27/Noviembre/2021.
Madrid, España.No puedo dejar de besarlo. Mis labios no responden a mi mente, como si, al tocar los suyos, todo mi ser se despojara de cualquier pensamiento racional. Cada caricia, cada presión de sus labios sobre los míos, me consume, y el mundo alrededor de nosotros se desvanece. Lo único que importa ahora es tener su boca contra la mia, su cuerpo pegado al mio, él ¡sobre todo él!.
No puedo apartarme de él. Mi cuerpo reacciona de forma instintiva, pegándose a su pecho, buscando algo sólido, algo que me ancle. Su respiración entrecortada se mezcla con la mía, y la tensión en el aire se intensifica con cada segundo que pasa. Mis manos, que antes temblaban al pensar en la cercanía, ahora se aferran a sus hombros como si mi vida dependiera de ello. Como si él fuera la única salvación que me queda esta noche. Mis dedos se hunden en la tela de su saco negro, y aún con todo ese contacto, siento que no es suficiente.
Sus labios... siguen siendo igual de perfectos. Increíblemente perfectos, como si el tiempo no hubiera pasado desde la última vez que estuvimos así, a esta distancia tan íntima. Todo en él parece estar diseñado para mí, para encajar con mi cuerpo, con mis deseos ¡conmigo!. Me siento mareada al saber la forma en que nuestras bocas se encuentran, se ajustan, se buscan. Es tan familiar, tan indescriptible.
Su mano en mi cintura. No hay nada más natural que la forma en la que la suya rodea mi figura, pero el simple gesto me envuelve en una corriente de electricidad. Cada vez que aprieta suavemente, siento un escalofrío recorrerme, como si la fuerza de su toque me desarmara por completo. Y sin embargo, me apega más a él, lo cual no hace más que intensificar la confusión en mi pecho. La necesidad, el deseo, todo se mezcla con el miedo. Porque esto, esta química, esta pasión, se siente como un sueño, algo que no debería ser real.
Pero sus palabras... susurrando sobre mis labios, esas palabras son las que hacen que mi cabeza estalle en contradicciones.
—Es real... —me dice en un susurro, como si, al decirlo, pudiera borrar la duda.
Como si, al pronunciar esas palabras, pudiera eliminar todos los fantasmas que se asoman en mi mente. Pero me cuesta creerlo, me cuesta aceptar que lo que estamos viviendo ahora no es solo una ilusión, una idea fugaz que quiero perseguir. Porque, en mi pecho, algo sigue gritando que esto no es lo que debería estar pasando.
Sin previo aviso, siento el barandal frío de la escalera contra mi espalda. El contacto brusco me devuelve a la realidad, aunque, en algún nivel, preferiría no ser devuelta a nada. No cuando sus labios siguen marcando cada rincón de mi boca. No cuando su cuerpo sigue presionándose contra el mío, haciéndome olvidar todo lo que debería preocuparme. El vacío está detrás de nosotros. Lo siento como una amenaza, un abismo de consecuencias que podría engullirnos si no tenemos cuidado. Pero, en este instante, todo eso se desvanece. El vacío es insignificante comparado con la necesidad de sentir su cuerpo cerca, su respiración en mi cuello.
Estoy suspendida entre dos mundos: uno en el que me pierdo en su abrazo, en su beso, y otro donde las decisiones, las consecuencias, se hacen cada vez más presentes. Y todo lo que tengo ahora, lo único real que parece existir, es el calor de su cuerpo presionando contra el mío, sus labios que no me dejan ir, su mano firme en mi cintura que me mantiene anclada a él. Y, sobre todo, su presencia.
Carlos Sainz, aquí, ahora, y yo, completamente perdida en él.
Con un jadeo inesperado siento que se rompe el hechizo cuando me alejo un poco de él. Como si el mundo decidiera volver a la realidad, la suavidad de los labios de Carlos se desvanece, la presión de su cuerpo sobre el mío desaparece. Me siento caer, como si todo lo que había estado sintiendo fuera solo una ilusión. El vacío detrás de mí ya no es solo un eco distante; es real.
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TWO GHOSTS
FanfictionLIBRO DEL ONE SHOT -CARLOS SAINZ- Para Amelia Morgan dejar atrás todo le resulto más facil que pedir explicaciones. Pero todos sabiamos que en algun punto, en algun momento el presente la iba a alzancar. Traicion: La palabra traición se refiere al a...