Mini relato para el día 3 de los navifics.
💙💖
●●●●●
Si había algo que Marinette amaba de la época navideña, era decorar su casa con cientos de adornos y luces. Pero lo que más le gustaba hacer, era decorar una de las esquinas de la panadería de sus padres. En diciembre ese era un pequeño espacio navideño que simulaba una aldea cubierta de nieve.
A Marinette le encantaba colocar las casitas y los muñequitos como si contara una historia. Y ese año, no estaba sola para preparar ese rincón; ese año, estaba acompañada del chico que amaba: Adrien Agreste. Solo que, había un pequeño problema: él no había ayudado en nada. Marinette había realizado la mayor parte del trabajo, pero era porque Adrien estaba ocupado.
O bueno, así se sentía él.
El rubio había pasado el tiempo observando a su chica realizar eso con una gran sonrisa en el rostro. No podía evitarlo; amaba verla. Ella lucía muy feliz colocando cada casita y agregando nieve falsa. Y si ella era feliz, él también lo era.
—¿Cómo crees que será vivir allí? —comentó de pronto la chica. Al escucharla, Adrien pestañeó un par de veces y observó que ella jugueteaba con un pequeño letrero que decía "Polo Norte".
—¿De qué hablas? —cuestionó el rubio.
—Del polo norte —contestó—. Es decir... allá hace mucho frío. ¿Por qué Papá Noel quiso hacer su taller allá?, ¿por qué no en... el desierto? ¡No lo sé!
—Papá Noel es "team frío" —acreditó el rubio con una risita, la cual contagió a su contraria—. Y... tal vez le gusta trabajar sin distracciones, sin que alguien llegue a molestarlo.
—¿En serio? Hasta donde sé, no es él quien hace los regalos, son los duendes —aseguró ella.
—¿Y cómo sabes eso? ¿Ya fuiste a visitarlo?
Al ver que él quería jugar con esa conversación, ella siguió la corriente.
—Pues no, Adrien. Pero estoy segura que él no hace nada más que entregar los regalos.
—¿Y crees que ese trabajo no es difícil?
—¡Solo trabaja un día al año! —exclamó entre risitas, cosa que al rubio le causó algo de gracia—. Nadie habla de los pobres duendes que trabajan duro.
—Mi lady, si tuvieras a Papá Noel frente a ti, ¿le dirías eso?
—Pues claro —afirmó ella—. Y de paso le reclamaría que sigue sin traerme el hámster que le he pedido desde pequeña.
—¿Y por qué no vas hasta al polo norte donde él está para decirle eso?
Marinette dejó en el rincón ese pequeño letrero que sostenía. Por fin había terminado ese espacio navideño, solo que, se tuvo que abrazar a sí misma porque hacía algo de frío.
—Está muy lejos Adrien. Estamos hablando del polo norte. Nadie quisiera ir hasta allá.
—¿Ya ves por qué Papá Noel vive allí? Porque nadie se atrevería a ir —decretó viendo las casitas que estaban frente a su novia—. Nadie excepto yo —dijo con firmeza, lo cual sorpendió a la joven—. Iré a cortarle la barba a ese viejo por no traerle un hámster a mi chica
Al escucharlo, Marinette no pudo evitar soltar algunas carcajadas y abrazar a su novio. Él la rodeó con sus brazos y le dedicó una mirada tierna.
—Tal vez Papá Noel no me dio un hámster, pero me dio algo mucho mejor —susurró ella sin apartar su mirada de esos ojos verdes—: tú.
Con esas palabras, él no pudo evitar sonrojarse o arquear sus labios hacia arriba. Amaba a esa chica y ella a él. ¡No podía ser más feliz!
Adrien se inclinó para depositar un beso en la frente de la joven y cuando acarició su mejilla, vio de nuevo esos ojos azules que lo hacían suspirar.
—Feliz navidad, Marinette. Te amo demasiado, como no tienes idea.
Ella sonrió.
—También te amo muchísimo, mi amor.
Subido a Twitter el 3 de diciembre.
ESTÁS LEYENDO
Aprendiendo a ser cursi | Mini Historias
RomanceHistorias cortas donde Adrien y Marinette se verán involucrados en alguna situación romántica o preferiblemente en un "intento de ser cursis". . . Las historias son completamente mías. Prohibida su copia. . . . Los personajes no son míos, le pe...