QUERIDO SR.CAVILL [HENRY CAVILL]

CAPÍTULO 41

"Cariño estoy celosa, de las fotos a las que das "me gusta", cariño estoy celosa de las chicas con ojos mas claros, cariño estoy celosa y se que no esta bien"

—Bebe Rexha & Doja Cat—

GRACE

Me muerdo el labio y miro un grafiti que se desvanece en mi
escritorio, sacudiendo mis muslos. Supongo que esto es lo que mi madre quiso decir cuando dijo que todavía soy demasiado joven mentalmente para involucrarme sexualmente.

Una vez más, Derek me está mirando, pero estoy demasiado
perdida en mi mezquindad para cuestionar su constante lectura.

Finalmente Henry se dirige a mi escritorio y borro mi impaciencia.
—Grace, tenías una pregunta—El está por encima de mi.

—Oh, si. Me preguntaba si respondí esto correctamente.

És cierto que levanté la mano porque quería una excusa para estar cerca de él, para inhalar su colonia.

—Mmm—Coloca sus palmas contra el escritorio, escaneando las preguntas en mi página.
—Si... todos son correctos. Buen trabajo.

Me sonrojo. —Gracias.

—Oh, déjame tomar nota de algo..—Alcanza su bolígrafo rojo de su bolsillo superior, anotando algo en la parte superior de mi página.

Entrecierro los ojos, siguiendo la formación de cada letra.

Deja de apretar los muslos.

Mis ojos se abren cuando Clementine lo llama desde atrás.
—¿Disculpe, Sr. Cavill? ¿Podrías comprobar mis respuestas?

—Si, estaré ahí en breve—Me envía una sonrisa rápida antes de
alejarse, trago saliva y paso la página, mi cara arde como un
horno.

⏰⏰⏰

—Aww, no te preocupes, lindo conejito. Esperemos que no sea una detención—Derek dice mientras toma su mochila.
—Nos vemos en el almuerzo, ¿de acuerdo?

—Está bien.—Sonrío cuando se levanta de su asiento y trota para
salir del salón de clases.

Me muerdo el interior de la mejilla mientras los estudiantes a mi alrededor salen de la habitación, mis ojos observan a Henry  mientras se reclina en su silla, mirando su teléfono.

Cuando la habitación finalmente está vacía, deja caer el
dispositivo sobre su escritorio y se encuentra con mis ojos
ansiosos. Me retuerzo en mi silla, apretando mis muslos juntos, la reacción automática que da mi cuerpo cada vez que cruzamos miradas.

—Ven aquí.—Se recuesta, tamborileando los dedos contra los brazos de la silla.

Su expresión es ilegible, y no puedo decir si está realmente enojado conmigo o simplemente mantiene su papel.

Me levanto con mi bolso, pero él niega con la cabeza.

—Deja tu bolso

Sus ojos borrosos permanecen en mi mientras coloco mi bolso
sobre la mesa, mi corazón se acelera.

Lentamente me acerco a él, se levanta de su silla y se dirige hacia la puerta del salón de clases. La cierra pero no usa la cerradura y me preocupa.

—¿Alguien no...?

—Es más sospechoso si la cerramos

—Vaya.

¿Sospechoso? ¿Qué vamos a hacer?