Llegaron a la base, lo más rápido que pudieron.
Sin embargo, cómo Tony había comentado. El llanto del bebé era escandalosamente fuerte que desde los pasillos podían oírlo. Sin dudarlo, fueron corriendo hacia la habitación.
—Por los mil demonios, por fin llegaron. —dijo el Soldado del Invierno entregando al niño.
Tony lo sostuvo entre sus brazos y se fue hacia un lado de la habitación para tratar de alimentarlo. No obstante, el infante parecía no querer hacer más que chillar.
—¿Qué pasa, Peter? —preguntó el genio un poco desesperado, volteando a ver a los demás—. No deja de llorar.
Hydra se acercó, dejando en el suelo una maleta con los accesorios del bebé que habían logrado recuperar de la Torre. Especialmente, tres peluches en forma de tigres.
—Dámelo, cariño. —pidió el soldado con suavidad.
Desde que salieron del edificio Stark el ánimo del genio había sido melancólico. En todo el viaje, estuvo perdido en sus pensamientos.
Hydra lo ameritaba a lo que habían tenido que pasar.
—Vamos, Peter. Sé bueno con papá. —dijo Steve cogiéndolo entre sus brazos. No obstante, el llanto se hizo aún más fuerte.
Tony se pasó las manos por la cabellera, sintiéndose al límite.
«¿Qué estamos haciendo mal?» se preguntó viendo al niño con los ojos irritados. ¿Su hijo merecía estar viviendo de esa manera? ¿Acaso, no podía darle algo mejor que permanecer en una base militar en medio guerra? La impotencia de no estar cumpliendo con todo lo que había planeado por tanto tiempo, lo estaba consumiendo.
Era un pésimo padre.
—¿Han cambiado el pañal? —preguntó una voz femenina en la entrada del lugar.
Tony volteó en alerta hacia la figura desconocida.
—¿Quién eres? —gruñó.
La mujer llevaba la misma vestimenta que el soldado del Invierno, pero con destellos verdes y el cabello ocultando la mitad de su rostro. Parecía ser una veterana.
Era atlética y de aspecto fiero.
—El niño llora porque seguramente Barnes no ha cambiado el pañal. —contestó la mujer ignorando al genio y escuchando las protestas de Bucky por lo bajo al ser descubierto—. Deberías ponerle otro nuevo y ser más discreto, Hydra.
El mencionado la miró con recelo, pero asintió.
—Preséntate adecuadamente. —ordenó el hombre de ojos carmesí, volteando a sacar unos paños de los cajones con el niño aún en brazos—. No cometas el mismo error que Barnes, Tony Stark es mi pareja y merece tal respeto.
La mujer sonrió burda y dirigió su mirada al castaño que estaba en la habitación.
—Madame Hydra. —se presentó con una pequeña y elegante reverencia—. Soy teniente y seguidora del antiguo líder de Hydra.
—No comiences con tus juegos. —advirtió Steve de espaldas, cambiando al niño.
Anthony presenció la escena sin entender lo que estaba pasando.
«Primero el Soldado del Invierno y ahora vino está señora» pensó, tocándose el sien con cansancio. ¿No podía tener un poco de privacidad? Parecía que su recámara se había convertido en el salón de visitas.
—Deberían ser más precavidos en ocultar la vida del niño, yo me he enterado con solo pasar por los pasillos de aquí. —dijo la mujer sin escrúpulos—. Es muy diferente anunciar su unión ante la Organización a qué han engendrado un hijo, será su más grande y notable debilidad.
—¿Perdona? —cuestionó Tony con una sonrisa incrédula.
—Estoy diciendo que-...
—No. ¿Quién piensas que soy para que puedas hablar sobre mis asuntos? —cortó el genio avanzando hacia ella—. No olvides cuál es tu lugar, madame.
La fémina no retrocedió, pero observó las dos figuras detrás de SIM que la veían en tono amenazante.
No podría hacer ningún movimiento.
—De acuerdo. —terció con molestia—. Lamento la intromisión, me iré retirando.
Tony asintió sin dejar de mirarla.
—Lo olvidaba, hay un invitado que lo ha estado esperando desde que llegó, Hydra. —comentó antes de irse—. El Barón Zemo ansia su encuentro, ya que hace algún tiempo que no se han visto. Deberían de ponerse al día, chicos. —insinuó en tono sugerente, saliendo del lugar.
—Yo iré, no necesita presentarse, Líder. —se apresuró en decir el soldado del invierno con rapidez.
Hydra asintió varias veces, concentrado en abrir un paquete de paños mientras el recién nacido permanecía en silencio como si entendiera la tensión en el ambiente.
—No, yo deseo conocer a ese tal Barón. —intervino Tony con una sonrisa hipócrita, presintiendo que se estaba perdiendo de algo y lo iba a descubrir—. ¿No hay problema, cierto?
El soldado levantó la mirada, un poco nervioso sin saber que decir exactamente e hizo una mueca incómoda.
—¿No estabas cansado, cariño? —dijo con suavidad, esquivando la pregunta.
«Si no supiera la clase de persona que eres Hydra, hubiera creído sus palabras» pensó Tony con molestia.
—Tú vas a cambiar al niño y yo iré a ver al tal Zemo. —anunció con severidad—. Sin objeciones.
Hydra y Buck se dieron una mirada cómplice y llena de pesar. Se aproximaban grandes problemas.
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¡Proyecto de Amor!
Fiksi PenggemarTony Stark tenía un proyecto personal que ansiaba lograr, había planeado por mucho tiempo tener un bebé con bastante precaución. Sin embargo, todo se fue al carajo cuando conoció a cierta persona. Ambos eran villanos. Tenían un pésimo carácter y poc...