Harper
Estaba sentada en mi sofá hablando por teléfono con Marie cuando sonó el timbre de la puerta.
—¿Esperas a alguien? —Marie preguntó al otro lado del teléfono.
—No —dije.
Vivía en un edificio de apartamentos vacíos. No llegaría gente al azar a mi puerta. Puse mi ojo en la mirilla de la puerta y volé hacia atrás en shock.
—¿Quién es? ¿Es ella? —Marie preguntó.
—Sí —susurré.
—Tienes cuchillos en la cocina, ¿verdad?
—Eso es muy útil, Marie. Gracias. —dije, en sarcasmo.
El timbre volvió a sonar y salté.
—¿No vas a contestar?
Debatí sobre abrir la puerta, honestamente. ¿Debería? ¿O debería dejarla colgada en el viento? ¿Por qué estaba allí?
—Sí, te llamaré luego —dije y colgué la llamada.
Abrí la puerta antes de que pudiera convencerme de que no lo hiciera. Y ahí estaba ella, de pie, con un aspecto absolutamente precioso.
—¿Qué es lo que quieres?
Me paré firme ante ella con los brazos cruzados mirándola fijamente. En realidad, sólo intentaba protegerme. Me cerré físicamente recordándome que debía cerrarme emocionalmente. No podía dejarla entrar, aunque mi corazón quería decía lo contrario. Se veía muy hermosa y eso no era justo. Yo llevaba las mismas polainas y sudadera con las que había dormido y mi cabello no había sido cepillado en todo el día, sólo era un bollo en lo más alto de mi cabeza.
Veía en rojo. Era como si mi cerebro se hubiera estrellado con una pared de pura ira. Mi mano salió disparada y le di una bofetada tan fuerte que me dolió la mano. Por un segundo se quedó absolutamente quieta y luego se movió, tan rápido que no tuve tiempo de moverme.
Me besó desesperada. Yo intentaba luchar contra lo que estaba pasando pero mi cuerpo respondía a ella. La quería, la necesitaba y sus besos me estaban llevando a otro nivel.
Me llevó a mi cuarto sin dejar de besarme hasta que sentí mi cama en la parte de atrás de mis rodillas.
—Sal de mi apartamento —grité.
Volvió a besarme y me tiró en mi cama cayendo sobre mí. Por inercia abrí mis piernas y pude sentir como una sonrisa se le dibujaba en su rostro. En este momento no estaba clara si la amaba o la odiaba con todas mis fuerzas.
Mi cuerpo respondía como un imán al suyo, comencé a mover mi pelvis sin darme cuenta mientras ella solo me besaba con tanta pasión que no quería que se levantara. Llevé mis manos a su cabello apretando con fuerza.
—No quise mentirte —dijo rozando mis labios.
—Pero lo hiciste.
Me agarró ambas manos y las subió sobre mi cabeza.
—Suéltame —dije sin poner ninguna resistencia.
Las soltó con delicadeza pero yo las dejé en el mismo sitio mientras veía como poco a poco comenzaba a quitar mi camisa. Sus besos pasaban desde mi cuello hasta que llegó a uno de mis pezones y comenzó a chuparlo.
Gemí de placer. Moví mis manos a su cabeza empujándola con fuerza, incitándola a seguir con lo que estaba haciendo. Mientras continuaba llevó una de sus manos a mi entrepierna metiéndola debajo de mi pijama.
Gimió cuando sintió lo mojada que estaba. Mi cuerpo le pertenecía, de eso no había ninguna duda. No había parte de mí que no gritara su nombre.
Comenzó a mover sus dedos con destreza haciéndome querer más. Me acerqué a su cara y la besé con fuerza, mordiendo su labio inferior. Era un beso lleno de amor y dolor, haciéndola gemir.
—No quiero que te vuelvas a ir —dijo mientras continuaba con el movimiento.
—Me mentiste —respondí en una especie de susurro lleno de placer.
—Eso no lo sabes. No escuchaste mi versión de la historia —el pacer aumentaba con cada segundo y yo ya no me podía concentrar en nuestra conversación. Deseaba a esta mujer más de lo que a nadie en toda mi vida— Por favor escúchame.
Asentí dejándome llevar en una de las sesiones de sexo más increíbles de mi vida llena de lujuria y pasión. Ella era perfecta y me estaba cogiendo como nunca. La arrastré hasta mi boca mientras el clímax estaba al máximo y el orgasmo llegó segundo después haciéndome gritar como loca. ¿Por qué no? Teníamos todo el edificio para nosotros solas.
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Del engaño al amor
RomanceEl destino se encarga muchas veces de unir a las personas de la maneras más alocadas posible. Harper Phelps descubrirá que el amor de su vida se encuentra a una puerta de distancia pero las mentiras y engaños van de la mano con esta relación. Por s...