaban unas semanas organizando todo lo de la fiesta. En ese tiempo Emilio había tenido tiempo para interactuar con sus "sobrinos" y éstos le cogieron cariño muy rápidamente. A Niko no le gustó la idea de ver a sus hijos interactuando con Emilio, pero poco a poco la idea de su vuelta no le estaba incomodando tanto. Eduardo y Emir no pararon de mejorar el auto del rizado, ya que habían insistido en que todo debía ser lo más perfecto posible, pero a Emilio sólo le importaba la confirmación de la gente para asistir a la fiesta. Sólo quería reencontrarse con viejos amigos y con el público que había apoyado tantos años a Clock para darles las gracias y recompensarles de alguna forma por ello. Era viernes y la fiesta iba a ser esa misma noche, Emilio llevaba toda la semana sin dormir bien, ya que tenía miedo de que todo fuese mal. Joaquín tampoco durmió bien porque cada noche sentía cómo Emilio se removía en la cama y suspiraba.
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Esa misma mañana a Emilio le hizo levantarse de la cama el sol que entraba por la ventana, sin embargo, Joaquín lo detuvo agarrando su mano. El menor se apoyó en su pecho para que el rizado lo abrazase.
- Buenos días - dijo Joaquín y su respuesta fué un beso en la mejilla - ¿Tampoco has dormido, verdad?
- No - suspiró el mayor
- Debes dejar de estar nervioso, está todo listo. Vá a ir todo bien
- Sabes que lo voy a seguir estando - la alarma los interrumpió - Hay que ir a por los niños ¿quieres que vaya yo?
- No sé si Niko...
- Los niños me quieren, además Nikolás ya no me mira con tanto desprecio
- No quiero que te haga sentir mal, no hoy - lo miró desde su pecho
- Todo vá a ir bien, descansa un rato más. Sé que no te he dejado dormir - dijo besándole la sien antes de levantarse
A regañadientes Joaquín lo dejó ir, sabía que Nikolás había empezado a tolerar más a Emilio y poco a poco se estaba acostumbrando de nuevo a su presencia, sin embargo, no le gustaba que estuviesen sólos y menos tal día cómo hoy en que el Emilio estaba más nervioso que nunca y cualquier comentario le haría mal. Estaba tan cansado que ni siquiera se dió cuenta cuándo Emilio le besó la mejilla antes de irse a por los niños.
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Cuándo el rizado llegó a casa del matrimonio los niños lo recibieron con abrazos calurosos y besos en las mejillas. Nikolás no lo pudo evitar y sonrió cuándo vió aquella escena. Emilio se levantó, ya que los niños lo habían tirado a la alfombra y se acercó para saludar al rubio. Le dió un abrazo al que sorprendentemente Niko reaccionó.
- No te olvides de darles el almuerzo antes de que bajen del auto. Llévalos hasta la puerta de sus clases y vete cuándo veas que los profesores entran en sus clases.
- Van a estar bien Niko, Joaquín me estuvo enseñando
- Es la primera vez que te confío a mis hijos, no hagas que sea la última - Emilio asintió
Preparó a los niños con sus abrigos y tarteras antes de salir de casa y cuándo estaban a punto de pasar el umbral el rubio lo hizo girar.
- No hagas que me arrepienta de ésto Osorio
- Los protegeré con mi vida
Y esa frase sorprendentemente alivió a Niko. Sabía que Emilio era excesivamente sobre protector con los suyos y aquellos niños eran realmente cómo los suyos propios. Una vez llegaron a la escuela Emilio se aseguró de todo lo que le había dicho a Niko y una vez hecho le mandó un mensaje con un emoticono del pulgar hacía arriba y Niko se sintió aliviado cuándo lo leyó. El rizado regresó a su casa y se ocupó de prepararle un delicioso desayuno a su marido para que empezase el día con fuerzas. Cuándo lo tenía listo lo puso todo en una bandeja y lo subió a la habitación. Una vez allí escuchó el secador en el baño así que dedujo que allí se encontraba así que entró. Lo abrazó por detrás asustando al menor.
- Emilio, que susto por dios
- Perdona, no era mi intención. ¿Dormiste algo?
- Sí, ¿los niños bien? - Emilio asintió - ¿Niko?
- Nah, unas cuántas amenazas, pero todo normal. No dijo nada que se saliese de su humor habitual
- Se vá acostumbrando, eso es bueno
- Digamos que he pasado mi periodo de prueba
- Me alegro por ello - le besó la mejilla
Joaquín salió del baño seguido por Emilio y cuándo vió la cama vió la bandeja repleta de comida. Sonrió y de pronto volvió a sentir los brazos de su marido a su alrededor. Se dejó acariciar y besar mientras cerraba los ojos. Había extrañado tanto esa sensación...
- Quería pillarte en la cama, pero no ha podido ser - lo escuchó decir
- Hacía mucho que no tenía un desayuno en la cama
- Te compensaré por éstos 2 años sin los desayunos Osorio - le susurró al oído
- Oh no, no empieces con "las cosas Osorio" - el menor se burló
- Todo lo que lleve detrás el apellido Osorio es bueno
- Lo sé, lo veo cada día
- ¿Qué ves cada día? - se hizo el tonto
- Lo bien que te sienta el apellido Osorio
El rizado lo giró para que quedasen frente a frente y cuándo lo estaban el mayor no esperó más y lo besó.
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