Bitter Love (Fate: The Winx Saga)

Spin Off 2/6

Narra Saul Silva

Entro a mi oficina después de largo día, después de Rosalind aun estaban en la búsqueda de nuevo director de Alfea, los especialistas ya están teniendo entrenamientos fuertes y eso no es nada que tanto como Sky, Heaven y Riven no puedan hacer, han mejorado mucho al igual que Musa que estaba tomando clases para el control de su magia y luego entrenar con nosotros.

Me acerco a mi escritorio tomando asiento cómodamente para luego mirar una de las fotografías en mi escritorio, la tomo soltando un suspiro y extrañaba lo que era mi vida en mi adolescencia. Mi amistad con Andreas y Elijah era de las mas increíbles que tuve en mi vida, eramos leales al otro, nos apoyábamos y nos protegíamos mutuamente.

Para nosotros, la amistad era mucho mas importante sin importar que, uno se hundia, los otros dos lo hacíamos, incluso con lo que le había pasado a Elijah... y la ultima vez que lo vimos.

- Amigos por siempre y para siempre - digo por lo bajo, reviso en una de mis gavetas encontrando aquel anillo que habíamos recibido de regalo por parte del rizado y era algo que nunca nos quitábamos.

Pero las cosas habían cambiado, ni siquiera sabia que había hecho Andreas con el suyo.

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Chocamos espadas mirándonos divertidos para luego seguir peleando, nos colocamos en guardia y volvemos a atacarnos con mucha destreza, para nuestro profesor eramos de los mejores aunque su favorita era Samara porque derrotaba a todos sin pestañear.

- Entonces, ¿como te fue con tus padres? - dice Andreas señalando al rizado, resopla y me lanza una patada que esquivo para luego yo barrirlo con mis pies pero salta a tiempo.

- Es complicado - dice Elijah girando su espada, miro al castaño y rodamos los ojos.

- No hay secretos entre nosotros - digo alzando una ceja, bufa y baja la espada.

- Siempre he estado bajo una expectativa, ser lo que mis padres quieren que sea, pero en cambio, mientras mas intento, mas la arruino, decepciono y destruyo - dice bufando, dejamos de entrenar y tomamos asiento en medio del podio para escucharlo.

No era ninguna sorpresa el que nuestro amigo muchas veces se sentía afligido cuando sus padres venían de visita, al ser hijo único, sus padres ponían un enorme peso en su espalda, querían que fuera el prototipo de hijo perfecto, sin defectos, que podía jurar que olvidaban que es una persona y todos cometemos errores. Ha luchado mucho con impresionarlos, se esforzaba siempre por ser el mejor, hacer que se sintieran orgullosos, pero nada de lo que hacia para sus padres era suficiente, que ya luego de un tiempo dejo de importarle lo que decían de el y de cerrarles la boca de vez en cuando. Elijah era una persona increíble, solo le faltaba creerse que se merecía una buena vida, que no estaba condenado a ser una desgracia y que no es un problema.

Claro que tenia sus momentos donde podía ser un idiota, que provocaba golpear y lanzar por una escalera, pero una vez lo conocías, sabias que es buen chico y haría hasta lo imposible por todos. Pero le han dejado tantas inseguridades que no cree que se merece muchas cosas, entre esas nuestra amistad, pero que con el castaño siempre nos hemos encargado de recordarle que es buena persona.

- Elijah, sabes que eres mejor que todo eso - digo palmeando su espalda, baja la cabeza y juega con su anillo familiar - Eres nuestro mejor amigo, sabemos que no es fácil, pero a veces, encuentras una familia donde menos te la esperas - finalizo sonriendole de lado, nos mira y el chico a mi lado asiente de acuerdo.

- Exacto, nos tienes como tus mejores amigos y ¿cual es nuestro lema? - dice el castaño señalándome, nos mira y noto sus ojos cristalizados.

- Amigos por siempre y para siempre - dice con media sonrisa, hacemos nuestro saludo y soltamos una risa.