TWO GHOSTS

capitulo 8.

31/Julio/2021.
Mogyoród, Hungría.

El calor está matándome. Me siento sofocada, tengo sed y estoy sudando como nunca antes lo he hecho.

Mi estómago se revuelve cuando observo el alocado movimiento del paddock y me siento mareada cuando el único que está cerca de mí ahora es Carlos.

¡Es que no puedo creer que sea tan tonta!

"¿Estás bien?". Cierro los ojos cuando el español habla en mi dirección.

Abro los ojos cuando su primo carraspea y baja un poco el vidrio de la camioneta de adelante.

"Lea..". Me llama nuevamente.

Asiento sin decir nada y dejo que el conductor arranque entre el montón de fans que hay afuera del circuito.

¡No puedo creer que haya subido a la camioneta equivocada!

"¿Tienes un poco de agua?". Pregunto mirando a Carlos. Asiente sin decir nada y se inclina un poco para tomar de su mochila su botella de agua.

"Es la única que tengo". Murmura. "Si quieres puedo..".

"Esta bien".

Casi con manos temblorosas le recibo su botella de agua, está casi a la mitad y ugh...

Charles seguro debe estar furioso.

Destapo la botella bajo su intensa mirada, y me da una media sonrisa cuando me relamo los labios antes de darle un gran trago.

Sus ojos no se despegan de los míos y siento el calor aumentar en mi rostro cuando se ríe y niega con la cabeza.

"Hay cosas que nunca cambian, ¿verdad?". Pregunta.

Mi ceño se frunce con confusión, así que dejo que continúe mientras yo vuelvo a tomar un poco de agua.

"Tus mejillas se siguen poniendo rojas cuando no despego los ojos de ti Amelia".

"Es el calor". Respondo simplemente.

"Interesante..". Asiente. Ruedo los ojos y medio sonrío en señal de agradecimiento cuando vuelvo a darle un pequeño trago al agua. "¿Estás mejor?".

"Si, el mareo ya paso".

"¿Mareo?". El primo de Carlos interrumpe.

Aprieto los labios con fuerza reprimiendo el impulso de mandarlo a la mierda.

¿Quién se cree para hablarme?.

"No me he sentido bien desde que aterrizamos". Confieso.

Y es verdad, el calor, el polvo, Anne llorando por temperatura en las noches y Charles estresado por el malísimo rendimiento del carro han hecho de este Gran Premio, algo horroroso.

"Al menos no has vomitado". Sainz dice. Su tono no es amable de hecho ironiza sus palabras, lo que me hace mirarlo con el entrecejo fruncido.

No estará pensando que yo...

"No estoy embarazada". Digo de repente.

La camioneta se queda en total silencio nuevamente. Oroño carraspea y mis mejillas se tiñen de rojo cuando Carlos me da una mirada donde me recorre todo el cuerpo.

Oh Dios.

Estoy a punto de hablar cuando el chofer frena haciendo que me de cuenta de que efectivamente ya hemos llegado al hotel.

"Eso me alegra". Murmura.

El primo de Carlos es el primero en bajar haciendo que la gente fuera del hotel se quede algo decepcionada al no ver seguramente a alguno de los pilotos.