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Dormir no era una cosa que tuviera un espacio en su mente, tampoco algo que podría darle tan siquiera un poco de tranquilidad.

Escuchaba el bullicio de al rededor, hombres reían sin cesar, muchos de ellos ya estando en un completo estado de ebriedad, dispuestos a disfrutar aquella noche a sabiendas de que no tenían la certeza de que llegarían vivos a la noche del día siguiente.

Ella se encontraba con su bello dragón, acariciando las bellas escamas que cubrían con un precioso color su piel y permitiendo que la respiración de la criatura le hiciera sentir segura. Había pasado las últimas dos horas con el bebé que ahora había nombrado Maegor, como el rey hijo de la reina Visenya, calmando su llanto arrullando al pequeño que ahora contaba con seis meses de edad y mientras tarareaba para él en lo profundo de su mente buscaba la forma de grabar como un sello al bebé, como tenía aún la imagen vivo de Baelor.

Su primogénito, cada que volvía a su mente recordaba la promesa que había hecho frente a Aegon y se recordaba a sí misma que aún si muriera, habría válido la pena si Rhaenyra moría como ella.

Suspiró y caminó alejándose de su animal, no sin antes despedirse, para encontrar a Helaena sentada al lado de donde antes estaba Aemond, tomó asiento junto a ella e intentó ocultar su incertidumbre.

- Dicen que Jacaerys viaja con los hombres del Norte. - habló la menor.

- Eso no nos da la seguridad de que no intentarán hacerte daño, Lena, ya me traicionó una vez y puede hacerlo dos.

- Prometo que no estorbare.

Daeelyn desvío rápidamente su mirada hacia ella.

- No, no lo eres y jamás lo serás, pero entre tu vida y la mía, siempre elegiré la tuya hermana mía.

Helaena la vió con ojos suplicantes, como si quisiera que se disculpara por elegir su vida antes que la suya propia.

- ¿Daeron estará bien? - su contraria preguntó, volviendo a poner las cosas en su lugar.

- Siempre lo está, es un gran guerrero.

Las horas pasaron rápidamente, incluso vió a Helaena bailar con su caballero de confianza y su mente desplazó un poco aquellas ideas que abarcaban el fracaso de muchas maneras. Intentaba hacer caso omiso a ello.

El vuelo a HighGarden seguía siendo igual de agobiante que la noche anterior, el cielo no ayudaba, comenzaban a formarse nubes que claramente anunciaban una tormenta.

Tormentos de día

Fue el nombre que recibió la batalla que la reina Daeelyn Royce y su acompañante; la princesa Helaena, habían librado en el territorio de los Tyrell.

El día tan nublado que no se distinguía la hora, un gran ejército a las puertas de la fortaleza para esperar al enemigo, dos dragones adultos contra uno y, si tenían suerte, más hombres que ellos.

Champiñon cuenta que la lluvia había comenzado a caer en el campo cuando uno de los soldados había dado aviso sobre el dragón y que se acercaba al lugar, el frío viento ayudaba a crear una atmósfera de terror e incertidumbre.

La primera en moverse en base a la orden de su reina fue la princesa, enviada para llegar a un término con el enemigo, manteniendo la reina su promesa de ser piadosa con sus enemigos si éstos cedían.

Minutos de silencio sepulcrales se extendieron, haciendo a los soldados de ambos bandos comer ansias sobre lo que sucedía en el cielo. Harta de ser paciente y de no haber tenido una rápida respuesta, la reina emprendió vuelo hasta llegar con el comandante del ejército rival para obligarle a ceder.

Sus palabras habían sido claras "Rindete y podremos llegar a un arreglo, si no lo haces, muchas personas que no tienen que ver en esto morirán". Pero el príncipe heredero al trono se negó rotundamente, afirmando que su madre y el nombre de esta eran su prioridad.

Enojada y con dolor de estómago la reina ordenó a su hermana descender y el primero en moverse fue el ejército contrario. Los hombres del Norte guiados por Cregan Stark eran feroces, fuertes y rápidos.

Lo principal en la lista era derribar al dragón del jinete contrario, Helaena no estaba muy de acuerdo pero el plan era simple y muy bien armado. Ella comenzaría una pequeña persecución con el dragón más jóven debajo de ella, intentando someterle y entonces Darknigth podría herirle.

Las llamaradas y los rugidos podían escucharse incluso sobre el sonido de la lluvia y creaban tensión bajo el cielo.

La distracción tuvo éxito usando a la debilidad de Jacaerys en su contra, el dragón quedó herido de un ala, dejándole totalmente incapacitado cuado Dreamfyre rasgó esta mientas Darknigth lo acorralaba en el aire.

Jacaerys calló junto a su dragón, pero debido a que se había dado cuenta antes, la altura sobre el suelo era la suficiente para no morir.

Al verlo caer la reina le siguió, desmontando de su bestia para usar su arma en un combate contra él.

Hay dos versiones sobre cómo es que Daeelyn terminó teniendo como oponente al guardián del Norte y no al príncipe.

Algunos dicen que fue a su rescate, pidiéndole a Jacaerys que buscase un lugar seguro debido a que su vida era importante para Rhaenyra, y la segunda es que el gran Señor había sido visto por la reina y ella había decidido utilizar el momento para soltar la frustración hacia él que tenía desde que había estado en su hogar.

La batalla que se suscitó fue posiblemente la mejor que la reina Daeelyn pudo dar al público, fue su primera vez en batalla usando a Luciérnaga demostrando a los hombres seguidores de Rhaenyra lo que ella podía hacer y porqué, según Daeelyn, el trono no se heredaba, sino que se ganaba.

La espada y altura de Cregan eran suficientes para ganar si hubiese sido un oponente cualquiera, pero la agilidad de su oponente le impedían depositar su fuerza para atinar un golpe que fuera lo suficientemente sólido para herirla de gravedad, al menos para hacer que se rindiera.

Hasta que un segundo dragón apareció en el cielo, uno que reconoció con claridad como Moondancer, el dragón de su media hermana Baela.

Helaena aún seguía en el aire, ayudando desde el cielo y quemando a los hombres contrarios, ninguna de las dos esperaba la presencia de un segundo dragón, pero cuando Daeelyn intentó hacer algo su oponente le hirió impidiendo moverse para intentar ayudar a su hermana.

El golpe fue certero en su pierna izquierda, profundo como para que doliera tanto que pedía leche de la semilla a gritos.

El osado hombre de gran porte le dijo "Rindete, y ella no será herida, porque pararemos esto aquí."

Daeelyn se encontraba nuevamente entre su familia y el trono, el deber.

Aún herida tomó a Luciérnaga, con fuerza se puso de pie y dió un golpe con la punta de la lanza en el vientre del Norteño.

"- Si me rindo, no va a ser en vano, al menos te voy a llevar conmigo." había dicho.

Pero fue apuñalada nuevamente por la espalda.

El rumor afirma que fue Jacaerys quien la hirió con una daga para dejarla inconsciente, otros dicen que fue un soldado y otros tantos que el propio Cregan lo hizo.







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Me desaparecí 😔

Lo siento mucho.

Gracias por leer ^^.

- Winterfaaall

The Name of Blood - HOTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora