Capítulo Siete

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Harper

Cerré la puerta y corrí hacía mi cubículo. Uno de mis superiores tuvo que saltar del camino para evitar que lo atropellara. Ahora le debía una explicación sobre eso. ¡Genial!

Mis manos seguían temblando por los nervios, pero me sentía extrañamente victoriosa cuando me senté en mi silla. Tenía un montón de cosas por hacer, debía presentar un informe antes de la hora del almuerzo de mañana y no estaba preparada para hacerlo. Además, aún tenía que asistir a la estúpida reunión de las 12:20, pero no sentía ninguna presión por eso.

Necesitaba salir de la oficina. Había un lindo bar al final de la calle y decidí ir a tomar algo para calmar mis nervios. Mientras recogía mis cosas mi teléfono celular sonó, era Marie.

—¿Lo hiciste? —Preguntó con voz de asombro.

—Sí —dije fríamente.

—¿Qué pasó? ¿Te despidieron? —Otra vez estaba susurrando.

—No.

—¿Renunciaste?

—No, pero lo pensé por un segundo.

—¿Quieres que almorcemos juntas? Nos vendría bien un almuerzo con algunos grados de alcohol.

—Diablos, sí.

Revisé la hora y le dije a Marie que la vería en nuestro lugar favorito, un local a medio camino entre nuestras oficinas. Entonces salí de mi cubículo apretando mi estómago y fingiendo dolor, como lo había hecho tantas veces antes. Mi plan era pasar lentamente por la oficina de mi jefa.

—¿Harper? —Charlize llamó.

Giré para mirarla.

—¿Sí?

—Pasa, por favor. ¿Estás bien?

Entré con la mano sobre el estómago, agitando mi cabeza y haciendo una mueca de dolor.

—No me siento muy bien —susurré—. Creo que comí algo malo el fin de semana.

—Oh, no. Deberías salir de aquí, por si acaso es contagioso.

¡Bingo! Charlize era la obsesiva con los gérmenes de la oficina. Incluso se puso de pie y aumentó la distancia entre nosotras.

—Si puedes prescindir de mí, sería increíble.

—Claro. Vete a casa y descansa un poco.

Le di las gracias y salí. La vi desesperada abriendo uno de sus cajones, probablemente para buscar algún antibacterial. Nada me importaba en ese momento, sólo quería salir de allí. Apagué mi laptop, tomé mis cosas y arrastre mi trasero fuera de ese edificio.

Del engaño al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora