Argentina, un país muy conocido y curioso.
Sus amigos saben todo de él... bueno... exepto por algo...
nadie sabe la utilidad de esa pequeña llave que siempre lleva en el cuello.
¿Que cerradura desbloquea? Nadie sabe ¿Que tan vieja es? Nadie sabe ¿Po...
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A pesar de estar en un lugar conocido, junto a una de las personas más importates de su vida, no podía parecer ser capaz de desacelerar los latidos de su corazón.
Desde la ventana del auto ya podía ver el gran e intimidante edificio de la ONU, sus paredes casi hechas en su totalidad de vidrio, tan limpio que parecía que se las pasaban pasando trapos en ellos todo el día, alto como el cielo mismo. O quizá ese era tan solo su nerviosismo, torciendo lo que sus ojos veían.
Se encogió en su lugar, por primera vez agradeciendo el transito pero aún miserable, sabiendo que ningún tráfico lograría salvarlo de esa reunión.
Normalmente reuniones como aquella no le movían un pelo... pero últimamente el recuerdo de su viejo amorío lo perseguía pegado a él como si de su propia sombra se tratara. Eso lo volvía culpable cada segundo de su día... aún peor cuando se encontraba en una reunión con la mismísima organización de la paz.
¿Cómo podía verla, a ella y a sus compañeros, cuando había sido complice de tal genocidio?
Fue el toque cálido del alemán que lo volvió a la realidad, sus ojos inquietos y preocupados, pero tan confortantes como siempre.
- No te hagas tanto problema, estás pensando demasiado en lo que pasa en la cabeza de otros - Trató de calmarlo, su voz llena de afecto - Nadie va a creer nada extraño porque vengamos juntos, a lo sumo creerán que somos amigos -
Argentina se tensó al escucharlo, no por sus palabras, pero por otro detalle que alimentaba su ansiedad desde el día anterior...
- NO- - Se detuvo, dejando su mente calmarse y bajar la voz pues había gritado por accidente - No te pongas a hablar español en frente de cualquiera... - Murmuró, tirándo una mirada rápida al conductor
Alemania se mostró más confuso que ofendido, más aún así siguió la orden del mayor.
-Wasistfalschdaran, dassichSpanischspreche? (¿Qué está mal con que hable español?) - Cuestionó, curiosidad escapando en su voz
- ... Está bien, no lo notás... pero tenés acento argentino - El bicolor sonrió, nervioso, no alegre, casi molesto a decir verdad
Por un momento pareció que el européo tuvo que sofocar una risa que amenazaba por salir.
- Wirklich? (¿En serio?)- Preguntó, tratando de no sonar muy divertido
- ¡Sí! ¡No te rías, alguien podría darse cuenta! - Su tono salió exageradamente preocupado, quizá más de lo que debería, pero aquel tema había estado vagando por su mente desde el día anterior
