capitulo 16.

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CHARLES POV.

12/Septiembre/2021
Monza, Italia.

Hay muchas cosas que son mis favoritas en la vida, demasiadas... En serio muchísimas, como por ejemplo ganar una carrera... quedar en Pole los sábados... ir a navegar en mi yate... comer pasta... estar con mi familia... pero mi favorita... por encima de todo siempre serán los suspiros y gemidos que suelta Amelia cuando yo estoy con la cara entre sus piernas.

Se aferra con fuerza a las sábanas blancas de nuestra habitación de hotel, los dedos de sus pies se aprietan y cierra los ojos cuando echa su cabeza para atrás y gime fuertemente.

Mi lengua sigue trabajando en su centro y con ayuda de mi mano logró que Amelia tiemble bajo mi tacto, sus gemidos son más y más intensos y pronto puedo sentir como sus muslos me aprietan antes de gimotear y comenzar a temblar mientras su orgasmo llega.

Una risa sale de mis labios, tengo mi miembro duro así que me bajó el boxer para dirigir mi pene a su entrada, mi novia me da una caliente mirada que aprovechó para hundirme en ella de golpe haciéndonos gemir.

Estar dentro de ella siempre se siente tan bien.

Apoyo mi mano a un lado de su cabeza y bajo mi rostro para capturar sus labios, sus fluidos se mezclan con su saliva y siento como poco a poco el control abandona mi cuerpo para empezar a embestirla con fuerza.

Mis caderas chocan con brutalidad, cierro los ojos y suspiró cuando sus uñas se clavan en mi espalda, de mi garganta sale un gruñido que hasta deja escaldada mi garganta pero no me importa.

Sus piernas tiemblan, sus gritos incrementan, sus uñas se clavan con fuerza, sus dientes muerden mi cuello y pronto estoy invadiendola de mi semen.

Tomó su mandíbula para volverla a besar y me rio contra su boca cuando me aprieta con fuerza.

Está completamente roja, con las mejillas encendidas y el cabello alborotado.

Tiene toda la pinta de que acabo de hacerla mía.

Me dejo caer a un lado de ella tratando de recuperar el aire, Amelia se pone de pie y me río al ver como sus piernas tiemblan.

—Hace mucho que no follabamos así. —me dice.

Y es verdad, puedo ver mis manos clavadas en su cintura, las marcas rojas en su cuello comienzan a tomar más color y ella abre los ojos cuando se da cuenta de esto frente al espejo.

—¡Charles!

—Te ves preciosa amor

Me da una mala mirada pero no dice nada, se acerca y se monta nuevamente sobre mí, posicionándose en mi abdomen.

Alza ambas cejas y subo una de mis manos para acariciar su mejilla, sus ojos verdes brillantes me sonríen y su cabello alborotado me encanta. Es preciosa.

Gimo al sentir su humedad sobre mis abdominales y estoy listo para volver a entrar en ella.

Estoy listo para volver a tomarla.

—¿Se sintió bien? —susurra en voz baja.

Cierro los ojos y asiento.

Puedo sentir como se inclina para comenzar a besar mi cuello, su mano se pierde recorriendo mi cuerpo lentamente, acariciando todo lo que toca y suspiro con fuerza cuando toma mi miembro entre sus manos para comenzarlo a frotar.

Por supuesto que se sintió bien.

Hemos estado tan estresados desde que regresamos de Cora Cora que mi humor ha estado terrible.

TWO GHOSTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora