Era como una cuenta regresiva.
La fecha de parto estaba programada dentro de unas semanas y los preparativos eran mucho más extenuantes al tratarse de gemelos. Tenían un montón de cosas que comprar y ver en cuenta.
—¿Papi? ¿Podemos jugar? —preguntó una vocecilla infantil.
Hydra alzó el rostro en medio de las bolsas que estaba cargando con cuidado.
—Estoy ocupado, Peter. —respondió el soldado maniobrando las compras entre los brazos—. Tu padre me va a cortar la cabeza si no le llevo esto.
El infante asintió un poco decepcionado, observando con curiosidad los objetos que estaban repartidos por el pasillo.
—¿Son juguetes? —preguntó, cogiendo una caja colorida—. ¿Es para mí, papi?
Hydra volteó a verlo y negó con la cabeza.
—Son para los gemelos. —explicó mientras caminaba hacia una habitación que estaba siendo decorada y se encontraba al lado de la suya—. Estamos remodelando la nueva habitación para los bebés. Son juguetes que usarán tus hermanos, Peter.
El mencionado dejó la caja con tristeza.
—¿Puedes comprarme para mí también? —preguntó Peter yendo hacia el soldado para intentar abrazarlo—. Por favor.
Hydra casi pierde el equilibrio.
—Mierda, es peligroso que estés aquí. —notó al ver habían varios inmuebles que todavía no eran colocados y el niño podría lastimarse con ello—. Peter, ve a jugar con ese Dios que se cree tu tío.
—Pero-...
—No es una sugerencia. —ordenó Hydra mirándolo con autoridad.
Peter abrió y cerró la boca con miedo. A los segundos, salió corriendo de los pasillos con un fuerte sollozo que lograba escucharse por el lugar.
—¿Peter? —preguntó una voz adentro de la habitación.
SIM se asomó fuera del cuarto, buscando al niño. Había estado armando un estante para los accesorios que usarían los gemelos en el futuro.
—¿Qué sucedió? —preguntó Tony cruzando los brazos—. Escuché su voz. ¿Dónde está mi niño?
«Maldición» pensó Hydra dejando las cosas a un lado. ¿Había sido demasiado duro? No tuvo la intención de hacer llorar a su hijo, sin embargo sus palabras habían sonado bruscas.
—Creo que lo asusté. —suspiró Hydra estresado—. Quería jugar conmigo.
—Así que volviste a portarte como un cavernícola con nuestro hijo. —musitó Tony rodando los ojos—. Apúrate en terminar de ordenar la habitación de los gemelos, luego te vas a disculpar con Peter.
—Vale.
Hydra observó de reojo el pasillo con la esperanza de que el niño regrese, sin embargo no apareció.
Estaba demasiado cansado, luego de terminar de organizar la habitación de los gemelos.
No podía permitir que alguien los ayude con los preparativos de sus hijos. SIM era desconfiado y receloso por naturaleza, así que se acomodó en el sofá, mientras esperaba que Hydra volviera con la cena.
Un trueno retumbó por todo el lugar.
—¿Ahora que sucede? —murmuró SIM entre dientes, al ver una figura ingresar al lugar rompiendo los ventanales con estruendo.
Sentía un ligero deja vu.
—Thor Odinson. —dijo en tono agrio—. ¿A qué se debe la agradable visita?
El Dios tenía la expresión molesta e indignada.
—Teníamos un acuerdo, SIM. —dijo el hombre avanzando a grandes zancadas—. Yo les proporcionaba información y ustedes cuidaban a Peter. A propio hijo.
El genio alzó una ceja sin entender.
—¿Crees que no lo hacemos? —preguntó SIM comenzando a molestarse—. Somos sus padres, es obvio que lo cuidamos.
El Dios del Trueno se rió sin gracia.
Detrás de él, los truenos y relampagos se mostraron con más fuerza en el firmamento. Al parecer, estaba muy cabreado.
—No tengo que explicar la crianza de mi hijo a nadie, mucho menos a un héroe. —repusó SIM tocándose el vientre, al sentir un poco de incomodidad—. Lárgate, mientras estoy siendo amable.
—Son tan hipócritas. —refutó Thor negando con la cabeza—. ¿Cómo puedes ser tan necio? Ni siquiera, se han dado cuenta que Peter la está pasando mal por ustedes.
—¿Qué dices..?
—Hoy ha estado llorando por toda la tarde porque piensa que sus papás no quieren jugar con él. —recordó el Dios con una mirada triste—. Sé que ustedes no lo quieren por el carácter que tiene, pero es ridículo que lo dejen a un lado. Sigue siendo su hijo. —soltó irritado—. Peter, es solo un niño.
SIM retrocedió, un poco impresionado por las palabras del Dios.
Quería negarlo, quería decir que jamás lo habían dejado a un lado. Sin embargo, era consciente que no le habían prestado tanta atención por su embarazo. ¿Cómo no sé habían dado cuenta?
«Mierda» pensó, volviéndose a tocar el abdomen. Estaba sintiendo contracciones.
—Si yo pudiera... tenerlo... —susurró Thor apretando los puños—. Peter... Podría quedarse a mi cargo.
SIM abrió los ojos, incrédulo.
—¿Qué intentas decir? —preguntó, enrojeciendo por la ira.
—Sabes, a lo que me refiero. —dijo el Dios en tono firme, ajeno al cambio de humor del genio—. El niño estaría mucho mejor, si estuviera conmigo. Ustedes, no merecen tener a un corazón tan bueno como el de Peter.
«Debes estar bromeando» pensó Tony arrugando el entrecejo.
—Ha sido mi límite. —gruñó SIM levantándose de un salto—. ¿Quién mierda te crees para querer llevarte a mi hijo? ¿No recuerdas todo el infierno que tuve que pasar por tu culpa? He soportado verte durante estos años porque Peter te aprecia, pero créeme que he imaginado matarte un millón de veces. —se abalanzó SIM con fuerza—. ¡Maldito héroe, lárgate de nuestras vidas!
Thor alzó los brazos, intentando parar los golpes sin responder a la pelea.
—SIM, estás-...
—Cállate, hijo de puta. —cortó el genio—. Has estado jodiendo mi vida desde hace mucho tiempo. ¡Deja de meter tus narices dónde no te incumbe!
El Dios observó una figura que ingresaba a la Torre con rapidez.
—¡Tony! —exclamó Hydra corriendo al lado del genio para sujetarlo—. Cálmate.
SIM detuvó sus acciones, aún colérico y volteó a mirar al soldado sin entender.
—¡¿Qué?! —exclamó exaltado—. No has escuchado lo que esté infeliz me ha dicho. —señaló al Dios en medio de su rabieta.
Hydra lo miró de manera preocupada.
—Lo discutiremos luego. —dijo el soldado dándole una señal a Thor para que se fuera—. Acabas de romper fuente, cariño. Tienes que calmarte.
SIM bajo la mirada rápidamente hacia sus piernas y se dió cuenta de ese gran detalle. Había olvidado por completo de las contracciones que había estado sintiendo hace unos minutos.
¿Eso significaba, qué...?
—Se han adelantado. —murmuró SIM todavía con sorpresa—. Debemos ir al hospital.
—Sí, voy a alistar las cosas.
El transcurso fue un verdadero caos y mucho más, porque SIM se había negado a qué Peter se quede con Thor en el edificio.
—¿Papi, estás bien? —preguntó el niño con los ojos hinchados y rojizos—. Tengo sueño, ¿a dónde vamos?
Tony sintió que su corazón le dolía con ver el rostro de su hijo.
«¿Cómo no me di cuenta?» se repitió con culpa, agarrando la pequeña mano del infante entre sus dedos. Estaban de camino al hospital y sus contracciones eran cada vez más dolorosas.
No debía ser así.
Le habían programado una operación para el nacimiento de los gemelos dentro de unas semanas, según las indicaciones del médico. Sin embargo, se habían anticipado y ahora se encontraba nervioso por lo que iba a suceder. ¿No tendría ningún inconveniente, cierto?
El Extremis en su cuerpo, debió hacer hecho un buen trabajo.
—Estúpido héroe,, han sido dos veces dónde ocasiona que Tony se altere y se adelante el parto. —murmuró Hydra entre dientes, mientras manejaba como un loco, evadiendo el tráfico—. Ojalá pueda matarlo de una vez.
—¿Matarlo? —preguntó Peter con confusión y miedo.
—Shh, no lo escuches. —respondió SIM a su lado, besando su cabellera castaña—. Pronto vas a conocer a tus hermanos y podrás jugar con ellos cuando crezcan.
—¿En serio? —chilló el infante emocionado, olvidando las palabras del soldado.
—Sí, cariño. —dijo SIM con una mueca de dolor al sentir nuevamente una punzada—. Tus hermanitos te van a querer tanto como nosotros, Peter.
El niño asintió con diminutas lágrimas en los ojos, acercándose con cuidado al gran vientre del genio.
—No hagan sufrir mucho a papi. —dijo Peter depositando un beso sobre la barriga de SIM—. Sean unos niños buenos.
Un bufido se escuchó en el asiento conductor.
La sonrisa de Hydra al ver la escena tan ridículamente tierna, había sido suficiente para calmar su mal humor. Luego de unos minutos, llegaron al hospital donde fueron atendidos con rapidez.
Hydra y Peter se quedaron en los pasillos del hospital, mientras SIM era llevado en una camilla.
—¿Papi estará bien? —preguntó el niño abrazando al soldado de una pierna.
—Claro que sí, tu padre es muy fuerte. —respondió Hydra cargando a su hijo entre sus brazos y mirándolo con cariño—. Perdóname por tratarte mal en la tarde, ¿si? No fue mi intención.
Peter lo abrazo y un sollozo se escuchó mientras se escondía en su cuello.
—M-me diste mucho miedo. —hipeó bajito.
Hydra cerró los ojos y suspiró con culpa.
—Lo lamento, frijol. —dijo sincero, meciendolo con suavidad—. Mereces tener unos mejores padres, en serio.
El niño negó con la cabeza, apretando el agarre y calmándose después de unos minutos.
—Te quiero mucho, papi.
—Yo también, hijo. —confesó Hydra recordando la propuesta que había llegado a escuchar de Thor en la Torre y comos se había asustado con solo imaginarlo—. Más de lo que crees.
Por un buen rato, padre e hijo se quedaron en esa posición en los pasillos del hospital.
Habían pasado unas horas y Hydra se encontraba nervioso al no recibir ninguna noticia de su pareja.
¿Había terminado la operación? ¿No hubo altercados? ¿Por qué carajos el médico no aparecía?
—Señor Rogers. —llamó la voz de una enfermera—. El señor Stark se encuentra estable y todavía no se ha despertado de los analgésicos luego de la operación.
—¿Puedo verlo? ¿Está completamente bien, cierto? —preguntó Hydra acercándose con un aura amenazante—. Un solo rasguño y todo el personal se verá en serios problemas.
La enfermera asintió nerviosa, notando como una pequeña figura se acercaba también a ella y jalaba de su pantalón.
—¿Mis hermanitos? —preguntó Peter con curiosidad.
Hydra cargo al niño y espero la respuesta.
—Se encuentran en el área de natalidad, ambos nacieron en perfectas condiciones. —explicó la enfermera señalando por el pasillo—. Pueden ir a verlos, aunque se encuentran en las incubadoras neonatales por pedido del médico para una intensiva observación al ser hijos de los dueños de la ciudad.
—De acuerdo. —respondió Hydra desapareciendo como un rayo por el lugar indicado.
—¿Papi, cómo se llamarán? —preguntó Peter todavía en sus brazos.
Hydra no respondió, caminando hasta llegar a unas vitrinas donde se podían ver la sala de recién nacidos.
—No lo sé, puedes pensar en algunas nombres. —soltó Hydra buscando con la mirada a sus hijos.
No obstante, no le costó mucho en ver a dos diminutos seres que resaltaban entre todas las camillas. Los únicos bebés que no lloraban y permanecían tranquilos.
Ambos de mechones rubios como el suyo y ojos azules tan brillantes como el cielo. Justamente cómo SIM.
—Un niño y una niña. —sonrió Hydra con sorpresa.
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¡Proyecto de Amor!
FanfictionTony Stark tenía un proyecto personal que ansiaba lograr, había planeado por mucho tiempo tener un bebé con bastante precaución. Sin embargo, todo se fue al carajo cuando conoció a cierta persona. Ambos eran villanos. Tenían un pésimo carácter y poc...