Argentina, un país muy conocido y curioso.
Sus amigos saben todo de él... bueno... exepto por algo...
nadie sabe la utilidad de esa pequeña llave que siempre lleva en el cuello.
¿Que cerradura desbloquea? Nadie sabe ¿Que tan vieja es? Nadie sabe ¿Po...
Al principio del capítulo siempre voy a poner lo que dice el título, por si no pueden leer los fonts ↓ Present
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El argentino paseaba tranquilo junto a algunos de sus amigos, específicamente Uruguay, Brasil, México, Venezuela y Colombia, el grupo con quién más solía salir.
Los primeros cuatro mantenían una entretenida charla, mientras que los otros dos se limitaban a reír y quizá agregar un comentario de vez en cuando, cosa que no sorprendía al resto, pues ellos solían ser los más callados del grupo.
- Wey, ¿Por qué de oro? ¡Esa cosa ni volar podría, cabron! - Mencionó divertido el mexicano en respuesta a un comentario del venezolano
- Marico ¿Y eso a mí que me importa? Si algún día salgo de la crisis y me hago potencia, lo primero que voy a hacer es comprarme un helicóptero de oro - Dijo Venezuela - Y lo voy a pintar de violeta -
- Pero... ¡Si lo pintás de violeta entonces no tiene sentido que sea de oro, boludo! - Rió Uruguay
- Pues entonces pinto la mitad de violeta y la otra mitad la dejo de oro, ¿Que tal? - Sugirió el tricolor de estrellas
El resto rió ante eso, a veces el venezolano podía decir las más grandes tonterías, pero siempre lograba hacerlos sonreír aunque sea un poco, incluso a Colombia, quien era conocido por mantener una cara seria casi siempre.
- Ey, no van a creer a quien me crucé por mi territorio hoy - Cambió de tema Brasil, ante lo que los otros países lo miraron con curiosidad - A Alemania, al parecer estaba de vacaciones o algo así -
Alemania... El argentino llevaba un tiempo sin saber de él, es más, la última vez que habían hablado fue en una de las reuniones mundiales de la ONU, y eso que solo eran dos por año, una en Enero y la otra en Diciembre. ¿De vacaciones? Que extraño, no le había avisado que estaría por América. La sonrisa del bicolor se fue borrando poco a poco a medida que se sumía en sus pensamientos, dejó de ver a los países para que su mirada quedara clavada en un punto invisible, sin estar mirando nada en particular, podía escuchar las voces de sus amigos de fondo, pero realmente no oía que decían.
- ¿Arge? -
Hasta que la voz del colombiano logró sacarlo de su trance
- ¿Estás bien? Te... "Fuiste" por un tiempo - Dijo con leve preocupación
El de tez celeste quedó en silencio por unos segundos antes de reaccionar, como si aún estuviera procesando la pregunta
Sin embargo, la mirada de Colombia seguía puesta en él, más específicamente a su pecho. Al bajar la mirada notó que su mano celestina había agarrado a esa llave dorada inintencionalmente, la soltó rápidamente, aquello era algo que solía hacer de vez en cuando, la mayor parte de las veces sin siquiera darse cuenta.
