~𝒫𝒶𝓈𝓉~⁸

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Tapaba su boca con su mano, haciendo lo posible para que su respiración pasara desapercibida a cualquiera a su alrededor, de vez en cuando aguantando respirar tanto como le era posible.
Su cuerpo se había encogído en su lugar tanto que lograba causar dolor, empeorando por la tensión de cada uno de sus musculos.

Por fuera de aquella caja de oscuridad podía oir las voces en esos idiomas que, por más que conociera, se negaba a entender.
En esos momentos al menos, no le interesaba saber lo que decían.
En esos momentos, mejor pretender no saber lo que decían.

Por fin el portazo de despedida se dio,  y las puertas frente a él se abrieron, llenando de luz el lugar donde se había atrapado.

- ¿Estás bien? - Le preguntó el alemán de piel rojiza, entre preocupado y divertido - Disculpa, no tenía ni idea de que Italia vendría hoy - Se escusó

Argentina salió del armario en donde se había escondido apenas el italiano llegó a la mansión, respirando hondo como si el aire no llegara allí dentro.

- Estoy bien - Dijo el latino sin mucha importancia mientras se alejaba

El europeo no lo siguió, se mantuvo quieto en su mismo lugar, como si esperara algo más del contrario, extrañado cuando esto no llegó.

- ¿No vas a preguntar qué quería? - Cuestionó la falta su curiosidad

- Creo que es mejor que no lo sepa. - Argentina respondió sin darle la cara, su voz notándose inexpresiva

Escuchó a su espalda al alemán acercarse con pasos lentos que resonában fuertemente en el frío mármol.

- ¿Por qué? - Preguntó, tan cerca que Argentina podía sentir su respiración - Willst du nicht, dass ich diesen Krieg gewinne?   (¿No quieres que gane esta guerra?) - Agregó en un tono que mezclaba la acusación con el dolor

- Dije que no quiero hablar del tema, Reich. - El argentino subió su tono y brusquedad a la vez que se giraba para mirarlo a los ojos

Por primera vez, estos no reflejaron más que molestia.
El de tez rojiza le mantuvo la mirada, la mueca de sus labios girándose para mostrar un descontento de tristeza en vez de ira. El apenas más bajo dio en respuesta un suspiro.

- Cuando estoy con vos prefiero no pensar en ello... - Empezó a relatar mientras tomaba al contrario por los brazos y lo empujaba con suavidad hacia atras

El alemán lo cortó.

- Sabes que no importa lo que piense, nunca me escucharían - Trataba de justificarse, aunque parecía en vano, no daa la sensación que el otro lo estuviera escuchando

Cayó sentado en su silla, por lo que el americano aprovechó para sentarse en sus piernas, jamás atreviéndose a romper el cotacto visual que habían creado.

°•~Key~•°  (NazArg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora