QUERIDO SR.CAVILL [HENRY CAVILL]

CAPÍTULO 55

"No has visto a mi hombre, no lo has visto.
El tiene el fuego y anda con el
El tiene el fuego y habla con el"

—Lana del rey—

GRACE

Este día no podría ser más hermoso. La vida no podría ser mejor. Mientras estoy junto al hombre más guapo del mundo, me pregunto qué habré hecho para merecerlo. Esto parece tan irreal que necesito pellizcarme. En mi vista periférica, noto a Henry mirándome, confundido.

Sonrío tímidamente mientras me froto la mejilla.—Solo... estoy comprobando la elasticidad de mi piel —le digo.

Él sonríe, sacude la cabeza y regresa a su conversación telefónica.

—Claro, podría pasar por allá —dice él.

¿Qué? ¡Nooo! He esperado toda la noche para estar a solas con él. ¿De que mierda habla?

Tomo una botella de agua que está en el asiento del copiloto, tomo un sorbo y sigo escuchando su conversación. Una voz femenina responde al otro lado de la línea.

—Claro, veré qué puedo hacer. —Luego, él se dirige a mí—. ¿Qué quieres desayunar? —me pregunta, señalando por la ventana.

Miro hacia donde apunta y veo el cartel de McDonald's. Mi estómago reacciona de inmediato.

Oh Si!!

—¿Deberíamos entrar o pedir en la ventanilla?

—Entremos —respondo con entusiasmo, dejando la botella a un lado.

Me acomodo la camiseta y los shorts de gimnasia mientras él gira hacia el restaurante. El aroma de cebollas asadas y queso esta llamándome.

—Mmm, sí, a punto de desayunar con mi prometida —dice mientras sonríe.

Sonrío discretamente. Oh, esta bien, esta bien

—Te llamo luego —le dice a la persona en la línea mientras estaciona y apaga el motor.

Henry es mucho mejor conductor que yo. Me pongo mis tenis mientras él guarda el teléfono en el bolsillo de sus shorts y sale del auto. El aire fresco de la mañana alborota su cabello.

A su lado, una señora baja de su coche cargando un bebé y junto a ella un niño pequeño a sus pies, quien señala el auto.

—¡Mamá, su coche es enorme! —exclama el niño, y Henry sonríe mientras la señora, un poco avergonzada, lo mira y le devuelve la sonrisa.

No te atrevas a sonreírle a mi hombre...

Salgo del auto y cierro la puerta un poco fuerte, atrayendo las miradas. Me estiro y le sonrío a Henry, quien me observa divertido.

—¿Listo para entrar, amor? —digo con un tono sarcástico.

Él suelta una risa contenida y asiente. La señora rápidamente continúa su camino, y yo la observo irse.

Vaya....tiene una bonita figura

—¿Estás bien, Grace? —pregunta Henry, con una sonrisa.

—Sí, sí, estoy bien —le digo mientras tomo su brazo. Mis dedos descansan sobre su bíceps.

Él levanta una ceja. —¿Segura?

—Cállate, me muero de hambre. Vamos a comer.

Él se ríe mientras entramos al restaurante. El aire acondicionado nos recibe con una ráfaga helada, y me froto los brazos mientras noto que varias mujeres en la sala miran descaradamente a mi hombre. Desde su cabello despeinado hasta sus shorts deportivos y tenis, parecen admirarlo en cada detalle.