Welcome to Night Vale en español

62: Hachas

Atrévete a soñar. Hazlo. Te retamos. Vamos, sueña.

No pasará nada. Lo prometemos.

Bienvenidos, a Night Vale.

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Leann Hart, editora de publicación del Diario de Night Vale, anunció hoy que, por un tiempo limitado, el diario imprimirá nuevos ejemplares de nuevo. Los suscriptores ya no tendrán solamente la Edición Imaginaria del diario, un cargo compulsivo y automático de 60 dólares mensuales, para imaginar cualquier noticia que quieran. Tendrán, nuevamente la tiranía de una edición impresa- donde todas las historias son declaraciones fijas de historia reciente, dichas por una tercera parte parcial y mal pagada.

"¡Es un momento emocionante para trabajar en el periodismo!" gritó Hart, detrás de un bloguero de noticias que corría espantado de la veterana empuña-hacha de la palabra escrita.

Hart arrojó después otra hacha a un  aterrorizado representante de la competencia digital del diario de NV. Golpeó su meta justo detrás de la rodilla, botándolo mientras gritaba agudamente, y caía con un ruido sordo sobre el asfalto.

"Muy emocionante," gritó Hart. Añadió: "estas versiones impresas del diario son ítems de colección. Deliberadamente hemos insertado un montón de errores en ellos porque, como saben los verdaderos coleccionistas, eso los hace valer mucho más."

Radioescuchas, creo que un renacimiento de la industria de periódicos sería genial. Esto podría significar muchos más trabajos para Night Vale.

"Esto creará muchos más trabajos para Night Vale," dirá Hart con certeza mañana a esta hora. "Miles de trabajos geniales," estoy seguro que habrá reiterado.

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Y ahora, una mirada al tráfico.

Hay un accidente en la esquina de Hollows Road con la vía Great Hills. Es un accidente bastante dramático. Es posible que ninguna de las partes haya visto venir un accidente de esta magnitud. Ambos conductores se ponen de pie, se miran, incrédulos ante sus autos hechos pedazos, que lucen como uno. Un... ¿qué? No un auto. Una asquerosa y llameante bestia nacida de la rapidez mundana, y del arrogante progreso industrial.

Los dos conductores no pueden comprender qué hacer. Están quietos, mayormente. Inquietos, a veces. Pensando, para nada.

Un vecino que salió de su casa al escuchar el fuerte choque de metal duro, parece no poder procesar lo que está sucediendo, tampoco. Se inclina lentamente como queriendo alejarse, queriendo olvidar que vio esto, pero no se puede mover. No puede tomar ese primer paso. Sus ojos se abren, salvajemente, y su boca se abre, floja al principio, y después, lentamente, en un grito mudo.

Los dos conductores sienten a la vecina ahí, pero no la miran. No piden ayuda, ni asistencia. Demasiado temerosos para moverse, se paran y miran las hendiduras arrugadas a los lados de los autos abollados, el bloque de maquinaria caliente dañable, y a los remolinos de humo negro.

Y en el concreto, hay vidrio. Y sobre el vidrio hay brazos, y cabello, y sangre seca. Y los conductores observan a sus propios cuerpos dañados dentro de los artilugios destrozados, y no piensan en nada más que en lo que alguna vez fueron. Observan sus cuerpos, esperando un tic, un suspiro, cualquier tipo de movimiento. Esperando otra oportunidad de vida.

Así que está bastante atascado, cerca del The Best Buy*. Elige rutas alternativas.

*The Best Buy es un negocio multinacional de electrónica norteamericano. [N. de T]

Este ha sido, el tráfico.

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Ustedes me conocen, radioescuchas. Soy un profesional muy directo y práctico. Me gusta la objetividad y la imparcialidad. Pero es hora de una Editorial por Cecil Palmer.