Cada día, eran nuevas sensaciones o emociones que controlar.
Anthony era una persona de naturaleza orgullosa, no le gustaba admitir que sentía malestar o simplemente sus pensamientos se tornaban negativos. Los veía como un razgo de debilidad.
Sin embargo, la persona que permanecía a su lado y prácticamente convivía en la Torre, era el famoso Capitán Hydra.
Observador, meticuloso y calculador. No dejaba pasar por alto casi nada.
—Siéntate un momento, Tony. —ordenó el soldado de espaldas en la cocina mientras servía los platos—. Sé que te duelen los pies.
—¿Cómo puedes saberlo? —atacó el castaño de brazos cruzados.
—Tan testarudo cómo siempre. —bufó Hydra volteando y dejando lo que estaba haciendo para enfrentarlo—. Te despertaste con pequeñas quejas y no quisiste pararte hasta que fue absolutamente necesario. —explicó con firmeza—. Oh y además, es frecuente en el embarazo que se hinchen los pies. No seas terco y siéntate.
Tony rodó los ojos en respuesta y se fue a sentar de mala gana.
—¿Quieres unos masajes, luego? —preguntó Steve con una sonrisa de lado.
—Estoy presintiendo que no me darás unos inocentes masajes a los pies, pervertido. —respondió Tony divertido.
—Si quieres otra cosa, solo dilo. —molestó Hydra guiñando un ojo, antes de retomar su labor de servir la comida que habían pedido.
«Idiota» pensó Tony sonriendo.
Últimamente, se estaban llevando mejor de lo que había logrado imaginar alguna vez. Luego de la pequeña conversación sobre la confianza que debían tener entre los dos, Anthony sentía que estaba conociendo una faceta desconocida del soldado.
Alguien más atento y considerado.
—Voy a tener que salir por un momento. —comentó Hydra ordenando la mesa y dejando los platos—. Serán por un par de horas, nada más.
Tony se removió en la silla y asintió.
—Se ve delicioso. —dijo cambiando de tema y mirando la comida con buen aspecto.
—SIM. —llamó Hydra con seriedad, cogiendo una mano del genio—. Volveré lo más pronto que pueda y antes de que me digas que puedes defenderte solo, si ocurre cualquier cosa en mi ausencia, no me importa si es lo más mínimo... Tienes que llamarme. ¿Okey? Estaré de inmediato, no importa lo que esté haciendo.
—Si vas a salir, es porque debe ser importante. —musitó Tony encogiéndose los hombros—. No te preocupes demasiado, no saldré de la Torre.
Hydra suspiró y asintió rendido.
No quería comentar sobre la reunión que tendría con la mayoría de figuras representativas de los villanos y los preparativos que estaban haciendo para la futura batalla.
Para un gestante era crucial estar relajado y fuera del estrés.
—Regresaré rápido. —prometió Steve observando como el castaño comía con gusto, ajeno a sus pensamientos.
A los minutos que Hydra se fue de la Torre como había mencionado, Tony se sintió extrañado. Ya quería verlo, nuevamente.
«Debo estar loco» pensó, negando con la cabeza y yendo hacia su taller para perder el tiempo mientras el soldado estaba fuera.
—Podría crear un asistente para gestantes con inteligencia artificial. —propuso de la nada—. Creo que no soy el único al que le gustaría tener diagnóstico de lo que está sintiendo o el proceso de su embarazo.
La idea le parecía estupenda, así que con energías renovadas, comenzó a moverse entre sus artefactos dispuesto a ponerse a trabajar. No obstante, al mover las cosas, un pequeño portafolio apareció en sus narices.
«El proyecto de investigación personal» leyó Tony sonriendo con pena.
¿Qué había estado pensando al creer que sería tan fácil el traer una vida al mundo? Las palabras en su proyecto eran crudas y objetivas, cómo si estuviera hablando de un proyecto de ciencias de la universidad.
Automáticamente, Tony se tocó el vientre.
—En el pasado, no creía que el vínculo entre un padre y un hijo sería tan fuerte. —murmuró mirando su vientre con cariño—. Estaba muy equivocado.
La sensación de tener a alguien dentro de él, moviéndose con suavidad o reaccionando a algunas sonidos, era indescriptible de escribir. Sentía que estaban unidos y nadie podría separar o desaparecer el cariño que inconscientemente le tenía.
Era su hijo.
—Nuestro, cómo diría Hydra. —recordó Tony con una sonrisa.
Todavía no sabían cuál era el sexo del frijolito y aunque, tenían la tecnología suficiente para saberlo. Creían que sería divertido conocerlo cuando nazca.
—¿Debería ir viendo nombres? —se preguntó.
Un sonido en la planta de arriba, lo desconcertó un poco. ¿Hydra había llegado antes de lo premeditado?
Tony salió de su taller con extrañeza. Sin embargo la figura que encontró en la entrada del lugar, no era a quién estaba esperando.
—Thor Odinson. —reconoció con rencor.
Se había demorado más de lo previsto.
Quizás, estar demasiado tiempo con Tony lo había vuelto más humano y accesible. Ya que había intentado dialogar con un grupo de asesinos y psicópatas más desquiciados que él.
Obviamente, no había funcionado.
—Idiotas. —murmuró Hydra quitándose unos guantes de cuero, estropeados con sangre seca que no era suya—. Debieron acatar mis órdenes cuando estaba siendo relativamente amable.
Las únicas personas que estarían guiando la batalla y serían los líderes estrategas del encuentro, eran SIM y Hydra, nadie más podría dar las órdenes.
Lo acababa de dejar muy en claro.
—Los preparativos tienen que terminar cuando Tony haya dado a luz. —dijo Steve en voz alta con presunción—. Quiero que mi hijo, crezca en un mundo donde pueda tener el mundo en sus manos.
Imaginaba un futuro magnífico dónde pueda darle a su primogénito la organización de Hydra y el control de las sociedades. Sin embargo, primero tendría que hacer sus movimientos y confiar en que SIM también este de acuerdo con sus deseos.
Rápidamente, llegó a la Torre.
Estaba dispuesto a contarle los planes a Tony con más calma, ahora que lo tenía bajo control.
—SIM. —llamó Hydra buscándolo con la mirada y encontrando al genio, sentado en un sofá, tocando su abultado vientre y mirando al ventanal—. Oye, ya estoy aquí.
El mencionado no sé inmutó, perdido en sus pensamientos.
«¿Qué ha sucedido?» pensó Hydra acercándose y buscando algún indicio de peligro, sin embargo no había nada fuera de lo común.
—Tony. —dijo sentándose al lado suyo y tocando su hombro—. ¿Ha sucedido algo en mi ausencia?
—Hydra. —saludó el castaño volteando a verlo con sorpresa—. No ha sucedido nada, solo estoy un poco pensativo. —mintió con una sonrisa.
Steve frunció el seño, levemente molesto.
Sabía perfectamente cuando las personas decían mentiras y aunque SIM era bastante experto en ocultarlo, no podría engañar a un súper soldado que había trabajado en extracción de información en una Organización criminal.
—Vale. ¿Entonces, no ocurrió nada? —volvió a preguntar, dándole otra oportunidad.
—Absolutamente nada. —sonrió Tony.
«¿Qué mierda? ¿Por qué eres tan descarado? ¿Dónde está la confianza que dijimos que tendríamos?» pensó Steve con molestia.
—Oye, tú-....
—Ah, cierto. —cortó Tony comenzando a desabotonarse la camisa—. Sucedió algo un poco extraño y divertido. Mira.
Hydra alzó una ceja, inquisitivo.
«¿Por qué siento que me quiere cambiar de tema?» pensó cruzándose de brazos, sin embargo no pudo ocultar su sorpresa al ver el pecho desnudo del genio.
—Me había estado molestando la camisa y cuando lo pude observar, note esto. —dijo Tony señalando sus pectorales—. ¿No es extraño? Pensé que al ser un hombre, no tendría estos cambios.
Hydra trago en seco y mando al carajo todos sus pensamientos, quedando solamente con la única imagen en su mente.
Los pezones de Tony. Hinchados y húmedos.
—¿Cómo..? —balbuceó el soldado.
—No lo sé, han estado goteando. —señaló Tony la camisa que estaba un poco mojada en la parte de los pezones.
—¿Te duelen? —preguntó Hydra acercándose con la mano temblorosa por la excitación—. ¿Puedo?
—Claro, puedes tocarlos. —sonrió Tony y si no fuese porque el soldado estaba demasiado absorto por la situación, se hubiese dado cuenta de la insólita cooperación.
«Todavía no puedo decirle sobre la visita de Thor Odinson» pensó el genio, mordiéndose el labio sintiéndose un poco culpable al usar su cuerpo, sabiendo que la hinchazón de sus pechos la tenía desde hace varios días, pero no lo había mencionado.
Solamente, por esa tarde no los había limpiado y por eso se venían tan húmedos e hinchados.
—Mierda. —susurró Hydra amasando con sus grandes manos el pecho del contrario con fuerza—. Es el maldito paraíso.
Tony contuvo un jadeo.
—Con cuidado, siguen sensibles. —dijo en tono sugestivo, aumentando el deseo del soldado.
El Capitán Hydra tenía los ojos dilatados y una sonrisa enorme. Parecía un niño en una dulcería, jugando con los pezones del genio y apretándolos con sus dedos.
—Son tan lindos. —murmuró acercándose y lamiendo la areola en círculos—. Eres delicioso, Tony. —dijo chocando su aliento contra los pezones antes de morderlos suavemente.
—¡Ah, Steve! —exclamó el genio retorciéndose ante el toque.
Hydra volvió a sonreír y rompió la camisa al instante para obtener una mejor vista del cuerpo de Tony, apreciando el vientre abultado y redondo junto a sus pechos un poco hinchados y rojizos.
La imagen era simplemente exquisita.
—Me voy a volver loco.
Tony se removió en el sofá y se quitó los pantalones de chandal con facilidad, quedando desnudo y expuesto ante el Capitán.
—Me preparé para ti. —dijo con una sonrisa, abriendo los piernas—. Estaba esperando a que llegarás, Steve.
—Oh, mierda. —soltó el soldado con un jadeo.
«Sé que es jugar sucio, pero es la única manera de que no sospeches nada» se dijo Tony volviendo a sentirse culpable.
La conversación con el héroe, lo había hecho dudar en algunas cosas.
¿Si había un enfrentamiento entre villanos y héroes... Su hijo estaría completamente a salvo? No lo sabía a ciencia cierta.
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¡Proyecto de Amor!
FanficTony Stark tenía un proyecto personal que ansiaba lograr, había planeado por mucho tiempo tener un bebé con bastante precaución. Sin embargo, todo se fue al carajo cuando conoció a cierta persona. Ambos eran villanos. Tenían un pésimo carácter y poc...