23. Apoyo

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Anthony se acomodó la camisa con satisfacción.

—Te ves sexy, Hydra. —dijo en mofa, acomodándose en la cama y observando al soldado parado al frente suyo con el cabello revuelto.

Los mechones rubios estaban despeinados de un lado a otro, dándole un aspecto más despreocupado al temido Capitán Hydra. Habían tenido una mañana muy proactiva y aunque, habían sido frenados por la llegada del bebé en la habitación. Anthony se sentía muy satisfecho al ver la apariencia del soldado después del sexo.

Tan atractivo.

—Deja de burlarte. —respondió Hydra cargando al niño entre sus brazos y moviéndose en un suave vaivén—. ¿Estás seguro que no tiene que alimentarse más? Peter me mira como si estuviera hambriento.

Tony rodó los ojos en respuesta.

—Acabo de darle de comer. —dijo estirando los brazos y conteniendo un bostezo—. Es tu turno, Capitán.

El mencionado frunció el entrecejo no muy convencido, pero asintió.

«Es increíble la delicadeza que utiliza al tocarlo» pensó Tony sin dejar de observar los movimientos del soldado. Hydra había acomodado estratégicamente al niño entre su brazo y pecho para que suelte el pequeño y adorable eructo que siempre daba después de ser alimentado.

El sonido fue como un burbuja siendo reventada.

Hydra sonrió al escucharlo y giró el rostro al ver que su hijo también lo estaba observando con una minúscula mano en la boca.

—Es ridículamente adorable. —confesó Steve con innegable cariño en la voz, volviendo a acomodar al recién nacido entre sus brazos y notando como aquellos ojos marrones no se despejaban de él.

Se veía tan diminuto en comparación al soldado que parecía que podría desaparecer entre los músculos de Hydra.

Anthony nunca había imaginado presenciar aquella escena dónde Steve Rogers cuide a un ser tan puro e inocente con tanto amor en los ojos. El rostro que siempre parecía tan intimidante no estaba presente en lo más mínimo en esos momentos. Hydra era alguien diferente cada vez que miraba a Peter y no expresaba solamente el amor que sentía al tener un hijo con la persona que más quería. ¿Sino también era preocupación y devoción por la vida que tenía en sus manos?

Era un afecto tan fraternal.

—Duerme, SIM. —ordenó sin dejar de mirar los ojos marrones que lo tenían atrapado—. Yo cuidare a nuestro niño.

Anthony sonrió en respuesta y se acurrucó entre las sábanas.

Sin embargo, unos golpes en la puerta irrumpieron en su acción. Anthony con un poco de molestia se levantó para interceptar a la persona que los estaba llamando mientras Hydra seguía con el niño.

—¿Qué pasa, Buck? —preguntó el genio en la entrada al reconocer a la persona en cuestión.

—Tenemos un aviso de emergencia. —informó el soldado del invierno entregándole un papel en la mano—. Hay problemas en el línea del frente que se encuentra a unos kilómetros de aquí, aparecieron demasiados héroes en el enfrentamiento.

SIM se sintió alerta y volteó a ver a Hydra que estaba de la misma manera.

—¿Han enviado refuerzos? —preguntó Tony acomodándose el cabello.

—Sí, pero no es suficiente.

«Mierda, me había olvidado de los problemas que teníamos» pensó Tony soltando un suspiro. ¿Hasta cuándo iban a seguir de esa manera? Las batallas eran interminables, una tras otra con el pasar de los días. Parecía que nunca lograrían un resultado definitivo.

—Se solicita varias figuras representativas para el frente. —volvió a hablar el soldado con el traje perfectamente puesto—. Yo seré uno de ellos.

Anthony se mordió una uña y dirigió una mirada significativa a Hydra que seguía con su hijo entre los brazos.

—Tengo que ir. —decidió SIM con firmeza—. No ha funcionado con los soldados de refuerzo y necesitan más gente. ¿Acaso, mis autómatas no serían la perfecta herramienta en el campo? —cuestionó, acercándose hacia el rubio y depositando un beso en la boca de Hydra con cuidado—. Confío en tus habilidades al manejar mi tecnología, pero yo soy el inventor. Sé perfectamente como dirigir a mis creaciones y necesitan justamente eso.

Steve cerró los ojos rendido y suspiró.

—Haz lo que debas hacer. —respondió a las finales—. Ya te dije antes que cuidaré al niño.

El castaño asintió y rápidamente fue hacia la mesa de noche en la recámara y cogió dos relojes inteligentes.

—Los veo luego, amores míos. —dijo Tony antes de salir de la habitación junto al soldado de cabellera negra que lo seguía detrás.

Hydra se quedó petrificado ante la mención de lo último y una sonrisa boba se escapó de sus labios cuando se fueron.

—¿Escuchaste eso, Pet? Somos sus amores. —dijo encantado.




Anthony sobrevoló por los aires, analizando la situación y dirigiendo a sus máquinas hacia donde se requería más ayuda.

—Reconoce de perímetro, Friday. —impuso Tony a través del traje—. También necesito un orden de prioridad, Jarvis.

«Sí, señor» dijo la voz de la IA masculina.

Había recuperado a su inteligencia artificial luego de visitar su Torre y descubrir que Jarvis seguía vigente en el edificio y sin ningún daño en su sistema.

—¡SIM ha llegado! ¡Reúnanse! —exclamaron desde el asfalto, varios villanos que pudieron reconocerlo.

El mencionado se mantuvo sobre el aire y se dispuso a moverse hacia delante en las zonas más afectadas por los héroes. No iba a negar que veía varias caras conocidas y no muy agradables en el bando contrario. Dándose cuenta rápidamente que los héroes los estaban superando en número.

—¡Avancen! —ordenó SIM con la voz dura hacia sus creaciones.

Los autómatas cumplieron con el mandato y aunque, algunos fueron destruidos por las manos de los héroes. Había creado el suficiente caos para que los villanos pudieran tomar el control de la situación.

No tuvo que pasar mucho tiempo para que sus allegados, vayan hacia el frente y atacarán sin dudar.

Una sonrisa victoriosa floreció en sus labios.

Sin embargo, la vista de Tony se detuvo en una joven cara que estaba peleando en el bando de los héroes.

«Es solo un niño» pensó con sorpresa, borrando la felicidad de su rostro. El muchacho estaba vestido de agente y tenía una arma en sus pequeñas manos. Aún, cuando intentaba defenderse en la pelea, era una situación que lo estaba sobrepasando.

Sin poder evitarlo, Tony pensó en su propio hijo. ¿Por qué imagino a Peter? No tenía sentido, siempre había sido consciente que así eran las contiendas.

—Lo va a matar. —murmuró SIM viendo como un villano se enfrentaba al niño y atacaba sin dudar.

El sonido del gatillo fue rápido y certero.

Tony desvío la mirada hacia otro lado, sabiendo como había terminado ese encuentro. Notando que en su propio bando también habían rostros jóvenes, quizás demasiados inocentes para estar en un cruel y sangriento campo de batalla.

Sintió un nudo en la garganta.

«¿Por qué se sentía tan mal?» pensó quedándose inmóvil en su entorno. Sabía perfectamente que las situaciones de ese tipo iban a suceder, se había preparado mentalmente para ello. No obstante, ahora no estaba tan seguro.

El tener a Peter lo hacía tener pensamientos muy diferentes. ¿Alguna vez si hijo tendría que vivir lo mismo? Su estómago se apretaba inconsciente por el miedo.

"Por Odín, logré contactarme con Jarvis" dijo una voz extrañamente familiar a través de su traje.

—¿Qué mierda? —indagó Tony alerta.

"Sé que puedes escucharme, SIM. No tenemos mucho tiempo, debemos reunirnos. Por favor" dijo la persona más conocida como Thor Odinson.

"Te voy a mandar mis coordenadas, necesito que me contactes. ¿No crees que ha sido suficiente? Héroes y villanos han ido demasiado lejos... Se ha salido de control" se cortó un instante la conexión. "SIM sé que no eres bueno ni malo, eres simplemente superior. Ven a mi ubicación y busquemos una manera de acabar con esto sin causar más pérdidas y que el daño sea irreparable...

...Terminemos con lo que nosotros comenzamos"

Anthony se quitó el casco y respiro hondo, tratando de calmarse. Sus ojos volvieron a viajar en el campo de batalla y las bajas en ambos bandos eran casi iguales.

—No tiene sentido. —susurró con impotencia.




Anthony llegó hacia la ubicación indicada. El lugar parecía ser un aeropuerto abandonado sin mucha iluminación por los alrededores.

—Aquí estoy, Odinson. —avisó quitándose el traje y alzando las manos—. Conversemos.

Una figura musculosa apareció por la entrada con una capa ondulante y un martillo en la mano.

«Recuperaste tus poderes» pensó Tony retrocediendo por instinto.

—¿Estás solo, cierto? —preguntó el Dios del Trueno acercándose y jalando una silla de metal—. Siéntate, hay mucho que discutir.

El moreno asintió y se sentó en posición de alerta al frente del Dios.

—Ambos somos presencias importantes en nuestros equipos. —comenzó Thor con seriedad y por primera vez, con el rostro cansado—. Debemos encontrar una manera de parar las luchas. Cada día, se pierden más y más vidas humanas.

—Entiendo tu punto, pero serían sus muertes en vano si dejáramos el enfrentamiento sin un motivo alguno. —contestó SIM con rapidez—. Los villanos jamás lo van a permitir.

—Los héroes tampoco. —terció el hombre agachando la cabeza.

El genio asintió, mirando el desolado lugar. ¿Estaba bien lo que estaba haciendo? Aquel encuentro era inaudito.

—Tengo una idea. —comentó el Dios del Trueno levantando la mirada—. Quizás, si ambos juntamos la suficiente información de ambos bandos y negociamos una tregua como si fuéramos intermediarios. —explicó un poco nervioso—. Ya sabes, midgardiano. Siendo un punto en medio entre ellos y sabiendo lo necesario para que ninguno pueda hacer un movimiento.

SIM lo pensó un instante y ladeó la cabeza.

—¿Y cuál sería nuestro motivo para amenazar a los dos grupos de tal manera? —cuestionó con interés.

Thor se rasco la nuca con timidez.

—Quizás, tu y yo nos enamoramos. —propuso el Dios—. Es una buena excusa el que un héroe y un villano se junten por amor y luego quieren detener la guerra entre ambos bandos. —siguió explicando—. Quizás, también podríamos decir que se debe a qué hay un niño entre nosotros.

—¿Qué..?

El hombre sonrió un poco cohibido ante sus palabras.

—Sé que los villanos todavía no saben que tienes un hijo con Hydra, podríamos aprovechar de ello. —respondió con simplicidad.

SIM sonrió indignado. ¿Qué mierda estaba diciendo?

—Ese hijo es mío y de Hydra. —sentenció sin duda en sus palabras—. Jamás cambiaré ese hecho.

—¿Acaso, no tienes humanidad? Tu raza se está muriendo por esas batallas inútiles. —gruñó el Dios del Trueno levantándose y acercándose para quedar a su altura—. Además, Peter pudo haber sido mío desde el comienzo... Si hubiese aceptado tu propuesta.

El genio se rio ante sus palabras y se levantó para estar al frente del Asgardiano.

—¿Sabes? Nunca te dije el nombre de mi hijo. —respondió activando su traje—. ¿Qué planeas exactamente, Thor Odinson?

El mencionado negó con la cabeza, sonriendo de lado.

—Debiste aceptar mi propuesta al principio. —expresó Thor con pesar y diversión en la voz—. Yo podría cuidar mejor al pequeño bastardo y contemplar la imagen de Hydra al ser apartado de las cosas que realmente ama. —dijo jalando con brusquedad el brazo de SIM—. Experimentar el dolor de perder a alguien... Ese hijo de puta debería saber que es lo que es siente. —escupió con odio.

Anthony sintió la ira crecer en su pecho.

—No podrás lastimarlo. —aseguró SIM con firmeza—. Jamás lo voy a permitir.

El Dios del Trueno lo jaló con más fuerza, arrastrando su cuerpo hacia él. Tenía la intención de llevárselo consigo, ese había sido su plan desde el principio.

SIM se rehusó con fuerza.

—¿Crees que vas a poder contra mi? —preguntó el Dios con una sonrisa engreída.

El sonido de un gatillo al ser presionado contra la nuca de Thor se escuchó en el lugar. El objeto metálico brillaba en la oscuridad y desde la penumbra un hombre salió sigilosamente.

—Quizás, SIM no pueda. —susurró una voz grave en su oído desde su atrás—. Pero, créeme que yo sí puedo.

—Hydra... —reconoció el Dios del Trueno.

Al instante, Tony salió del agarre y fue hacia la figura del soldado de ojos carmesí. Sus manos se unieron automáticamente dándose un suave apretón.

«Te has convertido en el soporte que nunca imaginé necesitar tanto» pensó Tony viendo de reojo a Hydra. Desde que le había llegado el mensaje del héroe, no tuvo ninguna duda en decirle al soldado.

Ambos eran un todo o nada.

Su relación se había vuelto mucho más fuerte y sólida con todo lo que habían tenido que pasar.

—Fue suficiente mierda la que ha dicho el héroe. —anunció Tony con una mirada decisiva—. Diles que salgan.

Hydra asintió y levantó una mano en señal de aprobación.

Entre las sombras, se mostraron varias siluetas saliendo de la oscuridad con la mirada llena de perversión. Algunos rostros podían ser reconocidos como el Soldado del Invierno, Madame Hydra, el Barón Zemo y muchas figuras más importantes en el bajo mundo que eran temidas y respetadas por partes iguales.

Sus presencias eran los que imponían el legítimo terror por el cual se caracterizaban los villanos.

—Me engañaste. —dijo Thor retrocediendo y levantando el martillo como una señal—. Supongo que no fuiste el único.

Desde un Quinjet que sobrevolaba por los cielos, un grupo de héroes, aparecieron de diferentes formas con la actitud orgullosa y solemne. La mayoría eran personajes alabados y celebrados por la sociedad por ser intachables.

—Comencemos.

La verdadera y última batalla entre los héroes y villanos estaba a punto de iniciar.


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