26. Extractor de leche

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El lugar era bastante acogedor.

Anthony permanecía la mayor parte del tiempo en la habitación del bebé, teniendo pequeños lapsos para descansar y cuidar del niño que recientemente estaba mal.

«Tengo a dos personas que cuidar» pensó el genio viendo de reojo a Hydra dormir en un incómodo sofá con Peter en sus brazos.

A pesar, de la recuperación rápida del súper soldado por el suero. Las heridas causadas por los héroes habían sido graves y las fracturas tenían un proceso más lento de curación ya que la mayoría de su cuerpo estaba lastimado.

SIM había escuchado a los médicos recetar al Capitán Hydra un reposo absoluto por unos días.

—Ni siquiera puede descansar bien porque mi Torre está siendo restaurada. —murmuró Tony levantándose para estirar los músculos—. Que fastidio.

Curiosamente el cuarto de Peter era el único lugar que estaba en mejores condiciones.

¿Debían ir a otro lado? ¿Regresar a la base? En definitiva, tendrían que volver tarde o temprano para organizar y dirigir los asuntos más urgentes para el nuevo régimen que los villanos deseaban imponer.

Ambos eran los líderes y tenían un montón de trabajo que hacer.

—Hmm, tengo el brazo adormecido. —balbuceó Hydra abriendo los ojos con pesar—. ¿Cariño, podrías..?

SIM sonrió de lado.

¿Desde cuándo Hydra pedía algo tan amablemente? Debía estar realmente grave.

—¿Podrías quitar al engendro del mal de mi brazo, por favor? —preguntó el soldado bostezando y haciendo una mueca de dolor—. Creo que me ha abierto una herida.

—Rectifico mis pensamientos. —contestó SIM negando la cabeza y acercándose para sostener al niño—. Fue tu idea dormir con Peter, así que no quiero oír tus quejas.

Hydra bufó y se volvió a acomodar en el sofá.

—Despiértame cuando sea la hora de comer. —murmuró el soldado volviendo a caer en los brazos de Morfeo.

«Nunca lo he visto tan cansado» pensó Tony con preocupación yendo a dejar a Peter que seguía dormido, sobre la cuna.

El rostro pacífico y tranquilo del infante era una imagen digna de ver. Sus pestañas eran tan largas y ostentosas que reposaban sobre sus mejillas sonrojadas cada vez que descansaba.

Sin duda alguna, Peter era un niño muy lindo y tierno.

«May me dijo que tenía cólicos» recordó Tony buscando en los estantes un pequeño aparato que podría ser útil.

En esos momentos, tenía el pecho bastante hinchado y su hijo seguía dormido. Lo más inteligente que podría hacer, era extraer un poco de leche para que Peter lo pueda tomar luego.

Tenía que alimentarlo bien y recompensar los días que estuvo ausente.

«Mierda, pero como tengo que hacerlo» pensó Tony quitándose la camisa y viendo las instrucciones en la caja del aparato. Lo había conseguido cuando fue a comprar los accesorios para la habitación del bebé hace un tiempo.

Había imaginado que algún día lo necesitaría.

—Yo puedo ayudarte con eso. —dijo una voz grave a su atrás.

SIM dio un brinco del susto y volteó a ver al soldado que estaba parado cerca suyo con una sonrisa traviesa.

—Maldición, Hydra. ¿No estabas durmiendo? —preguntó renuente.

—Lo iba a hacer, pero observé algo mucho más interesante. —contestó el Soldado quitándole el aparato que tenía en manos con rapidez—. Déjame hacerlo.

El genio lo observó, entrecerrando los ojos.

—Solo ayúdame a extraer la leche, Steve.—advirtió sin estar muy convencido.

—Claro que sí, Tony.




Habían estado juntos más de nueve meses y SIM todavía no aprendía sobre no creer en ciertas palabras de Hydra. ¿O simplemente le gustaba creer que algún día las cumpliría?

—¡Ah! ¡Es suficiente! —exclamó Tony recostado en el sofá con el torso desnudo.

Steve sonrió maliciosamente y siguió jugando con los pezones del moreno.

A un lado en el suelo, estaba un pequeño frasco de leche que había sido extraído al principio. No obstante, había quedado en segundo plano cuando Hydra quiso ser hacer lo mismo que el extractor de leche con su boca.

Sus labios atrapaban el pezón con fuerza y sus dientes dejaban una pequeña mordida en la areola.

—¡Ugh! ¡Duele! —jadeó Tony arqueando la espalda.

—Tan delicioso... —susurró Hydra apretando los pechos del genio con las manos.

Los pectorales se encontraban hinchados y rojos por la acción, dándole una vista magnífica al soldado que tenía una erección en los pantalones.

Sin pudor alguno, Hydra saco su miembro erecto y se acercó lo suficiente para que pudiera tocar la superficie plana que estaba muy sensible ante el tacto.

Hydra sonrió y movió sus caderas, simulando embestidas en el pecho del castaño.

—¡Ah! —gimió Tony en voz alta. Sintiendo sorpresa y vergüenza al mismo tiempo.

—Shh, vas a despertar al niño. —susurró Hydra moviéndose más rápido, rozando los pezones y toda el área, mientras se masturbaba con una mano.

Tony no apartó la vista del soldado que estaba encima de él y se tocaba con una expresión sumamente concentrada.

La imagen era tan erótica que no pudo evitar sentir su abdomen cosquillear y su propio miembro latir por la excitación.

«Mierda, me estoy volviendo un pervertido» pensó con la respiración agitada.

—Abre la boca. —ordenó Hydra con un gruñido.

El genio hizo lo pedido, sacando la lengua para probar el espeso semen de su pareja.

—Estuvo bueno. —sonrió Tony después de unos minutos, limpiándose el rostro que también había quedado manchado—. ¿Seguiremos sacando leche, Hydra? —preguntó en doble sentido.

El mencionado se rio y asintió.

¡Proyecto de Amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora