~𝒫𝒶𝓈𝓉⁹~

844 78 37
                                    


Past

↑Past

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¿Cuál era el peor miedo de una persona, uno que le hiciera temblar hasta los huesos y que pudiera repetirse en miles de personas, incluso inconcientemente? Un miedo que todos tenían, y que sin saberlo los carcomía por dentro hasta pudrir sus interiores y agotar sus energías hasta hacerlos caer en la desesperación y paranóia constante.

Argentina lo conocía bien, cara a cara, era el miedo más cercano de su ser, como un enemigo que no lo dejaba en paz, hasta el punto de volverse tan familiar como su propia presencia.
El mundo a su alrededor se había vuelto paranoia, no podía caminar con normalidad sin sentir que lo miraban y juzgaban desde la oscuridad de su propia sombra, teniendo que calcular cada uno de sus movimientos para no ser sospechoso pero sin que se note lo calculado de ellos por la misma razon.

Era un bucle interminable en donde, sin importar lo que hiciera, acababa arrepintiéndose.

Y cuando lo llamaron a reunirse de manera repentina, aparentemente sin motivo, esos sentimientos no hicieron más que empeorar.

En aquel estudio tenía malas memorias, recuerdos de ser presionado y maltratado como si no fuera más que un esclavo en su propio territorio, servidumbre de aquellos que deberían trabajar para él.
Se suponía que él era un país ¿Qué hacía aguantando tal sufrimiento? Deberían agradecer su existencia, pero, en su lugar, se pasaban las vidas fantaseando una y mil maneras de acabar con él y tirarlo en una bolsa negra al Río de la Plata como si fuera nomás que un pedazo de basura.
Aún debía tener algunas cicatrices perdidas por su cuerpo.

Fiona era el nombre de la mujer sentada tras el escritorio, de pelo largo y castaño claro, mirándolo directamente con ese sadísmo propio de ella misma.
Era extraño, no muchas mujeres lograban llegar a cargos tan importantes como el de ella, pero allí estaba... se pensaba que la castaña era tan cruda y despiadada que se le dio un cargo no-tan-importante en donde además pudiera descargar toda su furia y el resto pudiera hacer vista ciega y pretender que nada estaba pasando.
¿A quién le importaba qué pasara con la representación humana de la República Argentina de cualquier manera?

Pero ¿Quién era Fiona?
La pesadilla de Argentina, sí.
Pero no estaba ni cerca de ser su mayor miedo.

Su puesto era llamado "Líder de comunicación entre representaciones", informalmente apodado como "Charlatanes" y, para quienes conocían el puesto... "Cínicos".

Supuestamente estaba allí para darle voz a Argentina, reunírse con él y decir lo que pensaba, pero eso no era para nada lo que hacía.
Su trabajo, fuera de las formales mentiras que contaban, era empujar a Argentina a decir lo que ellos querían que dijera. A veces la presión eran manipulaciones, a veces amenazas, a veces violencia física, lo que sea que la cínica quisiera en ese momento.

- ¿Qué pasa Arge? ¿Cómo estas? - Habló la mujer con su fingida amabilidad, la cual solo lograba sembrar el pánico en la mente del argentino

°•~Key~•°  (NazArg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora