XL

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La puerta se abrió dejando entrar la luz de golpe, impidiéndole poder ver con claridad a pesar de saber quién se acercaba, cubrió sus ojos poniendo su cabeza entre sus brazos.

Sonrió con hastío, tratando de encontrar la manera de controlar el sentimiento que hacía que su pecho se oprimiera y sus manos se volvieran puños.

— ¿Quieres agua? — cuando la figura se posó frente a ella su mandíbula se tensó — Me han dicho que no has comido nada, Daeelyn, debes comer.

Un pequeño plato hondo fue puesto frente a ella, escuchó el sonido del metal contra el suelo y alzó la vista.

— No puedes morir.

— Como si eso te fuera importante.

Con molestia empujó el plato con su pie, tirando el contenido que parecía ser una sopa.

— Ha pasado ya un mes, deberías saber que me importas si aún hablas.

— "Oh, por favor, Su gracia. Ruego su perdón y rindo mi corona y mis vasallos a su causa." — dijo con una voz aguda, como si el llanto fuera a salir — Ponme las cadenas que desees, dame la comida que le das a los animales, envía a alguien a que me golpee e intenta torturarme hablandome de mis hijos; pero jamás, ni aún cuando pierda mi mente por completo obtendrás mi rendición.

El rostro de Rhaenyra se endureció al escuchar lo que la mujer en el suelo, con su plateado cabello largo y sucio, con aquel rostro demacrado y su cuerpo cubierto con un vestido tan simple como lo sería el de cualquier doncella de Blackwater, había dicho con tanto desdén.

— No te atrevas a hablarme de ese modo, eres mi prisionera.

No hubo respuesta de parte de Daeelyn, solamente veía como su contraria se acercaba unos pasos más hacia ella, aún viéndola desde su altura debido a que estaba sentada sobre el suelo.

— Jamás tuve un especial interés en ti, hijastra, nunca pensé que serías tú la que más problemas me daría.

Una sonrisa adornó su rostro.

— Tú provocaste lo que tienes ahora, sin embargo, cuando te veo con esa corona me causa gracia. — dió una pequeña carcajada — La mía es más bonita.

— Cierra tu estúpida boca, maldita traidora.

— ¿Qué harás, matarme?

— Frente a todos, como tú lo hiciste antes. — afirmó.

— Ni con tus meses en la capital has entendido tu posición — la cabeza de Daeelyn se elevó para poder ver a los ojos a su oponente — Rhaenyra, ellos te odian. Si me matas allá afuera, frente a todas esas personas que me aman y que te odian harás que hayan revueltas y tu reinado habrá terminado tal como empezó, por un descuido.

Un golpe fue propinado en su mejilla, tan fuerte que incluso el Guardia que estaba dentro del lugar prestó atención por si debía detener a su reina de hacer algo que no le favorecería.

— ¿Dónde tienen a mi hijo?

— ¿Criston no te ha pedido nada por el niño?

— Quiero a mi hijo y dejaré vivir al tuyo.

— ¿Por qué no simplemente renuncias al trono y me dejas en paz? Lárgate y no veas hacia acá.

— ¿Crees que dejaré mi trono porque una simple dama me lo pide?

— Una reina, Rhaenyra, una reina. — corrigió con diversión — Eso es lo peor de ti, sacrificaste a tus hijos por un pedazo de hierro en el que si te sientas te duele el cuerpo la mitad del día en la que no estás ahí.

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⏰ Última actualización: Feb 16, 2023 ⏰

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The Name of Blood - HOTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora