Capítulo Cincuenta y Dos

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Harper

Miré al cielo y me reí cuando me di cuenta de que era Ryan caminando hacia mí. ¿Era este mi castigo por ser tan feliz? ¿Y después qué sería? ¿Una llamada telefónica para decirme que mi apartamento se había quemado hasta los cimientos?

—¿De qué te ríes? —preguntó mientras se acercaba.

Estábamos fuera de la vista de la casa, lo que al menos era un alivio. Lo que menos quería era que nos vieran y pensaran que andábamos juntos a escondidas. Sólo podría escabullirme con Ryan si me pagara con lingotes de oro y zapatos de diseñador.

—No tenemos nada de lo que valga la pena hablar —le contesté, intentando que se alejara de mí.

Miró hacia atrás en dirección a la casa, probablemente preguntándose, como yo lo había hecho, si estábamos fuera de la vista.

—Hay algo de lo que quería hablarte —dijo, mirando nervioso en dirección hacia la casa.

—No hay nada de lo que quiera hablar contigo, Ryan. Ya hemos dicho todo lo que se tenía que decir.

Traté de pasar por su lado, pero él se paró frente a mí. Intenté pasar por el otro lado, y me bloqueó de nuevo. Finalmente, reuniendo mi coraje, me puse de pie y puse mis dos manos sobre su pecho, lo empujé tan fuerte como pude pero en vez de retroceder, me agarró por los brazos.

—¿Qué demonios estás haciendo? —pregunté furiosamente.

Traté de salir de su alcance, pero era demasiado fuerte.

—¿Podrías dejar de pelear conmigo? No estoy tratando de lastimarte. Sólo quería decirte que me equivoqué, cometí un gran error.

—Ya déjalo, Ryan. Suéltame.

—No hasta que escuches lo que tengo que decirte.

—Dilo, rápido, y no me vuelvas a tocar.

Lo miré fijamente, lista para escupirle en la cara.

—No lo dices en serio.

—Oh, pruébame. Desearía que lo hicieras.

Se le cayó la cara.

—Sé que estás molesta. Te aseguro que no puedes estar más molesta conmigo que yo.

—Ve al grano, por favor —Suspiré con exasperación.

—¿No entiendes lo que estoy tratando de decirte? Cometí el mayor error de mi vida cuando te dejé ir. Quiero que vuelvas. Te necesito.

Estaba tan aturdida que quedé paralizada. Justo cuando pensaba que lo había oído todo, se le ocurrió esto. ¿De dónde salió este hombre?

—¿Te caíste de cabeza cuando eras un bebé? —Estaba boquiabierta.

—¿Qué? —Sus ojos buscaron mi cara desesperadamente y añadió— Harper, sé que estás enojada conmigo, pero no puedes fingir que no sientes lo que hay entre nosotros.

—No estoy fingiendo —dije, con los dientes apretados—. No hay un "nosotros", Ryan. Nunca lo hubo. Nunca fuiste honesto conmigo, y si no tuviera que trabajar contigo, felizmente no volvería a ver tu cara de imbécil —Le quité los brazos de encima, empujándolo de nuevo para que se alejara más de mí—. Y no vuelvas a ponerme más nunca las manos encima.

—Te amo, Harper.

Casi le dije que se fuera directo al infierno cuando me percaté que Morgan pasaba a toda velocidad a mi lado empujando con fuerza a Ryan. Me quedé petrificada cuando vi a Morgan parada frente a mí, con las manos apretadas en puños.

—¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó, en un tono bajo.

—Esto no es asunto tuyo. Ella era mi novia primero —escupió Ryan cuando recuperó el equilibrio.

El puño derecho de Morgan se echó hacia atrás tomando impulso y en una fracción de segundo aterrizó en la boca de Ryan. Cayó al suelo y con una mano limpió la sangre que salía de su labio.

—¿Estás loca? —preguntó, sus palabras eran apagadas.

Morgan dio un paso hacia él, haciéndolo retroceder como un animalito aterrorizado.

—No. Lo estás tú si alguna vez la vuelves a tocar —respondió Morgan en el mismo tono de voz mortal. Señaló hacia la casa y continuó—: Tienes mucha suerte de que estemos aquí y no en otro lado, te conviene no volver a cruzarte en mi camino después de este fin de semana, te aseguro que pondré en práctica todas mis clases de Ultimate contigo. Y si eres listo, volverás a casa y les dirás que te tropezaste en el bosque y te golpeaste el labio con algunas rocas. A menos que quieras que tus suegros y tu jefe se enteren de que estás maltratando a Harper y tratando de deshacerte de tu prometida embarazada. Solía pensar que no eras lo suficientemente bueno para Harper, pero ahora sé que ni siquiera eres lo suficientemente bueno para Bárbara.

Si alguna vez quise saltar sobre alguien y prometerle que sería suya para siempre mientras le arrancaba la ropa, era en ese momento. Me tomó de la mano sin decir una palabra y me llevó de vuelta a la casa. La oía respirar fuerte y rápido.

—Gracias por eso —Suspiré.

—No lo hará de nuevo —murmuró—. Mejor que no lo haga, o le romperé la mandíbula.

—Creo que entendió el mensaje alto y claro —dije, en voz baja.

—¿Está bien tu mano? —Me miró preocupada.

Era como un fin de semana de cosas que nunca había hecho. Visitando los Hamptons, sexo en la ducha y ahora, se habían peleado por mí. Incluso con un golpe de por medio, Marie va a morir cuando se lo cuente.

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Hey!! Sorry, sé que me he tardado en sacar los capítulos a tiempo pero he estado un poco full de trabajo aparte de estas fechas de fiesta. Feliz 2023 para todxs!!!!! 🎉

También quería decirles que no falta mucho para culminar esta historia, tan solo seis capítulos así que trataré de tenerlos todos listos para la proxima actualización que debería ser el lunes. ❤

Un abrazo! Recuerden votar y recomendar. Besos!!!! 💋

Del engaño al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora