QUERIDO SR.CAVILL [HENRY CAVILL]

CAPÍTULO 5

"¿ Como no se enamoramos tan rápido más rápido de lo que una bala podría golpearte?"

—Obispo Briggs—

GRACE

Debo estar enojándome...

¿Es todo lo que sucede cuando te alimentas con comida chatarra aceitosa, particularmente el tocino frito y los Nuggets de pollo del McDonald's? Por qué no soy yo misma en absoluto. Estoy convencida de que mi cerebro de alguna manera se obstruyó con grasa.

El Sr.Cavill está haciendo que mi corazón lata de una manera que nunca antes había experimentado, y mis mejillas parecen estar a punto de incendiar esta habitación, la gasolina es la proximidad desconocida entre nosotros. Estar tan cerca de él está jugando una mala pasada con mis hormonas y creo que aceptar su ayuda fue una de las peores decisiones que he tomado en mi vida. Me siento rara y se me está acabando la vida.

Sus ojos están perforando los míos y aunque tengo miedo de que vea el color vibrante en mis mejillas, parece que no puedo apartar la mirada. Estoy cayendo en su abismo color azul, ahogándome en la capacidad profunda que encierra y perdiéndome en los sentimientos extraños que me esta provocando.

Si, me estoy enojando. Es oficial

Pone sus palmas planas contra los brazos de mi silla, manteniendo su constante escrutinio mientras baja su voz a un tono bajo

—No viste la mitad de lo que acabo de hacer, ¿cierto Grace?

Parpadeo, finalmente rompiendo nuestra mirada mientras miró hacia abajo para observar la corbata perfectamente anudada alrededor de mi cuello

¿Cuando paso eso?

Miro hacia arriba, el calor en mis mejillas ahora se sobre calienta drásticamente.

—N-no, señor podría ¿hacerlo de nuevo?

Espero escuchar una réplica despectiva, pero me sorprende sentándose erguido y poniendo sus manos en mi corbata

—Grace

—¿Si, señor?

—Sabes que odio repetir las cosas ¿verdad?—Comienza a aflojar la corbata de nuevo mientras yo asiento a su pregunta, mi barbilla roza la suave piel de sus nudillo

—Entonces, ¿por qué siempre me haces tener que hacerlo nuevamente?

Levanta su mirada hacia la mía de nuevo, mirando directamente mis ojos asustadizo.

Éste hombre es demasiado confiado, cuando se trata de contacto visual no puedo seguirle el ritmo ¡¡deja de mirarme a los ojos, maldita sea!!

Siento el mismo calor arrastrándose por mi rostro de nuevo y desvió mis ojos hacía una pila de libros en la mesa detrás de él, contando cuántos son para mantener mi mente alejada.

Sigue asi, Grace y el hombre pensará que estás enamorada de él

—Lo siento

—Odio, las disculpas. Por eso prefiero que no te pongas en condiciones de hacerlas. Mira mis manos no desvíes la mirada

Hago lo que dice y comienza a hablar mientras me muestra las cuerdas
—Ahora el extremo grueso de la corbata siempre debe estar a tu izquierda y debe estar dos o tres pulgadas por debajo de la posición final deseada lo ¿entendiste?