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Justo en el momento en que Alya cerró su libro de historia, Marinette le mostró una vez más la pantalla de su celular con ese anuncio.
—¡Hora y media, Alya! Hora y media de pura moda. Necesito ir con alguien sí o sí. Los desfiles de moda nunca duran tanto, ¡¿te das cuenta?! Es hora y media de las colecciones de mi marca de ropa favorita. Esto no lo van a repetir como en mil años. ¡No me lo puedo perder!
A diferencia del entusiasmo de su amiga, esa chica de lentes lucía más concentrada en guardar sus libros del colegio.
—¡Qué bueno que terminamos la tarea muy rápido! ¿No lo crees, Marinette?
—Pero... ¿ya te vas? —preguntó la azabache con un aire de decepción.
—Ya terminamos, Marinette, tengo cosas que hacer y... si me hubieras dicho antes, tal vez te hubiera acompañado al desfile.
El desinterés pintaba cada una de sus palabras y la ojiazul no quiso insistir.
—Está bien.
—¡Pero podemos ir el próximo año! No te preocupes, Marinette.
La aspirante a diseñadora de modas le regaló una pequeña sonrisa y asintió. No le insistiría a su amiga, era claro que no quería ir. Además, ni siquiera le comentaría que ese evento tal vez no se volvería a repetir. De todas formas, ella era la que amaba la moda, Alya no.
En medio de sonrisas forzadas y comentarios que ocultaban el dolor que había en su pecho, Marinette acompañó a su amiga hasta el parque donde la despidió. Una vez que la de lentes se perdió de vista, Marinette se sentó en una banca y trató de no soltar ese nudo en su garganta. Ella quería ir, pero no sola. Sus padres no podían, su mejor amiga menos y... a sus demás amigos tampoco les gustaba la moda tanto como a ella. Y Adrien, aquel chico rubio que una vez amó... él debía estar cansado de desfiles de moda y esos asuntos.
¡Y tenía razón!
Después de una discusión con su padre sobre querer ausentarse a ese desfile de modas porque 'era aburrido para él', Chat Noir apareció en los tejados de París. Era la mejor opción para huir de sus deberes.
Fue entonces cuando al pasar por ese parque, al enmascarado le llamó la atención ver a su amiga Marinette sentada en esa banca abrazándose a sí misma y... ¿limpiando sus lágrimas?
—¿Marinette? ¿Estás bien?
La voz del héroe la tomó por sorpresa y rápidamente limpió sus ojos.
—S-sí, e-estoy bien. ¿Qué haces aquí, Chat Noir? ¿Hay algún akuma?
—Solo soy un gato deambulando por las calles en busca de...
Él quiso hacer uno de sus "chistes de gato", pero Marinette mantenía la mirada perdida. Su tristeza era más que evidente.
—Marinette, ¿puedo ayudarte en algo? Parece que necesitas un abrazo.
Y entonces, ella lo miró con esos ojos que ya no soportaban retener más lágrimas. Esto bastó para que el enmascarado se sentara a su lado y sintiera cómo ella parecía relajarse con su abrazo. Una vez que funcionó, él se separó para escucharla hablar:
—Chat Noir, es solo que... pasó algo tan... pequeño e insignificante. Pero no es la primera vez que sucede. Es solo que... me siento tan sola. A veces creo que mis amigos solo me buscan cuando me necesitan. Nunca están aquí para mí cuando los necesito a ellos y... me siento tan pequeña, tan sola sin... nadie a mi lado.
El de negro respiró profundo comprendiendo cada palabra.
—Te entiendo. En cierta forma, pasé solo durante muchos años hasta que conocí a unos amigos, pero al mismo tiempo, duele no poder contar con ellos para ciertas cosas; hablar de algunos temas o ir a lugares porque siempre estás... solo. Te entiendo, Marinette.
Ahora fue ella la que se percató de la tristeza en las palabras del muchacho. Una vez más vio que, detrás de su máscara, era un joven con un corazón tan puro.
—Somos dos almas abandonadas por el mundo y... me pregunto si así será por siempre —dijo ella.
—No, no lo creo —aseguró el muchacho—. Tarde o temprano encontrarás a esa persona que te acompañará a todas partes, que esté contigo en las buenas, en las malas, y... que le puedas confiar todo.
En ese momento, ella se dio cuenta que sus manos estaban muy cerca una de la otra. Y al escuchar al muchacho, quiso dale algo de apoyo poniendo la suya sobre la de él.
—También llegará esa persona para ti, Chat Noir. Solo sé paciente.
—Gracias. Tú igual.
—Ya habrá otro desfile épico de hora y media. Y cuando eso ocurra, seré una de las diseñadoras o una invitada especial y me sentaré en la primera fila o... en un balcón donde veré todo. ¡Estoy segura! —decretó la chica sonriente, pero esto llamó la atención del rubio.
—Espera, ¿desfile?
—Sí, te dije que era algo pequeño e insignificante porque yo quería ir con alguien y nadie quiere y...
—¿Aún quieres ir? —le dijo él.
—¡Claro! Desde ya ahorraré para el próximo que hagan de aquí a 20 años porque ya no debe haber entradas para el de hoy.
—Marinette, te pregunté si querías ir, no sobre entradas —instó con una sonrisa que la contagió.
—¡Pues sí! ¿Por qué lo preguntas?
Y entonces, él levantó ligeramente la comisura de su labio.
Tenía una idea.
💗🖤
En medio de un espectacular ambiente con música, luces y mucha moda, dos figuras humanas aparecieron en el techo de ese gran edificio. Nadie se percató de su presencia, todos observan los distintos atuendos que destellaban desde el escenario.
—Ven, por aquí.
Chat Noir tomó la mano de Marinette y la guio por los pasillos del edificio hasta lo que parecía ser un balcón. El héroe fue por dos sillas acolchonadas y trató de que la chica estuviera cómoda, aunque, ella estaba mucho más que eso. Desde ese lugar se podía ver toda la pasarela, los invitados, ¡hasta la cabina del DJ! Era una vista muy amplia y agradable para ella.
—No sé cómo agradecerte, Chat Noir. Esto es... mejor de lo que soñé, aunque... fuera un simple sueño de niña —dijo entre risitas.
—Tus sueños nunca serán insignificantes, Marinette. Son más valiosos de lo que te imaginas. Además, nadie merece sentirse solo, mucho menos a la hora de perseguir su sueño.
—Eres el mejor, Chat Noir —recalcó con una gran sonrisa—. Te lo agradezco.
Y en ese momento, ella tomó su mano con delicadeza. El muchacho sintió sus mejillas sonrrojarse, así que apretó con más fuerza la mano de la joven, quien continuó viendo el espectáculo.
Y por primera vez, él disfrutó un desfile de modas; no por las lindas modelos o los extravagantes atuendos, sino por Marinette. En toda esa hora y media no quitó sus ojos de ella porque se dio cuenta que, ambos no volverían a sentirse solos si permanecían juntos.
Publicado en X (@ tammynette_) el 6 de julio de 2024.
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Aprendiendo a ser cursi | Mini Historias
RomanceHistorias cortas donde Adrien y Marinette se verán involucrados en alguna situación romántica o preferiblemente en un "intento de ser cursis". . . Las historias son completamente mías. Prohibida su copia. . . . Los personajes no son míos, le pe...