QUERIDO SR.CAVILL [HENRY CAVILL]

CAPÍTULO 48

"Aqui soñando con un feliz final, creer que esto en verdad es real.

Soñar que el sueño en los dos esta"

—Jon McLaughlin—

GRACE

1 mes después de la graduación

Cuando abro los ojos al día siguiente, no puedo creer que lo de anoche realmente haya sucedido.

¡¡Henry me pidió que me casara con él.!!

Todo se siente tan bellamente surrealista. Sé que él me ama, pero elegir con quién pasar tu vida es un paso tan enorme, y saber que él se decidió por mí... es simplemente demasiado abrumador.

Sinceramente, ni siquiera estoy segura de estar lista para ser esposa. Con el matrimonio vienen grandes responsabilidades. Tendríamos que mudarnos oficialmente juntos, luego vendrían los bebés.

BEBÉS

Un pensamiento aterrador despierta dentro de mí. ¿Qué pasa si no puedo tener hijos? ¿Qué pasa si resulto ser estéril? ¿Seguiría Henry amándome igual? Ruego poder concebir cuando llegue el momento.(CLARAMENTE)

Dos hijos, seria perfecto. Un niño y una niña. Si, eso es lo que quiero. Llamaré a uno Jacob, tal vez, ¿y a la niña? Emma. Sí, eso es lo que quiero.

El sonido del agua salpicando contra los azulejos se filtra a través de la suite, me levanto de la cama descalza, llevando solo una de las camisas blancas de botones de Henry.

Abro la puerta del baño y veo una silueta borrosa de mi prometido a través del cristal transparente, todos sus músculos visibles a pesar del vapor que lo rodea. Desabrocho lentamente los botones que mantienen unidos los extremos de la camisa y lentamente la deslizo por los hombros, la arrojo lejos y agarro el mango de la puerta, deslizándola hacia un lado.

Las manos y el cabello de Henry están cubiertos de jabón, me mira con un ojo entrecerrado mientras gira su rostro hacia mí. Sus ojos viajan por mi cuerpo desnudo, su respiración instantáneamente comienza a sonar por la ducha.

Frunzo el ceño. —No me esperaste. Pensé que nos ducharíamos juntos.—Me acerco

Él deja caer las manos a sus lados, su pecho se levanta en respiraciones desiguales.—No quería despertarte —dice, su voz más ronca y profunda de lo habitual, sus pupilas dilatadas me absorben.

—No me importaría...—De pie frente a él, tomo su erección hinchada entre mis dedos cálidos y comienzo a acariciarlo hacia arriba y hacia abajo.

HENRY

Suspiro y bajo la cabeza para unir nuestros labios.

Cuando nos separamos, mi mano viaja hacia abajo para agarrar una de sus nalgas. —Pensé que estarías cansada. Lo hicimos unas cinco veces anoche.

Sonríe y niega con la cabeza. —Estoy bien. Solo tengo hambre, señor.

Mi mandíbula se tensa. —El desayuno estará listo pronto...

Ella Frunce el ceño. —No puedo esperar. Lo quiero ahora. —Se arrodilla en el suelo de cerámica, agarra mi erección y la cubre completamente con sus labios.

—Mierda... Gr..ace

Respiro profundamente, inclinando la cabeza hacia atrás mientras el placer me envuelve con la cálida sensación de su boca.

Nunca en mi vida había conocido a alguien como ella. Ante mis ojos, todo lo que ella hace se ejecuta de manera tan perfecta. Ella es la perfección.