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PastLas alas de las mariposas eran como la salud mental de un miserable.
Están hechas de pequeñas escamas, minúsculas, ni siquiera capaces de verse a simple vista por el ojo más experto.
Cada una de ellas representaba una pequeña porción de cordura... a lo largo del tiempo, experimentando quemaduras, lluvias torrenciales, los peores fríos y las mayores ráfagas de viento, se van perdiendo, una a una se caen.
Pero está demasiado concentrada en escapar las fauces de sus depredadores y el veneno de los fumigadores como para darse cuenta.
Y así, su aleteo se vuelve más y más lento.
La cordura más y más inútil.Y los últimos días ambos están condenados a pasarlos temblorosos en el suelo, aferrándose a la vida y a sus últimas escamas como si ellas pudieran salvarlos.
Por eso mucha gente moría joven, Argentina pensaba.
Porque no querían vivir esos últimos momentos vergonzosos, en donde cómo animales desesperados y patéticos soltarian lloriqueos, preguntándose para qué lucharon tanto por sobrevivir si ahora no podían reconocerse en el espejo, ni a ellos mismos ni a los rostros de sus amados.Él miraba a la misma mariposa blanca desde hace unos minutos, viendola entretenido como volava en circulos y se golpeaba contra el cristal de la ventana, encerrada dentro de la mansión, dentro de la cocina... tan estúpida era, no podía diferenciar una ventana abierta de una cerrada, Argentina la podía imaginar culpandose a ella misma cada vez que se chocaba contra el vidrio, creyendo que está abierto y que algo debía estar mal con ella para no poder salir.
Pequeño animal descerebrado, tan inútil en ese entorno, su único uso era verse bonita con esas alas blancas, tan puras, tan sedosas... parecía un pequeño angel, pero en vez de alas emplumadas, eran escamadas y livianas.¿Podría ese pequeño animalito alguna vez conocer el paraíso al que pertenecía?
Después de todo, los animales no podían bautizarse, eran menos que los humanos a pesar de su aún más inocente humanidad, eran incapaces de redimirse por el pecado original.
Nacían pecadores, como cualquier otro, morirían pecadores también, sin tener conciencia, sin tener imaginación.
Las mariposas vivían apenas unos días, cientos de miles de ellas morían al segundo.¿Significaba eso que el infierno estaba lleno de sensibles mariposas y vaquitas de san antonio?
¿De aves cantoras, rozando el poco aire mientras sus plumas se prenden fuego, como fenixes?
¿Perros fieles esperando aún a sus dueños mientras sus patas tiemblan del dolor?Entonces lo mejor sería dejar a esa pobre mariposa volar libre en el cielo nocturno, dejarle vivir libre los minutos de vida que tuviera aún.
Suspirando se acercó lento a la ventana, su piel misma pareciendo de plomo por lo pesado que se sentía, pero aún así logró alcanzar la manija de ella.
Mirando nuevamente a la mariposa, revoloteando y chocando contra el cristal, estuvo a punto de abrir, pero se detuvo...
Sintió un toque ligero en el hombro y su cuerpo tembló en un pequeño espasmo de pánico.
Giró, sobre su hombro observó hacia arriba, encontrando frente a frente las dos balas de hielo sangíneo que eran los ojos de su amado, por un segundo su corazón dejó de latir, como expectante a saber cómo reaccionaría... como esperando a modificar la forma de sus latidos dependiendo del humor de su amante.
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°•~Key~•° (NazArg)
Fiksi PenggemarArgentina, un país muy conocido y curioso. Sus amigos saben todo de él... bueno... exepto por algo... nadie sabe la utilidad de esa pequeña llave que siempre lleva en el cuello. ¿Que cerradura desbloquea? Nadie sabe ¿Que tan vieja es? Nadie sabe ¿Po...