33. Problemas

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Hydra atrapó rápidamente el cuerpo del contrario y lo mantuvo encerrado entre sus brazos.

—¿A dónde crees que vas? —preguntó cerca de su oído.

Anthony ahogó un gemido, sintiendo su interior ser llenado de nuevo.

«Mierda, esté maldito loco va en serio» pensó el genio, tratando de soltarse del agarre. Desde hace un momento, Hydra parecía tener la necesidad de follarlo con todas las ganas del mundo.

—Ugh... Es muy profundo. —dijo Tony echando la cabeza hacia atrás y arqueando la espalda por instinto.

El soldado lo tenía sometido encima suyo, moviéndose de manera rápida y profunda, saliendo y  entrando en su interior. Las embestidas eran rudas y certeras, haciendo que Tony a penas pudiera seguir el ritmo de las sensaciones que estaba teniendo.

«Es mi límite» pensó con la boca entreabierta.

—Vamos... ¿Podemos tener otro hijo? —preguntó Hydra con la frente sudando y la respiración agitada.

Los movimientos se hicieron más acelerados.

—¡Ah! ¡Hmm! —jadeó Tony incapaz de decir algo coherente.

Sus pensamientos se estaban nublando y estaba perdiendo el sentido común sobre las cosas

Solo podía pensar en que el soldado era fabuloso en la cama.

—Voy a venirme. —avisó Hydra mordiendo el hombro del genio con suavidad—. Tengamos a otro niño más, prometo que los cuidaré a ambos.

Anthony sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, notando que también estaba a punto de venirse.

—Seamos una gran familia, mi amor. —volvió a insistir Hydra mirándolo fijamente a los ojos.

Tony no pudo más y asintió, cruzando las piernas alrededor de las caderas del soldado.

Al instante, la caliente sensación de ser llenado por el semen de Hydra en su interior, lo volvió a la consciencia

—Bastardo. —jadeó Tony cerrando los ojos, sintió su abdomen manchado por su propia esencia—. No tomaré ninguna pastilla preventiva, así que espero que cumplas con tu palabra.

Hydra sonrió como un cachorro feliz.

SIM se había estado cuidando desde que había vuelto a ser fértil después del nacimiento de Peter. A pesar, de las quejas de Hydra sobre no usar condón, SIM se las arreglaba para no volver a quedar embarazado, era consciente de la aterradora compatibilidad que tenían.

Obviamente, había fracasado en el intento.

«¿Otro niño?» pensó suspirando. Hydra parecía tan emocionado que le resultaba un poco entrenador.

—Esta vez tiene que parecerse a ti, Hydra.

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Habían pasado los días y Hydra se desesperaba al no recibir noticia alguna de la confirmación del posible embarazo.

—Eres cruel, SIM. —dijo el soldado yendo a enfrentarlo por milésima vez en el día—. ¿Por qué no me lo dices? ¿Te hiciste la prueba?

—¿Acaso, no puedes darte cuenta tú solo? —insinuó el genio, leyendo un periódico con atención—. Usa el cerebro, soldado.

Hydra parpadeó confundido y luego cayó en cuenta la clase de persona superdotada que era. Por la emoción de la situación se había olvidado de ese gran detalle.

¡Proyecto de Amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora