~𝒫𝓇ℯ𝓈ℯ𝓃𝓉~²³

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Present

Hacia mucho tiempo ya que no veía a los caballos, pero ahí estaban, no se habían ido

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Hacia mucho tiempo ya que no veía a los caballos, pero ahí estaban, no se habían ido.
Relinchaban a gusto como si rieran por la felicidad, resguardados en su establo porque ya se estaba haciendo tarde y se metían para dormir... bien resguardados, porque la oscuridad y esas cuatro paredes no tenían por qué ser hostiles... podían ser un lugar seguro, un lugar acogedor, solo había que encontrar unas cuatro paredes que brinden esa seguridad.
Un hogar.

A veces encontrar un hogar es difícil...
Cuando el interior se siente siempre hostil pero el exterior es peligroso, y hasta tu propia mente parece que está intentando matarte.
Ahí empezas a ahogarte en esas memorias como un veneno dulce, delicioso pero letal.

Pasaba sus manos delicadamente por el pelaje de una yegua blanca y negra, ella se quedaba quietita con gusto mientras Argentina la acariciaba y se animaba a sonreírle.
Habían otros recuerdos que no eran tan malos, unos dónde la nostalgia era más un sentimiento bonito que un dolor que crece con cada día de distancia al pasado.
Argentina, por ejemplo, recordaba esas charlas con su cochero y la cantidad de carcajadas que le había sacado... y, sí, el dolor de su muerte le seguía golpeando como si le hubieran arrancado un pedazo de pecho, pero al menos en su mente el señor Trioppoti seguiría con vida.

La yegua sacudió su cabeza y relinchó, golpeando afectuosamente con el hocico al argentino antes de alejarse otra vez para ir junto al resto de caballos, toda una generación de descendientes.

Se preguntó si Jorge estaría feliz si supiera que aún cuidaba de sus caballos.

Soltó un bostezo y les tiró una última mirada antes de entrar a la casa de Corrientes otra vez, sentía el cuerpo pesado, hacía mucho ya que no pasaba tanto tiempo afuera de la cama y se estaba sintiendo desgastado... había incluso cocinado hoy, le hizo el desayuno a Corrientes como agradecimiento por todo, además que le hacía sentirse un poquitito más padre.
Todavía sentía un pinchazo en el pecho cada vez que se llamaba padre a sí mismo... pero estaba haciendo sus mejores esfuerzos para dejar esos pensamientos atras... sus niños merecían un padre, incluso ahora, tan tarde, merecían un hogar entre sus brazos, donde sentirse seguros.
Un lugar seguro, justamente... Argentina quería ser su lugar seguro.

- Pa -

Se sobresaltó justo antes de entrar a su cuarto para entonces mirar a Corrientes, la provincia lo miraba de arriba a abajo mientras sus manos titubeaban, tartamudeando ligeramente.

- Em... vinieron unos amigos tuyos a hablar con vos - Le explicó, dándo una mirada rápida a su costado

- ... - Argentina tuvo que tragarse el disgusto y claramente se notó en su rostro - No tengo ganas de hablar con nadie, deciles que no estoy... - Ni siquiera sabía cómo se habían enterado que estaba en territorio correntino, le había pedido a sus provincias que lo mantuvieran en secreto...

°•~Key~•°  (NazArg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora