QUERIDO SR.CAVILL [HENRY CAVILL]

CAPÍTULO 16

"¿Cual es el problema? No lo se. Bueno, quizás estoy enamorado. Pienso en ello a cada momento, no puedo dejar de pensar en ello"

—Counting Crows—

GRACE

Me despierto más temprano de lo habitual para ir a la escuela,
solo para poder prepararme adecuadamente.

Esto no es algo que haría normalmente. Pero el primer paso para convertirse en
mujer es enorgullecerse de una misma, como había dicho
Caroline. Todavia tengo un largo camino por recorrer, pero tengo
que empezar desde algún lado, ¿no?

Las diminutas bragas son incómodas, así que decido no usarlas y elijo usar solo el sostén. Me visto con mi uniforme, asegurándome de que mi corbata esté bien anudada y mi blusa esté
cuidadosamente metida en mi falda plisada.

Me toma varios minutos peinar los nudos de mi cabello, lo que
hace que mi mano se vuelva inútil por un tiempo. Giro mi muñeca
y procedo a recoger mi cabello en un moño alto.

Paso mucho más tiempo humectándome la cara y luego aplico una tapa de rimel para a una de mis pestañas. No soy buena maquillándome, pero aplicarlo fue algo que Caroline me enseñó a hacer el último Halloween. Me tomó un tiempo entenderlo, pero finalmente lo hice. Ahora, para el toque final, me puse dos pequeños aretes de oro y estoy lista para salir.

Salgo de mi habitación y bajo las escaleras donde todos, excepto
mi papá, ya están reunidos, desayunando.

—¡Buenos días, gente encantadora!—Abro los brazos ampliamente.

—Bien......—Mi hermano se traga todo su cereal en el mostrador, y
Caroline hace una mueca mientras se aleja de la mesa, llevándose su plato a la sala de estar.

—Wow, ¿qué diablos te pasa, amiga?—Me estremezco.

—¿Quién eres tú?—Kevin abre dramáticamente los ojos y mi madre le dio una palmada en el cuello.

—Pórtate bien. Te ves bonita hoy, cariño. Haz esto más a menudo,
¿de acuerdo? —Ella me sonrie y yo sonrío.

—Gracias mamá.

—¡Te ves linda, Grazie!—Caroline me envía un pulgar hacia arriba desde el sofá, y yo tiro el cabello invisible y hago un pequeño giro.

—Hazme una foto—sonrío

Mi mamá toma su teléfono y comienza a tomar una imagen.
Kevin corre detrás de mi y levanta dos dedos detrás de mi cabeza, formando dos cuernos. Frunzo el ceño y lo empujo.

—¡Lo estropeaste!—Me cruzo de brazos y él se rie.

—Pero, ¿cuándo llegaste a casa? —le pregunto

—Esta mañana.—Sacude la cabeza, mirándome de arriba abajo. —Te ves decente por una vez.

—Vete.—Lo aparto con la palma de la mano y mi madre se rie
mientras toma las llaves del mostrador.