79: Perdido en el correo

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Trajimos algo con nosotros, algo de lo que no podemos escapar: ¡recuerdos de unas grandiosas vacaciones en el espacio profundo! Y, al despiadado Príncipe Distante.

Bienvenidos, a Night Vale.

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Radioescuchas, es un día solemne aquí en Night Vale. Incluso más solemne que el Festival de la Solemnidad del año pasado, durante el cual tres personas se sintieron sobrecogidas, y tuvieron que ser revividas con sombreros de fiesta y cojines de broma.

Hoy es el Día del Recuerdo, ese día especial de cada año, en el cual interrumpimos nuestras rutinas para reflexionar sobre aquellos que probablemente sacrificaron sus vidas por nosotros en la interminable y sangrienta Guerra Espacial. No estamos seguros de si ellos están vivos o muertos, porque hay una diferencia de mil años entre nuestro tiempo, y aquellos que pelean por nosotros en los vastos campos de batalla intergalácticos donde el tiempo converge.

Pero, asumimos que todos ellos son héroes.

Hoy, dejamos de lado nuestras diferencias políticas -incluso profundamente amargas y divisorias diferencias, como el creer o no en las montañas- y todos nos reunimos para recordar a aquellos que morirán cientos de años en el futuro, y desear que la imposibilidad de la victoria sea menos imposible que antes.

Como cualquier tema serio y profundamente doloroso, la mejor forma de recordarlo es a través de un desfile cívico.

Mirando afuera del estudio puedo ver que la ruta del desfile está llena de espectadores, y todo se está poniendo en marcha. Los muertos simbólicos lideran la procesión, cada uno de ellos utilizando la máscara de uno de aquellos que se adentró en la distancia del tiempo, y no podrá regresar jamás.

Detrás de ellos hay un carro alegórico de una enorme serpiente cuya boca contiene el universo, un alegre recordatorio para todos nosotros, de que incluso las estrellas deben ser tragadas algún día.

Siguiendo esa aparición, está nuestra alcaldesa y mi amiga, Dana Cardinal, en su ataúd de alcalde ceremonial.

Detrás de ella están los Ciudadanos por Una Guerra Espacial Sangrienta, todavía les quedan alrededor de 600 millones de dólares para alcanzar la meta de su recaudación de fondos y así conseguir la bomba que podría destruir la realidad como la entendemos. ¡Mete esas galletas al horno para la siguiente venta de pasteles!

Hagamos ahora una breve desviación del desfile en progreso.

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Toda esta semana, nos hemos estado acercando a ustedes, los radioescuchas, pidiéndoles historias sobre cómo la Guerra Espacial Sangrienta ha afectado sus vidas. Escucharon de parte de Black Dolfan sobre cómo sembrar un jardín de la victoria dentro de tu cuerpo, y Sara Bismuth compartió la historia de su tienda en Etsy, en la cual vende muñecas que representan soldados de la Guerra Espacial Sangrienta, que muestran las heridas reales que ellos sufrirán algún día.

Y ahora, hoy, en sus propias palabras, te traigo la historia de una chica cuyo padre se ofreció como voluntario para pelear. Escuchemos juntos.

[Sonido de una grabación]

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Basimah: Uh, Yo soy Basimah Bashara y estoy en mi penúltimo año en la Preparatoria de Night Vale. Mi padre, Faqir Bashara, se fue para unirse a la Guerra Espacial Sangrienta cuando yo tenía seis años.

Recuerdo la puerta brillante por la cual cruzó, cuando el alto reclutador de piel plateada vino a nuestra casa, y el sonido que ésta hacía, una flauta de embolo elevando el tono, pero era la flauta de embolo más trágica que he escuchado jamás. Mi papá se había ido para siempre... pero al mismo tiempo, él no se ha ido en lo absoluto.

Welcome to Night Vale en españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora