QUERIDO SR.CAVILL [HENRY CAVILL]

CAPÍTULO 30

"¿Me llamaras para decirme que esta bien? Porque me preocupo por ti toda la noche. No repitas mis errores, no dormiré hasta que estes a salvo adentro. Si estas en casa, solo espero que estes sobrio, ¿es hora de dejarlo ir ahora que eres mayor? No me dejes así, no dormiré hasta que estes a salvo dentro"

—James Arthur—

GRACE

¿Alguna vez has estado en un momento en el que se siente como si el universo se hubiera detenido y que todo lo que has conocido se hubiera desvanecido en el aire?

Dejándote sentada en nubes blancas e hinchadas, flotando en el aire y muy por encima del suelo. Tan arriba que tu estómago se siente hueco y tu corazón se hunda en tu pecho.

Pero no en un caso de acrofobia, sino más bien de una alta
liberación de dopamina. Nublando tu cerebro y llenando tu mente de tecnicolor. No puedes ver nada más que rojo, azul y púrpura. Como la promesa de un arcoiris después de la lluvia.

Es hermoso. Este sentimiento. Es hermoso y raro porque es el
primero.

Mi primer beso, y el primer hombre en reclamarme de esta
manera.

Él está tan cerca, notablemente cerca, y ya no puedo sentir mis
piernas, solo la forma en que su cálida lengua recorre las paredes
de mi boca. Suave y hábilmente, como si él hubiera inventado este
acto de intimidad.

Sus labios son suaves, como las primeras nevadas de diciembre, o como el algodón de azúcar más dulce que puedes tener en una
feria. Son dulces y huele divino, se derrite en la lengua y deja un
regusto azucarado.

Y así mi cuerpo se relaja contra él, mis ojos revoloteando cerca
mientras nuestros labios se moldean juntos, perfectamente y sin esfuerzo.

A pesar de mi inexperiencia, trato de devolverle el beso en mi
mejor potencial. Sin embargo, elijo no usar mi lengua ya que
esto probablemente lo desanimaría. No estoy segura de poder lanzar la mía de manera eficiente.

Pero entonces el Sr. Cavill usa su lengua para sacar la mia de la
esquina segura de mi boca, haciendo que mi estómago se retuerza en un nudo de avidez cuando las dos carnes se entrelazan.

Él puede besar. Estoy segura de eso.

Su boca está saboreando cada centimetro de la mía. Sin dejar
ninguna parte sin remover. Se siente extraño porque nunca antes me habia involucrado en esta acción, ni siquiera cerca.

El hombre está desenredando una parte de mi que nunca supe
que existía.

Aprieto mis muslos mientras una nueva sensación viaja a ese
lugar sagrado de abajo. Mis bragas se están mojando y me
retuerzo contra la cama. El Sr. Cavill no parece darse cuenta, o tal vez está fingiendo no hacerlo ya que todavía continúa con su feliz aventura.

El beso no es desordenado ni descuidado, pero si es seguro que estamos mezclando saliva. Es silencioso, pero puedo escuchar mi propia respiración pesada. Mezclada con la música del exterior.

HENRY

"I wanna be yours" de Arctic Monkeys se filtra por la habitación.

Establece un estado de ánimo que es quizás un poco demasiado
peligroso.

Demasiado peligroso.

Me doy cuenta de esto, por lo que el momento de felicidad
abandona la carne de mala gana cuando nuestras respiraciones se
fusionan: pieles rosadas abolladas después de ser presionadas unas contra otras.