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Ladybug llegó de un salto a ese tejado y vio a todas partes. Chat Noir aún no llegaba, parecía que otra vez se había atrasado. Ella estuvo por llamarlo, mas en ese momento, el héroe llegó con una bolsa en sus brazos.
—Otra vez llegaste tarde, atrasado —bufó ella.
—¿Dejarás de decirme así?
—Lo haré el día que llegues temprano.
Entre risas, él tomó asiento en ese techo y con su mano la invitó a hacer lo mismo.
—De hecho, llegué hace unos minutos, mi lady. Solo andaba comprando unas cosas.
—¿Y qué compraste? Si se puede saber...
Chat Noir giró la bolsa y dejó que esos dos libros de colorear y esos lápices de colores cayeran a su lado.
—¿Quieres? —le dijo a la chica.
—¿Qué haremos con esto?
—Vamos a divertirnos coloreando, mi lady. ¿O quieres soldar con hojas de papel y lápices?
Ella giró los ojos y no dudó en acompañarlo. Tomó uno de esos libros de dibujos animados y trató de buscar algo para empezar a pintarlo.
Chat Noir iba a empezar con su trabajo, cuando de pronto, vio que su compañera estaba haciendo garabatos en la hoja, como si lo estuviera rayando en vez de pintarlo.
—Mi lady, ¿qué estas...?
Ella rayaba la parte trasera del libro donde había una hoja en blanco.
—Estoy haciendo un... regalo de navidad —contestó.
—Oh, ¡buena idea, mi lady! Dibujemos lo que cada uno quiere para navidad.
Pero en ese momento, Ladybug sintió esa mirada verduzca sobre ella, así que movió a un costado su libro.
—No mires, gatito chismoso.
—Tú tampoco veas el mío, mariquita curiosa.
Entre risitas y bajo esos copos de nieve que comenzaban a caer, esos dos jóvenes escondían sus obras de arte uno del otro. Eso sí, de vez en cuando se les veía intercambiar miradas intentando averiguar qué dibujaba el otro.
—La curiosidad mató al gato, ¿lo sabías? —dijo ella.
—Si me das una pista de tu dibujo, te daré una pista del mío.
—No, gracias. Gatito chismoso.
—¿Dejarás de decirme así algún día?
—Lo haré si me adivinas para quién va este regalo.
—Oh, ¿se lo vas a dar a alguien?
Y cuando ella asintió, el brillante rostro del muchacho se fue apagando. Un ligero dolor en su corazón fue apareciendo y temía hacer más preguntas, pero no pudo evitarlo.
—¿A quién? —insistió él.
—No te diré, pero hoy mismo se lo daré a alguien importante.
De pronto, el bugphone de la chica sonó. Ella se puso en pie, era hora de irse.
—No puedo llegar tarde. Tengo que dejarte, gatito.
Y entonces, él soltó eso que no quería pronunciar:
—De casualidad... ese regalo... ¿es para tu... novio?
—Bueno... tal vez él llegue a serlo a partir de esta noche.
Ella guiñó su ojo y habiéndose despedido una vez más, se fue. El dolor en el pecho del chico solo aumentó. Sus ojos se posaron en su propio dibujo. Tal vez no era bueno dibujando, pero había hecho un lindo retrato de Ladybug.
No obstante, de nada sirvieron sus esfuerzos, Ladybug ni siquiera vio su dibujo. Por eso, él arrancó la hoja, solo que, en ese mismo instante, un fuerte viento lo envolvió y su retrato salió volando. Él trató de agarrarlo, pero así como eso se fue, así también se había ido su amor.
No muy lejos de ese lugar, Alya le daba la noticia a Marinette de que Adrien no había obtenido el permiso de acompañarlos esa noche. La azabache se sintió mal. Una vez más no podía decirle que lo amaba. Y fue entonces cuando una hoja de papel llegó a sus pies.
Era un retrato de Ladybug, pero ella no le puso atención. Estaba tan desanimada que la dejó donde estaba y esa noche, hubieron dos corazones rotos solo por no decirse que se amaban.
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Esa jovencita rubia escuchó con atención las palabras de su madre. Después de haberle hecho una pregunta sobre un chico de su clase, ahora había aprendido una lección.
—Por eso, Emma, si amas a alguien, díselo todas las veces que puedas, nunca creas que es tarde o que se lo dirás en otro momento porque podría ser tarde.
—Comprendo, mamá, gracias. Y... ya que estamos en esto: te amo, ma.
—También te amo, hija.
Ambas se fundieron en un abrazo hasta que la más joven se separó.
—Iré a decirle a ese chico que salgamos y... ya no perderé más tiempo. Le diré que lo amo. Y... avísame cuando papá llegue esta noche de su viaje de negocios para también decirle que lo amo y que lo he extrañado mucho todos estos días.
La madre sonrió.
—Sí, mi vida. Te avisaré cuando él regrese.
La jovencita se marchó a su habitación y Marinette soltó un suspiro. A su alrededor vio esa habitación que compartía con su esposo, pero sus ojos se posaron en ese marco en la pared. Ella fue a verlo más de cerca. Ahí estaba aquel retrato de Ladybug que Chat Noir una vez había hecho y entonces, tuvo muchas ganas de llorar.
—Marinette —dijo alguien en la puerta.
Félix entró al lado de Kagami. Ambos andaban cabizbajos y esto solo le hizo saber a la de ojos azules la gran mala noticia que se aproximaba.
—Lo siento —le dijo el rubio entregándole ese gran libro viejo—. Lamento... haber fallado.
—Félix...
Él comenzó a llorar tratando de hablar con su voz quebrada.
—Por más que busqué en ese grimorio, no encontré un hechizo que pueda revertir lo que pasó.
—Lo siento —dijo Kagami—. Una vez que el objeto donde está el amok es destruido... no hay nada que se pueda hacer.
—Quien quiera que sea esa chica que tiene el miraculous de la mariposa, sabía muy bien lo que hacía. Sabía muy bien la historia de los anillos Graham de Vanilly —declaró el rubio aumentando su llanto. —Marinette dio un paso al frente para abrazarlo, pero entonces, él continuó—: busqué la forma de rehacer un sentiser con sus antiguos recuerdos, pero eso tampoco viene en ese libro y yo... lo siento tanto. Debí proteger mi miraculous, esos anillos; ¡debí... protegerlo a él!
—No fue tu culpa, Félix, tranquilo.
Al verlo desconsolado, Marinette lo abrazó.
Y con lágrimas en sus ojos ella le dijo:
—Adrien se fue, pero sus recuerdos jamás lo harán. Jamás... lo olvidaremos.
Y en ese momento, ella vio de nuevo aquel retrato de Ladybug. Pero ahora, dejó salir sus lágrimas cuando leyó una vez más lo que estaba escrito en la parte de abajo de esa hoja:
"Siempre estarás en mi corazón y por eso nunca dejaré de decirte que te amo, mi lady."
Subido a X (Twitter @ tammynette_), el 12 de agosto, 2023.
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Aprendiendo a ser cursi | Mini Historias
RomanceHistorias cortas donde Adrien y Marinette se verán involucrados en alguna situación romántica o preferiblemente en un "intento de ser cursis". . . Las historias son completamente mías. Prohibida su copia. . . . Los personajes no son míos, le pe...