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Past- Todavía no mires, es una sorpresa -
Argentina le susurraba al alemán en sus brazos, apretando su cuerpo delicado contra su pecho y abrazándolo para protegerlo del viento, como si después de tanto tiempo entre las sombras el sol lo fuera a convertir en cenizas y el viento empujar sus restos hasta perderse en el ambiente.
- El aire se siente raro... Papá ¿Dónde estamos? - Y el pequeño se retorcía y se quejaba, aferrando sus manitas a la camisa de su padre, como si soltarlo le diera miedo
- No te preocupes - El argentino le dio una risita de ternura - Ya casi estamos - Acarició sus cabellos negros, tratando de calmarlo un poco
Había pasado un tiempo ya, aunque no recordaba cuánto, desde que había traído a Alemania a su casa por primera vez.
Y fue ese viaje en barco la única vez en la vida que Alemania estuvo bajo el sol, bajo el calor de la luz, en sus ojitos cristalinos reflejándose el cielo celeste en todas sus etapas, hasta incluso conocer a sus hermanas las estrellas brillando con la misma intensidad que él, invitándole a unírseles como lo hacía cada vez que sonreía.
Y Alemania fue desde el rojo de la sangre hasta el celeste del cielo.
Y nuevamente hacia la oscuridad de un espacio sin estrellas.
Una casa que rechazaba las constelaciones, las sombras de cuatro paredes.Fiona había muerto hace rato también.
Argentina tenía las manos manchadas de sangre y unas ganas tremendas de escaparse, entre esas cuatro paredes se extendía el olor a podrido para asfixiarlos, ya no lo aguantaba más.
Pensó incluso que él era el que se estaba pudriendo, él, el cuerpo de Fiona, el de su amado y todas sus víctimas, todos se pudrían dentro de él porque él los había matado a todos.
Por si fuera poco, escondió todos sus pecados en esa cajita, que por más que estuviera cerrada con llave levantaba un olor a melancolía que infestaba las habitaciones en segundos.Así que ese día agarró a Alemania y decidió que les tocaba una buena experiencia por una vez.
Quería que Alemania se amigara con el sol, que su experiencia con el calor viniera de él y de los abrazos, no solo del calór del fuego que deshizo su casa y lo obligó a escaparse.
La hierva le cosquilleaba las pantorrillas y el aire le golpeaba en la cara, casi había olvidado las melodías amorosas que cantaban las aves cuando jugueteaban entre ellas, o el ruido que hacía el río al correr por sus caminos... siempre tan puro.
Quería lagrimear ante la calridad, y el ruido, y la gentileza del ambiente, algo que no había hace años en ningún lugar.
Ni con su amado... ni siquiera ahí había sentido la libertad de un mundo que le invitaba con los brazos abiertos.
Es más... él ya no era la luna perdida, él era el mundo, con el sol dándole la cara como si le diera la bienvenida.Se detuvo y por un momento se dejó ser uno.
Dejó que el paisaje lo respirara, que se acostumbrara a su presencia.
Que las enredaderas lo abrazaran y el aire puro le reemplazara los interiores.
Dejó que la naturaleza lo purificara.
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°•~Key~•° (NazArg)
FanfictionArgentina, un país muy conocido y curioso. Sus amigos saben todo de él... bueno... exepto por algo... nadie sabe la utilidad de esa pequeña llave que siempre lleva en el cuello. ¿Que cerradura desbloquea? Nadie sabe ¿Que tan vieja es? Nadie sabe ¿Po...