Al poco tiempo de la salida del príncipe y el caballero, la reina, ordenó que ella fuera cambiada a unas ropas apropiadas para el evento que se aproximaba.
Se encontraba viendo su reflejo ahora mismo, mientras su dama ajustaba los listones de las trenzas en su cabello.
Portaba un hermoso vestido de seda color negro con bordados verdes en las mangas largas de este, el cuello del vestido era circular y también de color verde esmeralda. Su corto cabello ahora estaba adornado con algunas trenzas recogidas en una diadema con un listón igualmente verde que resaltaba en su rubio cabello. Ella suspiro.
Nunca nadie, ni siquiera su padre, negó la belleza de Daeelyn, pero tampoco era la mujer más bella en los siete reinos.
Vió hacia el balcón, este estaba abierto y las cortinas volaban con la suave brisa.
— Se ve hermosa, mi princesa — habló Leima.
— Gracias — susurró con apenas una sonrisa.
Entonces la puerta fue abierta y la Reina entró, vistiendo un hermoso vestido y un peinado llamativo, a pesar de los años la reina Alicent sigue viéndose perfecta.
La reina vio a la dama, quien inclinó su cabeza y salió de la habitación.
— Te ves...— habló cuando la dama salió, después de unos momentos de ver a Daeelyn.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, ya había perdido la cuenta de cuántas veces en ese día había estado al borde de las lágrimas.
Daeelyn sonrió y Alicent la abrazó.
A pesar de todo lo que su padre decía de Lady Hightower, a pesar de que no era la mejor persona o madre, igualmente cuidó a Daeelyn como una hija y no como una sobrina. Ella vió por ella mucho tiempo. Dae estaba agradecida con ella.
Se separaron y Alicent retomó la palabra.
— Te ves preocupada, princesa.
— Lo siento, Majestad — habló apenada.
— No lo sientas, no es tu culpa la desaparición de tu esposo, seguro sientes incertidumbre y, entre muchas cosas que atormentan tu mente, miedo. Pero él va a volver — dijo poniendo sus manos en los hombros de su nuera.
— Gracias, mi reina, aún es pesado pensar en que él huyó, no es la primera vez que lo hace — dijo, bajando un poco su cabeza.
Después de unos segundos cayó en cuenta de lo que había dicho y se alarmó, no quería que eso sonará como una queja o reproche hacia su esposo. Era una tonta.
— Lo sé — dijo con pena la reina, para sorpresa de Daeelyn, monse veía molesta ante su comentario— Aegon no es precisamente el mejor esposo, a pesar de que él verdaderamente te ama.
Y entonces ella vió a Alicent a los ojos. Y Alicent rió.
— Él y yo tuvimos una conversación antes de que tu compromiso con él fuera anunciado — dijo sentándose en la cama mientras la menor tomaba asiento en una pequeña silla — le dije que no podría casarse contigo y él rogó por mucho tiempo. "No quiero nadie que no sea ella, madre" dijo. Yo le dije que para que tu padre lo aceptará él debía ser más que un niño mimado que pasaba el día entre copas y su cama — sonrió — en ese momento quizás fui algo dura con él, pero no porque quisiera herirlo, quería ver si estaba dispuesto a amarte de verdad, porque si no lo estaba, entonces no iba a casarlo contigo — vió nuevamente a Daeelyn — él respondió "Entonces me haré rey" y sus palabras me tomaron por sorpresa en ese momento. "Gobernar un Reino no es a la ligera, Aegon" le dije y él solamente respondió que no le importaba si tenía que ser jinete de tres dragones juntos o conquistar Dorne, él lo haría. Era un jovencito enamorado y le di lo que quería, él te ama, Daeelyn, pero es demasiado terco para moverse de sus hábitos.
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The Name of Blood - HOTD
FanfictionLa historia de una guerra narrada desde el corazón de una madre. Aviso: esta es una historia contada desde el bando verde. ¡Disfruten! 11-2022 #1 en aegoniitargaryen Gracias por leer! <3 © winterfaaall_ /2022